Principal

Diario YA


 

Destripando el marketing de contenidos

“¡Calabacín a dos euros el kilo!”

Aunque no lo parezca, esta frase que retumba en los mercados locales es una forma rudimentaria de márquetin. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que anunciar un producto puede repercutir positivamente en las ventas. No obstante, los tiempos cambian, y la gente y sus necesidades, también. Así que ya no basta con desgañitarse anunciando un producto a los cuatro vientos. No basta con que el consumidor potencial descubra tu producto, hay que hacer algo más. Hay que utilizar el márquetin de contenidos.

(NOTA: Si te gusta ser correcto al escribir, te interesará saber que el término márquetin es la adaptación de la palabra inglesa marketing, y es correcto en español; aunque lo suyo es decir mercadotecnia. Es cierto que no suena tan cool pero nadie negará que es un término muy descriptivo en sí mismo.)

¿Qué es el márquetin de contenidos?

El marketing de contenidos se centra en proveer información valiosa de manera gratuita a los clientes actuales o a potenciales clientes, con la intención de que compren. Contrasta con otras técnicas más invasivas, como los anuncios que salen antes de ver un video online, que a tan pocos gustan.

Sin embargo, márquetin de contenidos no es lo mismo que escribir opiniones o descripciones de tus productos. Más bien es ofrecer a tus lectores cosas que les solucionen sus problemas, y ofrecerlo gratis.

Si lo piensas bien, el principio funciona. Si alguien te da información práctica que te soluciona tus problemas, tenderás a escuchar a esa persona y a acudir a ella más a menudo. En el caso de una página web, visitarás esa página o te suscribirás a correos electrónicos. Esto, con el tiempo, puede resultar en que termines comprando sus productos.

Ejemplos de márquetin de contenidos

Un ejemplo de ello es la página appcoda; quizás la conozcas si te gusta la programación para iOS.

Los contenidos de esta página son básicamente tutoriales sobre cómo resolver problemas de programación. Son de alta calidad y muy prácticos. Te pueden ayudar tanto como un curso de programación.

¿Qué hay de los correos? En cuanto entras en la página te aparece una ventana emergente que te ofrece la posibilidad de suscribirte. La primera vez que entré en la página no quise suscribirme, pero, después de usar la página como referencia varias veces me suscribí. Ahora recibo correos mensualmente, también de muy buena calidad.

Pero no termina aquí. ¿Cómo transforman este tráfico en dinero? Por un lado, la página contiene anuncios externos relacionados con la programación.

Por otro lado, han escrito sus propios cursos de programación, que tú puedes comprar desde la página.

Por si eso no fuera poco, si abres el enlace para ver el libro/curso, encuentras una explicación de los principios que rigen el curso, y de por qué el curso te puede beneficiar, junto con la lista de capítulos y muestras para descargar, de nuevo, gratis.

Personalmente, si me ofrecieran el libro de entrada, no sabría si comprarlo o no. El precio no sería tan importante como la inseguridad interna de saber si será o no práctico invertir ese dinero. Si lo viera anunciado en un video (además de la poca gracia que hacen esos anuncios) tendría que ser un video realmente bien hecho. En cambio, ahora que he visto sus productos, he “gustado” su calidad, y sé que son prácticos, la posibilidad de que termine comprando su libro es muchísimo mayor.

Este es un ejemplo de márquetin de contenidos.

Por supuesto, no todos los contenidos instruyen, otros emocionan y aún otros divierten.

Un ejemplo de márquetin de contenidos en las redes sociales es la compañía de zumos Innocent. Gran parte de sus mensajes de Twiter son fotos de mascotas “super monas”, como un cachorrillo de mofeta. En otra ocasión, justo cuando se lanzó el iPhone 6 publicaron en twiter una foto de su último zumo de manzana (Apple en inglés). En la foto aparecía una botella de zumo de manzana bajo el título de “iNnocent 330 ML”. Y, parodiando al gigante tecnológico, había una descripción de las virtudes del producto como: “Totalmente recargable”; “mecanismo de apertura adaptable a cualquier boca”, refiriéndose al tapón de la botella; o “manzanas super-sabrosas”, refiriéndose al contenido.

Interés en tu cliente, no en su dinero

Seguramente estarás de acuerdo en que no hay peor sensación que la que sientes cuando notas que alguien quiere venderte algo, sólo para ganar dinero.

Si quieres convencer a tu público de que no vas solamente detrás de su dinero, que realmente te preocupa, va a ser muy difícil que lo consigas con simples anuncios. En cambio, el márquetin de contenidos te permite convencerles de que te interesas en ellos, sea mediante regalar información práctica, dar consejos, o hacer que se relajen riéndose a carcajadas. Eso fomenta confianza, y la confianza, a su vez, tiene un gran potencial de generar ingresos.