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Diario YA


 

Carnaval de imaginación y disfraces

El carnaval es la mejor ocasión del año para ponernos una máscara con el propósito de quitárnosla. Todos en nuestro interior tenemos una identidad anhelada que no es la nuestra, pero por una noche –o varias- la tomamos prestada para satisfacer ese deseo oculto, ser quien nos gustaría ser. A diario en el trabajo o en la universidad encarnamos el papel que se espera de nosotros, un personaje modelado a lo largo de años, condicionado por la educación, la familia, la sociedad y su conjunto de valores. Hasta que llega el carnaval y mostramos nuestra cara más desinhibida debajo del antifaz.

Para el cristiano de la época medieval suponía la representación del paganismo, en la que el pueblo se ocultaba bajo máscaras y disfraces, se celebraban desfiles, bailes y comilonas, ardían las hogueras y se sacrificaban animales para atraer la fortuna. Era un período de permisividad, de crítica social, en el que se ridiculizaban a los gobernantes, a los nobles, al clero e incluso la moral religiosa. Esta festividad pagana probablemente hunde sus raíces en las antiguas saturnales romanas y en las celebraciones orgiásticas en honor a Baco, tan relacionadas a su vez con la finalización de la siembra de invierno, la entrada del equinoccio de primavera y la fertilidad de un nuevo ciclo.

En cuanto a su origen etimológico, los términos "carnaval" o carnevale derivan de la expresión latina carnem levare, es decir, "quitar la carne", la prohibición de comer carne durante los cuarenta días de la Cuaresma. En el martedi grasso, el último día de Carnaval, se celebraba un banquete desenfrenado -y la carne precisamente era un símbolo de estos excesos- previo al período de ayunos y abstinencias de la Cuaresma, un tiempo de purificación y penitencia que culmina en la Pascua.

En España esta fiesta consiguió sobrevivir a décadas de censura y represión franquista, y ya en época de democracia recobró todo su esplendor siendo considerada como uno de los principales patrimonios culturales y atractivos turísticos de nuestro país. En cada sitio se siente y se vive de forma parecida, pero con diferencias que acentúan su singularidad.

Cádiz es el carnaval de las comparsas, los coros y las chirigotas con canciones cargadas de ironía y crítica que son compuestas por las distintas agrupaciones que participan en la fiesta. También destaca su casco urbano donde se vive un ambiente de libertad y diversión. Mientras, en la capital de la isla de Tenerife se celebra uno de los carnavales más importantes del mundo, marcado por el glamour que desprende la ciudad. Destaca por unos desfiles en los que la imaginación, la fantasía y la vistosidad de los trajes de las aspirantes a Reina del evento sorprenden a todos. También en Canarias destacan otros carnavales como el de Las Palmas. Es una de las fiestas más antiguas de la capital grancanaria (se remonta al siglo XVI) Lo que más sorprende a los visitantes es la celebración de la Gala de la Reina, los concursos de comparsas, murgas, maquillaje corporal y disfraces y su Gran Cabalgata que cada año reúne a más de 200.000 personas.

Otro de los carnavales más conocidos es el de Águilas, en la Región de Murcia. Es una fiesta llena de color, con multitud de desfiles y concursos en los que los espectaculares disfraces son los protagonistas. Destacan dos de sus tradiciones como el lanzamiento de cascarones (huevos rellenos principalmente de papelillos), y la de beber “cuerva”, una bebida que muchos describen como la “poción mágica” que despierta el espíritu carnavalesco. España está salpicada por otros muchos festejos de carnaval, casi todos originales y siempre divertidos, en los que prevalece el humor, la creatividad y la participación colectiva.

Permisividad, crítica social y ridiculización del poder son ingredientes consustanciales a esta fiesta. El desenfreno, también. El carnaval es una loa a la diversión, una especie de paréntesis que deja sitio al exceso consentido, balsámico para cuerpo y mente. Dejando a un lado los payasos asesinos y otros personajes espaciales del mundo del cine, se convierte en el mejor escaparate para la originalidad y la provocación.

Desde ya hay que preparar una de las fiestas más animadas y divertidas que disfrutamos en nuestro país, donde todos los lugares se llenan de color y desfiles. Ten presente que la fecha del Carnaval varía cada año. Ésto se debe a que su celebración se realiza justo antes de la llegada de la cuaresma cristiana, un período del calendario litúrgico que comprende los cuarenta días previos a la llegada del Jueves Santo y que representa los cuarenta días que duró el diluvio universal. Realizados los cálculos, la cita con Don Carnal en 2017 está fijada para el 28 de febrero. Por ello este año te vas a anticipar, y de cara a esta próxima cita con las máscaras echarás un vistazo por la mejor tienda online de disfraces para carnaval económicos, provista con vestidos eróticos, ropa erótica y sexy para un carnaval que recordarás todo el año. Muéstrate sexy, cualquiera que sea tu disfraz. Porque cuando salgas al gran baile de máscaras todos los ojos, ocultos o no, apuntarán a tu personaje.