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Diario YA


 

Byrne y Eno, juntos de nuevo

Paco Ochoa. 23 de enero.

Son dos de los músicos más interesante de las últimas décadas. El primero protagonizó la new wave norteamericana, innovó la escena neoyorquina y lideró uno de los grupos más importantes de la gran manzana, Talking Heads. Eno, por su parte, se dio a conocer con los maravillosos Roxy Music, pero pronto la sombra de Bryan Ferry se le hizo demasiado pesada e inició una apasionante carrera en solitario llena de cambios y sonidos inesperados. Ahora han vuelto a cruzar sus caminos y como siempre los resultados han estado a la altura de los protagonistas.

El caso es que las colaboraciones entre David Byrne y Brian Eno vienen de lejos. Eno produjo tres de los mejores discos de los Talking Heads y en 1981 se reunieron para grabar The Life in The Bush of Ghosts un album lleno de avances que no ha tenido continuación hasta ahora. Algo extraño, porque estamos ante dos músicos con mucho en común. Ambos detestan repetirse, experimentan con géneros diversos y cuentan con el respeto de compañeros, críticos y aficionados por unas trayectorias en las que no han tenido cabida las concesiones. Mientras Eno ha colaborado con Robert Fripp o John Cale, ha producido a grupos como U2 o Coldplay  y ha llegado a efectuar propuestas imaginativas para la música de los aeropuertos, Byrne se ha aproximado primero a la música latina, luego a los sonidos electrónicos y ha tenido importantes experiencias en el campo de las bandas sonoras. Al final tenían que volver a encontrarse y no seremos nosotros los que lo lamentemos.

El cd del reencuentro se llama Everything That Happens Will Happen Today, tiene una portada preciosa y canciones atmosféricas en las que la melodía juega un papel central. La cosa surgió en una cena en Nueva York, en la que decidieron dar salida a la música que Eno tenía acumulada y se pusieron a trabajar. Llamaron a algunos amigos ilustres como Phil Manzanera o Robert Wyatt y usaron la división de trabajo habitual, Brian en los teclados y el sonido y David en las voces y las letras. Como no podía ser de otra manera las canciones que surgieron de aquellas sesiones son una delicia. Hay que escuchar composiciones como Home o Life is Long para comprender la belleza que puede tener el pop adulto cuando lo crean dos artistas con sensibilidad e inteligencia.

Ventajas de llamarse David Byrne y Brian Eno.     

 

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