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entrevista al padre P. Ignacio-María Doñoro de los Ríos

"Cuando me ordené sacerdote le pedí al obispo que me enviara donde nadie quisiera ir… y se lo tomó en serio"

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Redacción. Como sacerdote ha  vivido en el límite: capellán militar en una de las zonas más difícil de España como era el cuartel de la Guardia Civil de San Sebastián, campañas militares en Bosnia y Kosovo, El Salvador, Mozambique… ¿Repetiría?  
     Cuando me ordené sacerdote le pedí al obispo que me enviara donde nadie quisiera ir… y se lo tomó en serio.
     Echando una mirada atrás, en estos veinticinco años, creo que en el fondo buscaba demostrar a Dios lo muchísimo que le quería. Gran error, a Él no hay que demostrarle nada. Somos hijos amados hasta la locura de la cruz. Con muy buena intención quería hacer algo por Dios, y no es así. Siempre  es el Señor quien toma la iniciativa para ser razón de nuestra existencia.
     No somos los que llevamos el control de nuestras vidas, jamás pensé venir aquí, sino que Dios soñaba con volver a Nazaret, su Hogar Nazaret.
     Venir solo, sin el respaldo económico de una congregación religiosa  o de una diócesis, me hizo dudar, mi fe era débil. A  pesar de los obstáculos que ponemos, si le dejamos un huequecito, El hace su obra y el Hogar Nazaret es una extraordinaria realidad que ha sacado del horror a más de cuatrocientos niños.
     El Papa Francisco habla de que los católicos deben tender puentes hacia las periferias. ¿Era necesario venir de Bilbao al último rincón del Amazonas peruano?
    Soy feliz viviendo entre los pobres, pero la felicidad es hacer lo que crees que debes hacer.
     Puerto Maldonado se ha convertido en la antesala del infierno. La vida no vale nada, y menos la de un niño que no produce.
    El drama de la degradación moral es de tal envergadura que el tráfico de niños  para ser explotados como esclavos en la minería o la pederastia es algo habitual, solo se combate con carteles de las ongs, pero nada más.
     Sin ninguna duda: era necesario venir al último rincón del Amazonas donde Cristo es crucificado en los más pequeños.

¿Por qué funda Hogar Nazaret? ¿Por qué vio a Cristo en estos niños?
Dice Lucas 2,40  que “el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El”.
Dios obedeciendo a José y María, Dios aprendiendo… Y después de dos mil años, Dios vuelve a su casa, al Hogar Nazaret.
Y no importa el lugar. Ya no es Palestina sino la selva del Amazonas. “De cierto os digo: lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40).
Es imposible no ver en ellos a Dios cuando llegan tan rotos; el mayor de los privilegios cuidarle.

    ¿Qué  labor hace Hogar Nazaret con ellos? ¿Se quedan para siempre?
    Todos los niños, en principio, están transitoriamente. La  pertenencia a una familia es un derecho fundamental.
     Están tan solo el tiempo necesario, hasta que es resuelta su situación de abandono moral o material
     Hay que hacer mil piruetas para arreglar su situación legal. Inscribirles en el registro civil, obtener una partida de nacimiento y su DNI. Cuando el niño ya existe, no pueden traficar con él. Conseguir escolarizarles. Una catequesis adecuada a su edad, dejar que Dios vaya trabajando en ellos.
     Algunos deben permanecer un tiempo en el hospital, estar a su cabecera todo el día, es empezar a crear fuertes vínculos.

No somos una institución que cuando cumplan la mayoría de edad deben abandonar. Son parte de esta familia para siempre.

¿Cómo ha respondido la sociedad de Puerto Maldonado con el Hogar Nazaret?
Las obras de Dios no son aceptadas con facilidad, lo diferente da miedo. No era fácil entender que somos una familia.
La reacción de la sociedad de Puerto Maldonado,  es la respuesta de la Providencia. Dios no tiene límites. Solo los pobres saben lo que es pasar extrema necesidad.
Es muy duro mendigar para darles de comer pero también indescriptible el gozo de ver como el Señor mueve los corazones.
    ¿Por qué dice que el Hogar Nazaret es una familia?
     Una verdadera familia con vínculos muy fuertes, la sangre de Cristo que reclama una humanidad nueva.
El Hogar Nazaret es el Reino que ya está entre nosotros. Intentamos formar una comunidad de vida. Y sin tan siquiera buscarlo, nos convertimos en fuente de amor que ama sin esperar nada a cambio. El milagro del amor es constatable cada día.
    Se cuidan unos a otros. Hace ya meses que no cambio un pañal, lo hacen ellos sin tener que pedirles nada. Se quieren. Solo Dios puede hacer algo así.
     ¿Cómo podemos ayudarle?
     En la web www.hogarnazaret.es encontrareis fotografías, relatos de la vida cotidiana y un número de cuenta donde hacer vuestros donativos.
 

Etiquetas:Hogar Nazaret