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Diario YA


 

Aralar, una opción entre espinas

José Luis Orella. 3 de marzo.

Los resultados de las elecciones vascas hacen vislumbrar un sueño, el fin de la hegemonía nacionalista, y la posibilidad de que los constitucionalistas puedan turnar en el poder, como parece que es ley en un sistema democrático. Sin embargo, la izquierda abertzale y no pocos nacionalistas han mirado estas elecciones con censura. 100.000 abertzales han obedecido los dictados de ETA y han anulado su voto. Su presencia les hubiese dado 7 escaños, y el mundo nacionalista utiliza ese hecho como piedra arrojadiza contra la mayoría constitucional en el parlamento de Vitoria. No obstante, todo el mundo se olvida de otros 200.000 vascos, que tampoco pueden votar por ser víctimas de ETA, y que no hemos podido ejercer nuestro derecho en estas elecciones, una comunidad que representa 14 escaños. Por otro lado, hay un actor que va cobrando protagonismo, es Aralar de Patxi Zabaleta. La opción escindida de Batasuna que pretendió seguir la línea marcada por Euskal Herritarrok.

Aralar mantiene la misma línea argumental de la izquierda abertzale, pero con un alejamiento cada vez mayor de la violencia. Sin embargo, su magra organización no ha podido atraer un sector social importante de votos. La prohibición de las marcas de ETA, le permiten ser el instrumento de integración social de un cuerpo social en descomposición, que el domingo representaba un tercio de aquellos antiguos apoyos a la banda ETARRA. En Navarra, en confluencia con otros grupos ha conseguido canalizar ese voto hacia Nafarroa Bai. Hace un mes, contraría una alianza electoral con Abertzalen Batasuna, la formación afín de Iparralde (País Vasco Francés). El paso del tiempo puede hacer que ese sector social vaya optando por una alternativa política que le permite volver a la sociedad sin los estigmas del terrorismo. El futuro de Aralar está bien claro, toma ejemplo de la ERC republicana, pretende caminar hacía sus objetivos políticos, la proclamación de un Estado soberano y socialista vasco.  Sus acciones van encaminadas a ello, desde el campo político, asumiendo la herencia y tradición de la izquierda abertzale, su mundo social, para obtener lo que la violencia no puede conseguir. No obstante, el interrogante se sitúa en el viejo padrino terrorista, ¿qué hará ETA? ¿Permitirá la succión de su apoyo social? ¿Aralar buscará lazos de comunicación con ETA? ¿Se convertirá Aralar en diana de ETA?

 

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