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Diario YA


 

Quattro al más alto nivel

Audi A8, expresión del lujo

Carlos Pascual. El día que me confirmaron la prueba del Audi A8 pensé… “Otro monstruo y más torpe que el Panamera.”  Pero sorpresa…  Al salir del garaje me encuentro con un coche de más de cinco metros que es capaz de maniobrar en espacios que para mí eran impensables, es verdad que en cualquier plaza de aparcamiento normal ocupas la tuya unos centímetros de otra y nunca estará el morro dentro de la misma pero aun así es extremadamente maniobrable, a lo que contribuye mucho la visión 360 grados que genera una vista cenital del vehículo.

En el exterior se ve una berlina imponente, no solo grande si no con un sinfín de detalles de diseño que recuerdan a todas las generaciones de A8 que la marca de Ingolstadt ha puesto en las carreteras y otros que lo dotan de personalidad propia. En esta unidad cabe destacar los faros Matrix, que son un extra que, ya desde que los ves piensas esto no es muy normal, y efectivamente no es nada normal, es ejemplo de la tecnología punta que pone Audi a disposición de sus clientes. Estos faros constan de 24 LED cada uno que se pueden, mover, atenuar e incluso apagar individualmente siendo capaces de reconocer hasta ocho vehículos o peatones diferentes en la carretera lo que permita mantener las luces largas dejando en penumbra a los demás usuarios de la vía. Su funcionamiento es sencillamente soberbio y me parece que no solo merecen la pena como extra si no que adquirir un A8 sin este sistema le quita mucho al vehículo además del plus de seguridad que otorga el ver y ser visto en carretera. A este sistema hemos de añadir la función de guiado en el carril así como el sistema de crucero activo, que es realmente recomendable pues puede ayudar incluso solventar por sí mismo muchas situaciones que se dan en el tráfico de carretera abierta.

 

Si nos adentramos en el habitáculo, encontramos un generosísimo habitáculo, que ya en la versión corta, es muy amplio en las cuatro plazas que permite una visibilidad escepcional. A pesar de estar homologado para cinco ocupantes el túnel de la trasmisión así como el escaso tamaño de la plaza central trasera nos llevan a pensar que el uso de esta limusina ha sido obviamente diseñada para un máximo de cuatro ocupantes, cuestión que se evidencia cuando abatimos el respaldo central, convirtiéndose en una consola con los mandos del climatizador para las plazas traseras. Así como en una pequeña guantera. Destacable es la posibilidad de incluir los asientos confort también en las plazas traseras con función masaje además de la ventilación y calefacción de los mismos, esta función lejos de distraer o relajar en exceso al conductor acomoda mucho y me ha parecido muy positivo su uso en trayectos largos en los que la espalda necesita un descanso en la postura.
 

 

 

En cuanto a sistemas de infoentretenimiento la unidad probada disponía del MMI de Audi con sistema de sonido Bose, de los dos opcionales que puede montar el A8 este sería el más económico no llegando a los dos mil euros, proporcionando un sonido potente y con múltiples opciones de configuración, además permite poner dos tarjetas de memoria SD, así como conexión vía BlueTooth y WiFi, ambas muy prácticas y cómodas para el uso del sistema. Además puede introducirse una tarjeta SIM para la trasmisión de datos, permitiendo de este modo tener actualizado el tráfico y sus incidencias como disponer de Google Maps y otras herramientas en línea que son de gran utilidad. La navegación es uno de los mejores sistemas que he podido probar y el primero que no se confunde cuando utilizo mi camino habitual en lugar de seguir la ruta marcada por el mismo.

 

En cuanto a prestaciones, la unidad probada, 3.0 TDI de 258 CV empuja con fuerza hasta pasados los límites legales de nuestro país es capaz de catapultar los 1955 kilogramos de berlina en 6 segundos hasta los 100km/h y capaz de llevarlos a 250km/h como si fuese lo más habitual. Nosotros hemos puesto a prueba el chasis en el circuito del Jara, al que debemos agradecerle la cesión de sus instalaciones, dónde pudimos comprobar cómo el conjunto es digno de mención pues ha rodado a velocidades muy similares a las de deportivos de raza incluso pasado algunas curvas más rápido que coche preparados para ese fin. Nuestro parecer ha sido que el A8 a pesar de no estar pensado para estos menesteres se defiende, corre y frena aunque se fatigan los frenos como es lógico y su caja de cambios está pensada para el confort y no para la competición. Acusa un fuerte subviraje que en cuanto te habitúas puedes utilizar a tu favor. La caja de cambios quizá sea el único puntal que necesite alguna mejora que aunque muy rápida y confortable resulta lenta en fuertes reducciones. Por otra parte sus consumos no fueron desorbitados manteniéndose siempre en un baremo entre 5,6 y 10 litros, más que razonable para un vehículo de estas prestaciones y peso.

 

 

En conjunto el A8 3.0TDI nos ha parecido una berlina de lujo que merece la pena, no solo por la comodidad si no por lo perfectamente acabada y equilibrada; capaz de correr como un gran tragamillas y realizar viajes con el confort de la primera clase y rodar realmente rápido por carreteras de montaña, me ha hecho dudar quién se lo pasaría mejor si el conductor o los pasajeros, todo ello disponible desde poco más de 85.000€, podríamos decir que es un precio alto hasta que sabemos toda la tecnología incorporada.

 

 

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