Principal

Diario YA


 

cartas al director

Crisis económica y educación

Fernando Villar Molina. 

Cada vez es más frecuente observar como las legislaciones educativas se van olvidando de lo que deben ser los pilares de cualquier sistema educativo: padres, profesores y alumnos, por constituir los únicos elementos que realmente están implicados en la educación.

Para que el sistema educativo sea realmente eficaz debe darse  una armonía  de objetivos entre los padres y profesores, pues sólo desde objetivos comunes se puede conseguir que el alumno sea receptivo a las propuestas educativas. En el logro de estas metas es necesario que prevalezcan los derechos de los padres a una educación acorde con sus convicciones, ya que nadie debe sustituir a la familia en la educación de sus hijos. Esta armonía entre derechos de los padres a la formación de sus hijos  y centro, se da más fácilmente cuando hay un proyecto educativo concreto, con el que los padres están plenamente identificados; esto no significa que olviden sus deberes como primeros educadores, y dejen en manos del colegio su educación.- 

Este proyecto educativo implica ,no sólo las instrucción en determinadas materias del currículum escolar sino primero educar en la verdad, a la que cualquier persona tiene derecho. Por esto es necesario partir de la realidad: estamos constituidos por materia y espíritu ha de atenderse su desarrollo considerando la situación personal de cada uno, y huir de comportamientos estándares, como actualmente ocurre en lo que se ha venido en llamar educación sexual que sin tener en cuenta la situación particular del alumnado, cuando llega determinado curso, ”hay café para todos” y del malo, pues más que educación lo que se trata es “hacer expertos en la fontanería del sexo”, en muchos casos en contra de la voluntad de los padres. Esta actuación ha desembocado en la pérdida del fin de la sexualidad responsable, y convirtiéndola en un “pasarratos”, sin más finalidad que la satisfacción de los instintos. El balance es que  sólo en España se han producido más de un millón de abortos, desde que se aprobó la ley.

Este campo de la educación, más propio de la familia, requiere un proceso formativo desde los primeros años que implica el desarrollo de determinados valores, que van desde  el conocimiento de la razón y los fines de la sexualidad humana y de los valores que encierra, como es la transmisión y la salvaguarda de toda vida, hasta la consideración de la otra persona no como medios de usar y dejar, sino como portadora de la misma dignidad y respeto.

Otros aspectos a desarrollar son los  valores humanos, cívicos y religiosos, en su caso.

El cauce previsto para que pueda existir una relación eficaz entre padres y centro es a través de figura del tutor , cuya función no debe sustituir a los padres en ningún caso, pero si debe ser el nexo de unión entre alumno, centro y familia. Debe orientar a los alumnos en el aprovechamiento escolar, proponiendo metas asequibles a tenor de sus posibilidades; estas metas deben ser conocidas por la familia a fin de conseguir una colaboración eficaz entre ambas partes.

Estos planteamientos están lejos de la realidad actual de nuestra enseñanza debido en parte a que los pilares básicos, de cualquier sistema educativo, más arriba enumerados, han sido sistemáticamente ninguneados de sus responsabilidades y funciones, quitándoles  su autoridad y  protagonismo. Las leyes educativas promulgadas más desde  el prisma ideológico que desde la eficacia, no han contribuido a que el funcionamiento de la escuela se adecúe ni  a los derechos familiares, ni a las necesidades latentes en la sociedad, ni siquiera a crear un tejido laboral eficaz para las empresas, como ha manifestado la OCEDE e incluso el Banco de España en su análisis de coyuntura. Las consecuencias una tasa de fracaso escolar del 30%  y una gran población laboral con poca cualificación profesional a la que habrá que formar para ser competitiva en nuestro entorno cultural y laboral y ayudarles a salir de las listas de desempleo.-

Que necesitamos mejorar en nuestro sistema educativo es algo evidente, pero  para esto es conveniente que cada uno ocupe el papel que le corresponde: la responsabilidad y el derecho a educar es de los padres, los centros deben enseñar y de colaborar con ellos  en la educación y la autoridades deben limitarse a organizar y planificar el sistema en general, pero sin entrar en ser beligerante.

 

Etiquetas:cartas al director