Principal

Diario YA


 

además de soportar la ignominia de tener una colonia de la «Pérfida Albión», ahora resulta que también están colonizando nuestro incomparable idioma

No a la gibraltarización de nuestra Patria: “Mr. Marshall, not welcome”

Laureano Benítez Grande-Caballero. España, Patria traicionada, casa desolada, muros derruidos, mustios collados… territorio comanche donde bandas de energúmenos y felones entran a saco como grupos salvajes; donde innumerables Bellidos Dolfos traicionan la Patria abriendo portillos para la irrupción de los caballos de Troya del globalismo luciferino, urdiendo siniestras conspiraciones cuyo fin es hacer de España chatarra mundialista para el NOM.

España en sus infiernos (3): La Patria en llamas ante la traición de las masas

Laureano Benítez Grande-Caballero. Ahora que tan de moda está el econaturismo —uno de los pilares del NOM, por cierto, que en las tribus de los animalistas del PACMA está en maridaje con el veganismo, otra de las coñas globalistas, que pretende crear otro conflicto artificial más en la sociedad: veganos contra omnívoros— no está de más recordar que las sociedades humanas, por mucho que presuman de excelencias civilizadoras, no dejan de ser un ecosistema, aunque sea el que manipula y depreda a los demás.

La leyenda dorada de España (1): las glorias de nuestra Patria desde Atapuerca hasta la Transición

Laureano Benítez Grande-Caballero. Y entonces va Richard Gere y dice, después de casarse con la española Alejandra: «Es bella, sensible y comprometida… ¡y española! Insuperable». ¡Y española!, exclama el actor, entre admiraciones, como dando a entender que ésa es la máxima cualidad de su esposa, su españolía, el valor que más admira en ella, el cénit de la personalidad cautivadora de Alejandra.

Nadie hablará de España cuando hayamos muerto

Laureano Benítez Grande-Caballero Con mucha frecuencia, un recurso metodológico para describir una realidad es representar la contraria, aquella que más se le opone, con el fin de sacar a la luz las carencias de la primera. Esta estrategia es indudablemente la más adecuada a la hora de intentar la representación de la actual juventud española, aunque podría aplicarse eficazmente a gran parte de la juventud occidental. Para ello, citaré los famosos versos de Rubén Darío: «Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!».

Pólvora andalusí (#yotambiensoycopto)

Laureano Benítez Grande-Caballero 25 cristianos coptos asesinados en Egipto por un comando terrorista. ¿Quién pondrá flores, velas y ositos de peluche en sus tumbas? ¿Cuándo se llevará Francisco al Vaticano aunque sea a un sólo cristiano amenazado? Estuvo hace poco visitando Egipto, y se ve que de bien poco le ha valido a los pobres coptos. Hace poco más de un mes asaltaron dos iglesias coptas, y ni entonces ni ahora saldrá casi ningún europeo a decir #yotambiénsoycopto. ¿Qué dirá el tuiterío rojo ante este atentado? ¿Dirá algo el ínclito Moneydero?

Del Motín de Aranjuez al Motín del Tajo

Laureano Benítez Grande-Caballero. Desde que un día lejanísimo a un primate se le ocurrió bajar de su árbol allá en la garganta de Olduvai, el ser humano ha tenido una marcada proclividad a realizar movimientos de protesta contra el orden establecido, que han recibido diversos nombres según su naturaleza y sus características subversivas: revolución, asonada, rebelión, revuelta, pronunciamiento, golpe… y motín.

España en sus infiernos (2): Infierno de kobardes

Laureano Benítez Grande-Caballero. Durante más de 70 años, hemos vivido en España un sueño maravilloso: creyendo que habíamos desarmado  y hecho cautivo  al ejército rojo, danzamos y cantamos en bellas noches en nuestros jardines, en hermosas verbenas patrias que nos llenaron de regocijo y de orgullo, porque creíamos haber exterminado al Leviatán rojo al que hasta entonces nadie había podido domeñar.
Por entonces éramos cruzados, defensores heroicos de una patria irreductible contra la que nada pudieron hacer las mismísimas puertas del infierno, soldados de unos tercios legendarios que al Averno rojo hacían temblar, al grito de «¡Viva España!».

Del Himalaya al Jarama: España, Estado de Izquierdo

Laureano Benítez Grande-Caballero Dentro del mundo de la política-ficción, no hay que ser ningún clarividente para saber que España está abocada a una conspiración de la izquierda para constituir un nuevo Frente Popular, con el objetivo ―como han afirmado hasta la saciedad― de «desalojar al PP de las instituciones», siguiendo la consigna carbonaria con la que obsesivamente nos están machacando desde hace ya bastante tiempo: #echaraRajoy.

(sic Transición gloria España)

Recuerdos de la España victoriana

Laureano Benítez Grande-Caballero 40 años de democracia: ¡qué maravilla! 40 años de travesía por el paraíso de las libertades, desde que Moisés Suárez recibiera celestialmente las tablas de la Constitución en el Sinaí de la Carrera de San Jerónimo. Yo nací en el 52 o sea, que pertenezco a la generación que padeció la travesía del desierto en lo que dicen que fue una cruel dictadura, la dictadura de la España de la Victoria, o «España Victoriana». Vi la luz en Triana, en una cuna impregnada por inefables azahares, incensada entre Cachorros y Esperanzas, que por aquel entonces procesionaban majestuosamente, pues todavía no existían las cofradías del Santísimo Coño Insumiso, pues la dictadura no permitía esos actos democráticos de procesionar vaginas gigantescas mientras se blasfema contra la Virgen María. Y es que, ya se sabe, a los dictadores les encanta coartar nuestras libertades.

La legitimidad de un gobierno se puede medir con arreglo a dos parámetros

Los 400 golpes de la Segunda República (2)

Laureano Benítez Grande-Caballero La legitimidad de un gobierno se puede medir con arreglo a dos parámetros: en primer lugar, según el grado en el que responda a la voluntad popular ―que se suele expresar en las urnas―; en segundo término, si con su obrar se ajusta o no a unos principios encaminados a lograr el bienestar del pueblo que gobierna, entre los cuales destaca con luz propia el mantenimiento de la ley, el orden y la seguridad de los ciudadanos.