Principal

Diario YA


 

La rendición de los bredenses

Laureano Benítez Grande-Caballero Pues, por una vez, hablaré de fútbol. Porque España todo es política, hasta el fútbol, pues estamos en un país que todo lo politiza, desde los fantasmas del 36 hasta el nombre de las calles, desde la muerte de Manolete hasta las ratas de las cloacas, desde los churros con chocolate hasta los cadáveres de tanatorios y morgues. Y, claro, empezaré diciendo que «fútbol es fútbol», perogrullada que parece inocentona, pero que esconde profundas verdades politológicas sobre nuestra España, país donde nada es lo que parece, cuya situación actual puede expresarse con la genial paradoja de Lorca,

Mannahatta, palabra india que significa «isla de muchas colinas»

Ya es primavera en Mannahatta

Laureano Benítez Grande-Caballero. Mannahatta, «isla pisciforme donde yo nací», en palabras de Walt Whitman, su poeta más insigne. Mannahatta, palabra india que significa «isla de muchas colinas», donde miríadas de castores abrevaban en el estuario del río Hudson, protagonistas de una fauna donde descollaban también los osos negros, los pumas y los lobos, que amedrentaban a los 5000 indios lenipes que habitaban en sus frondosos bosques. Mannahatta, cuyas 500 colinas fueron barrenadas por la dinamita inglesa, siendo sustituidas por gigantescos rascacielos, por lo cual Mannahatta podría muy bien pasar a llamarse «isla de muchos rascacielos».

LAUREANO BENÍTEZ GRANDE-CABALLERO

Autor de libros católicos

LAUREANO BENÍTEZ GRANDE-CABALLERO es autor de libros católicos, que pueden verse en: www.grandecaballero.com. Entre sus obras, ha escrito 3 libros sobre el Padre Pío de Pietrelcina, que se pueden consultar en la web que el autor tiene sobre el Santo: www.santopadrepio.com Actualmente, se dedica a dar conferencias sobre el Padre Pío por toda España. El Padre Pío (1887-1968), es un santo mundialmente conocido porque llevó los estigmas de Cristo durante 50 años, siendo el único sacerdote estigmatizado de la historia de la Iglesia, y la persona que más tiempo llevó las llagas de Cristo.

Con su victoria, Trump ha demostrado que se puede derrotar al leviatánico poder del imperio mediático

Yes, we can, Mister Trump

Laureano Benítez Grande-Caballero Ya he dicho en alguna ocasión que, cuando una abrumadora mayoría de los medios de comunicación son unánimes a la hora de publicitar una idea o línea de pensamiento merced a un gigantesco lavado de cerebro, siempre sospecho que ahí hay tomate, gato encerrado, y un pestilente olor a chamusquina y a podrido que me hace indagar en los entresijos y los misterios que se esconden tras esas campañas mediáticas.

Una de las principales consignas con las que las élites revolucionarias manipulan a las masas adocenadas y borregomatrix

Asalto al Kongreso de invierno

Laureano Benítez Grande-Caballero. Una de las principales consignas con las que las élites revolucionarias manipulan a las masas adocenadas y borregomatrix para que le sirvan de carne de cañón en sus actividades golpistas es la de señalar un objetivo material a tomar, que sea la encarnación visible del ideal utópico que persiguen con la sublevación. Si las hordas rebeldes son maniobradas como si de un ejército se tratase ―aunque esté formado virtualmente por descamisados y desharrapados―, el objetivo al que se las dirige adquiere asimismo un rango militar, simbolizando su toma el éxito de la rebelión.

en el solsticio de las fiestas del barrio del Pilar, tuvimos un perfecto ejemplo de «zapafiesta», pues el pregón tradicional se encargó al Zapata tuitero

Las zapafiestas de la chusMadrí

Laureano Benítez Grande-Caballero ¿Qué es una «zapafiesta»? Se dice así de un festejo popular en el cual se produce un adoctrinamiento salvaje de la concurrencia, a la cual se lava el cerebro despiadadamente con la ideología podemita, usando para ello variadas estrategias, en especial mítines y vomitivas «performances». El otro día, en el solsticio de las fiestas del barrio del Pilar, tuvimos un perfecto ejemplo de «zapafiesta», pues el pregón tradicional no se encargó a ningún personaje relevante, sino que el mismo Zapata tuitero

Pesadilla en san Jerónimo’s street

Laureano Benítez Grande-Caballero Quisimos ser europeos, mirar a los ojos a las democracias nórdicas, presumir de modernidad, inventar pasmosas transiciones que transmutaran requetés en sociatas de pana y corbata. Quisimos dejar de ser diferentes, ser alguien en los versallescos salones donde se juega el futuro del mundo entre valses y canapés. Quisimos cubri’nos e glo’ia, y nos emoh cubi’etto ‘idículo, como dirían los piratas de Astérix.

#MipatriaesEspaña, #mi fiestaesel12O

Laureano Benítez Grande-Caballero. Aunque ya estaba en guardia ―sospechando que la Fiesta de la Hispanidad iba a ser la espoleta que iba a desencadenar otra descarga de la estúpida metralla podemita―, he de confesar, damas y caballeros, que, después de escuchar otra vez las barrabasadas demagógicas y basureras de estos radikales, estoy muy harto y no puedo soportarlo más. El virus se extendió rápidamente por las redes sociales, por los patios okupados, por las cloacas mediáticas, por los desvencijados cerebros del progrerío: #mipatriaeslagente.

«Yo respeto a la Patria defendiendo a la gente que no tiene trabajo. Ser patriota no es ir a un desfile»

La lucecita del Pardo brilla de nuevo

Laureano Benítez Grande-Caballero. Somos un país afortunado. Es cierto que nos ha caído encima una devastadora plaga bíblica en forma de crisis política, social y económica ―adobada con separatismos, para más INRI―, pero podemos estar tranquilos los españoles, pues la Providencia nos ha enviado en estas horas sombrías a un Mesías celestial, a un patriota redentor, a un trabajador infatigable que, en permanente estado de vigilia en su despacho, rescatará a España del marasmo apocalíptico en el que se encuentra sumido.

Los Buenos, los feos y los malos

Laureano Benítez Grande-Caballero. Y entonces va la Irene Montero y dice que un gobierno del PP sería «malo para España». Ya tenemos aquí la chorrada del día, otra payasada más que añadir al increíble repertorio del circo podemita. Realmente, no sé realmente qué es lo que me causa más pasmo en esa «monterada»: si su enjundia absolutamente demencial, o el sorprendente uso en una podemita de pro de la palabra «España», vocablo tabú para la horda antisistema, cuyo primer «anti» es ser antiespañoles, pues para ellos no hay más patria que su «gente», término en el cual no incluyen a la gente que no les vota, ya que éstos son meros gilipollas, esclavos del sistema, siervos de los caciques, ignorantes pueblerinos o viejos carcamales. O sea, que la Montero quiere decir que Podemos sí es bueno para nuestro país.