Reformar una vivienda requiere buena planificación y tener en cuenta una serie de detalles importantes.
La reforma integral de una vivienda es un proyecto de gran envergadura. Y como tal puede resultar abrumador, ya que se trata de algo a lo que no solemos estar acostumbrados. Todo el mundo tiene una idea de cuál es su hogar ideal, tal vez algo que hemos visto en una revista y que nos encantaría replicar en nuestra casa. Aunque no siempre es posible, teniendo en cuenta algunos consejos se pueden conseguir muy buenos resultados.

Pensar en las necesidades de quienes viven en la casa
Aunque es normal que haya familiares y amigos que tengan una idea acerca de lo que debería incluir y lo que no una reforma, somos nosotros quienes viviremos en la casa, de modo que se debe pensar en las necesidades que tenemos nosotros. Solo así lograremos un hogar en el que nos sintamos a gusto.
Hay que pararse a pensar en el tipo de cosas que nos gustaría que hubiera en la casa y hacer una lista con ellas. ¿Cuántas habitaciones hacen falta? ¿Cómo serán los armarios? ¿Un grifo empotrado en el baño nos parece más elegante? ¿Mejor un plato de ducha o una bañera? Todo se va apuntando y se ordena por la necesidad que tengamos.

Hacer un boceto de cómo debería quedar
Cuando sabemos todo lo que nos hace falta, es momento de organizar la nueva distribución. No solo de las espacios interiores, sino también del exterior en caso de que queramos hacer un cambio en la fachada (y se nos permita hacerlo).
Para ir perfilando la idea, lo mejor es dibujar algunos bocetos, en los que ir estudiando si se puede cambiar la distribución de las paredes, dónde colocar los enchufes, cómo quedará el exterior si ponemos tejados de pizarra Madrid o si unir dos habitaciones dará el resultado que se está buscando.

¿Cuánto va a costar todo esto?
Una vez que tenemos más clara la idea llega el momento de hacer cuentas. Para ello nos hará falta comparar no solo los precios, sino también la calidad de los materiales. Tal vez nos parezca una buena idea tratar de ahorrar en algo, pero si a medio plazo lo vamos a tener que cambiar, en realidad estaremos gastando más dinero. Por eso hay que valorar la calidad como una medida de ahorro.
El tiempo que dure la obra es otro factor importante. Y también se debe evaluar la posibilidad de que algunos cambios se hagan de forma eficaz y en menos tiempo. Por ejemplo, en lugar de levantar todo el suelo se puede cambiar por completo el aspecto de una vivienda con suelos vinilicos en clic, ahorrando en costes de forma importante.
Además de los materiales y la obra en sí, los permisos y licencias de obra tienen un coste que debe añadirse a las cuentas. Aunque no suelen ser demasiado complicadas ni muy caras, es importante hacerlo todo bien para que no haya problemas después.

Ponerse en manos de profesionales
La calidad de una reforma también se mide en quién hará los trabajos. Un buen profesional, con experiencia en su campo, puede orientar en el mejor modo de actuar y la elección más acertada. Detalles como escoger material electrico niled pueden marcar la diferencia entre obtener resultados duraderos en las instalaciones o tener que volver a repetirlas más adelante. Todo esto solo se puede conseguir contando con expertos que saben lo que hacen y llevan tiempo realizando este tipo de reformas.

Implicarse en la reforma
Que haya buenos profesionales trabajando en la reforma no significa que no haya que participar de forma activa en ella. Debemos ir mirando qué cosas quedan como queremos y cuáles parece que necesitan mejorar. Hacerlo mientras se está reformando es lo mejor, porque una vez que se acabe la obra, no habrá manera de corregirlo, salvo que se vuelva a tirar y hacerlo nuevo, lo cual no es precisamente lo más deseable.

¡ A disfrutar!
Una vez que hemos terminado, solo queda vivir en nuestra nueva casa. Ver el resultado de horas de esfuerzo y trabajo, desde que empezamos a plantear los cambios hasta el remate final, seguro que hace mucho más agradable abrir la puerta y entrar cada día.