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Caso Rato: África empieza en los Pirineos

Emilio Durán. El día dieciséis de abril a las seis y media de la tarde se producía la detención de Rodrigo Rato antaño aclamado vicepresidente del gobierno de José María Aznar y hoy denostado y rechazado por propios y extraños. Lo cierto es que, gracias a sus medidas económicas, el presidente Aznar pudo entonar hasta la saciedad la coletilla: "España va bien" que tan lejos ha quedado últimamente. Dicha coletilla hizo mucho daño a sus adversarios políticos quienes consiguieron que España empezase a ser algo así como la cueva de Alí Babá. ¿Les suena? Claro que sí porque, después, con la inestimable ayuda de los otros a España le está pasando eso de "entre todos la mataron y ella sola se murió" De modo que todos aquéllos adversarios, al ver las imágenes de la mano en la nuca de Rodrigo Rato antes de entrar en el coche de la policía, desempolvaron sus botellas de cava y comenzaron un brindis por la derrota de sus rivales. La verdad es que, en los últimos tiempos, el Partido Popular está dando muchas alegrías a sus rivales y adversarios políticos. Pero, ni las luces son tan brillantes, ni las sombras tan oscuras. Todos, aunque ahora veremos a muchos rasgarse las vestiduras en televisión, tienen mucho que callar.

Rodrigo Rato fue detenido para que no interfiriese en las labores de registro ordenadas por el juzgadp de instrucción nº 35 de Madrid, dirigido por el Ilustrísimo Don Enrique de la Hoz, que lleva el caso. Posteriormente la fiscalía pidió su puesta en libertad por escrito y así sucedió. Lo que no quiere decir que creamos que Rodrigo Rato no sea presunto inocente hasta que se demuestre lo contrario, que lo es. Lo que creemos es que cada vez esa presunción de inocencia va difuminándose paulatina y lamentablemente. Si es culpable, nada nos haría más contentos que ver caer sobre él todo el peso de la ley. Haciendo que devuelva todo lo que haya podido llevarse con la creación de empresas fuera de España a nombre de sus parientes. Sí habría algo que nos haría más felices aún, y sería que, todos los que han robado a España, probada o presuntamente, devuelvan el dinero íntegramente. Cuando digo todos, no se llamen a engaño, digo todos, desde Palaus y Gúrteles a Eres y demás etcéteras que son muchísimos, tristemente. Se da además la circunstancia, que nos atemoriza, y es que según las memorias de José María Aznar, este señor no es ahora presidente del gobierno porque se negó en multitud de ocasiones a sucederle en el cargo. Lo que nos hace pensar que igual el cava no se descorchó únicamente en casa del supuesto enemigo político.

Hay quienes, en la búsqueda de rédito político, magnifican el delito ajeno y minimizan el propio, en un alarde de cinismo cercano al insulto. En esta España que nos duele tanto, no están para sacar pecho ninguno de los dos grandes partidos. Este es el verdadero motivo de que hayan salido tantos otros partidos a la palestra para combatir el bipartidismo que nos ha sumergido en la corrupción. Porque lo cierto es que, si unos tienen gúrteles otros tienen eres y, entre unos y otros, el robo a España ha sido indecente y ha hecho que la gente reaccione. Sería gracioso, si no fuese indignante, ver a Pedro Sánchez hablando de dignidad y honorabilidad. Para después, en las noticias, silenciar los eres y magnificar gúrteles y a Rajoy, con o sin plasma, silenciando los gúrteles y magnificando los eres. La única verdad es que, tanto desde uno como el otro partido, nos han robado a manos llenas y ahora se echan en cara quién robó más. Ladrones, señoras y señores, son pues todos. A mismo delito, igual sentencia, sea quien sea, tengan el carné del partido que tengan. Pero, lamentablemente, y éste es uno de los más graves problemas que tiene España, la justicia no es independiente de la política y, dependiendo si te juzga un juez afín a tu partido o no, la sentencia puede ser menor o mayor.

En el antedicho afán por minimizar delitos propios en detrimento de los ajenos, los medios de comunicación también juegan sus bazas. Pues utilizarán a modo de propaganda su deber de dar al ciudadano una información veraz. Bien es cierto que, como roban todos, sus adversarios también han robado, por lo que si les llaman ladrones no mienten al ciudadano. Simplemente han manipulado la información para que, desde las redes sociales y desde las páginas de sus diarios, se minimicen a propios y magnifiquen a extraños. Eso no es un delito, como digo, porque no mienten. Pero es indigno, porque no informan. Lo que consiguen es crear una corriente de opinión en la dirección que les interesa. Y, éste, es otro grave problema de España porque, estamos de acuerdo en que la justicia no es igual para todos como hemos visto, pero ¿y la información es igual? En medio de unos y otros nos situamos y preguntamos a pleno pulmón: ¿Será Rodrigo Rato el Mariano Rubio del PP? Significará este caso que el PP va a tener que refundarse. Porque lo cierto es que, tanto un partido como otro con sus corruptelas, han hecho que España sea un país de pandereta. Si esta gente es la que nos representa y sus acólitos quienes manipulan la información con que nos dirigen, no dudamos que África empieza en los Pirineos.  
 

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