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Diario YA


 

¿Y si nos jubilamos a los 40 años?

Cuando uno es pequeño no es consciente de los cariñosos cuidados que sus padres y abuelos le proporcionan, pero a medida que va creciendo y pensando sobre ello, se da cuenta de la gran dedicación que todos ellos le proporcionaron durante su infancia y adolescencia. La vida hace que en muchos casos se deban devolver esos cariñosos cuidados ahora que son ellos quienes los necesitan, sin embargo, y para pesar de la mayoría, esto no siempre es posible. “En la actualidad la esperanza de vida sobrepasa los 80 años, vivimos en un planeta envejecido, por lo que cada vez son más las personas mayores que precisan de cuidados que no siempre pueden ser proporcionados por sus seres queridos, y es por ese motivo por el que deciden recurrir a nosotros” indican desde DOMER Servicios Asistenciales.

Y es que, a pesar de que a muchos les encantaría poder cuidar a sus mayores, esto se convierte a día de hoy casi en un imposible, ya que es complicado conciliar la vida laboral y personal cuando se trata de cuidar a alguien, y a pesar de que existen las reducciones de jornada e incluso las excedencias por cuidado de familiares, esto no siempre es posible debido a que muchos no se lo pueden permitir.

Como añadido desde los distintos gobiernos se empeñan en que cada vez hay que cotizar más años, hasta los 70 o incluso 75, algo que deja poco margen para disfrutar después de una larga vida de dedicación al trabajo. Ni que decir tiene, que pudiendo elegir, la mayoría preferirían jubilarse mucho antes para poder disfrutar y descansar con todas sus facultades intactas, y no tener que hacerlo cargado de problemas y enfermedades que en muchos casos no les permitirán hacer todo aquello que en otros tiempos habían soñado.

Desde DOMER Servicios Asistenciales indican que “en España, el Alzheimer, por ejemplo, afecta a unas 800.000 personas, existiendo además entre un 30% y 40% de casos sin diagnosticar según los datos de la Sociedad Española de Neurología. La demencia nos afecta de tal forma que impide que desarrollemos una vida normal y por lo tanto no podamos disfrutar de ese tan merecido descanso que llega con la jubilación”.

Con el empeño de poder jubilarse a los 40 años y a partir de ahí poder disfrutar de la vida nace en Estados Unidos el movimiento frugalista, conocido también con el acrónimo inglés ‘FIRE’ (Financial Independence, Retire Early). En Alemania, este movimiento es propio de la clase media, que lleva en su ADN la cultura del ahorro, permitiendo que algunos afortunados puedan jubilarse cuando les queda media vida por disfrutar.