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Cuenta Víctor Hugo en los Miserables, que lo bello es tan necesario como lo útil y a veces má

A quien dar el voto

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José Rioseco. A mi valle lo recorre, a todo lo largo, un rio que le da nombre. Al principio muy pequeño, se va haciendo más grande según recibe el agua de distintos riachuelos que abundan por la zona. Pero cuando el rio de verdad se transforma es cuando le llega por la derecha otro rio, tan grande como él, allí en Rio Xunto. Es entonces cuando de verdad el rio se hace adulto, más vivo y más fuerte. Esa es la zona en la que abundan los molinos que durante cuatrocientos años fueron el lugar principal para los habitantes de la zona. En efecto uno de los más hermosos molinos ya hacia su labor en tiempos del rey Carlos, aquel que nacido en lejanas tierras, que no sabía hablar español cuando fue coronado rey de España, que mantuvo a su madre la reina enclaustrada hasta el final de su vida, quiso morir en tierras de Extremadura.
    Es una zona hermosa e ideal para largos paseos y reflexiones.
    La naturaleza está en todas partes. Corzos, jabalíes, zorros, mirlos, patos; castaños, robles, manzanos, avellanos y la mano del hombre. Porque las huertas cercanas al rio, forman parte de esa naturaleza y como los mármoles de Carrara fueron utilizados por Miguel Ángel para hacer las más preciadas esculturas, así algunos de mis vecinos labran y esculpen su tierra y consiguen las más fructíferas y hermosas huertas de la zona.
    A mí la que más me gusta es la de Maruxa. A pesar de su edad y de su artrosis, ella sigue teniendo la más hermosa y productiva de las huertas del valle. Y que variada su producción! Puerros, judías, remolachas, acelgas, habas, repollos, zanahorias. Por el medio de la huerta, un riachuelo que luego va a terminar al rio, riega unas plantas de Kiwi, que en Junio están llenas de flor y en noviembre de fruta.
    Cuenta Víctor Hugo en los Miserables, que lo bello es tan necesario como lo útil y a veces más. La huerta de Maruxa es útil y bella. Ese pedazo de tierra, es hermosa y útil porque una persona, mi amiga Maruxa, se pasa allí muchas horas, ahora moviendo la tierra más tarde arrancando malas hierbas, antes abonando y todo el tiempo pensando en hacerlo lo mejor posible para que su hortalizas sean las mejores y su huerta la más digna de ser admirada de todo el valle.
    Es la pasión por ser buena en su trabajo. Quiere hacerlo, sabe hacerlo, puede y lo hace.
    Decía Napoleón que lo peor que podía hacer un gobernante era ocupar un cargo para el que no estuviese preparado. No sé si es lo peor que un gobernante puede hacer, lo que si se es que es uno de los males más frecuentes entre los españoles. No solo entre los gobernantes, sino entre las gentes de las más distintas profesiones.
    Cuando termine la carrera, uno de mis más admirados profesores nos dijo que no nos preocupásemos demasiado de nuestro porvenir económico, “preocúpense Vds. en ser unos buenos profesionales”. Sin duda fue uno de los mejores consejos que oí.
    En mi relación con los políticos me he encontrado con toda clase de ellos. El defecto más frecuente que encontré fue el de la inepcia. Este grupo de políticos, son personas que no quieren ser útiles, lo que quieren es ser importantes. Les interesa más lo que parece que lo que es, más la retórica que el contenido, más el asesor de imagen que el consejo del viejo.
    Y tristemente, porque su voz llega más fuerte y más fácilmente a los oídos de la mayoría, por eso, es frecuente verles ganar elecciones, ser apoyados por una mayoría del pueblo que olvida que el buen artesano se conoce, no por lo que promete hacer, sino por lo que ya ha hecho.
    Hace pocas semanas visitando el Palacio Real de Madrid, mi acompañante, admirando los relojes, tapices y la preciosa colección de violines, violas y chelos Stradivarius que hay en el Palacio, me decía que en nuestros tiempos ya no había esa profesionalidad. Que las cosas se hacen para pasar. Que la calidad, el orgullo del trabajo bien hecho ya no es una cualidad de nuestro tiempo. No coincido del todo, pero tengo que aceptar que la mediocridad es, una de las características que más abundan entre los políticos de hoy.
    Ya Churchill decía que el político es un ser especializado en tomar decisiones sobre lo que no conoce. Supongo que se refería al mal político.
    Por eso, cuando paseando por mi valle, veo el precioso y fructífero huerto de Maruxa, y pienso en su magnífico trabajo, su buen hacer de todos los días, sus preciosas lechugas y tomates fruto de su trabajo bien hecho; entonces pienso que no debemos perder la esperanza. Es la referencia, a la que tenemos que imitar; pero todos, gobernantes y gobernados, obreros e intelectuales, votantes y electos.
Desde luego mi voto es para Maruxa, no por lo que promete, sino por lo que ya demostró.

josevrioseco@gmail.com
 

Etiquetas:José Rioseco