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Diario YA


 

Editorial: "Corporativismo"

 

Este diario acaba de cumplir medio año de vida, pero en este tiempo nuestros lectores habrán comprobado que seguimos una línea editorial clara, coherente, que defiende los principios cristianos y procura abrir camino para hacer un nuevo periodismo; los medios de comunicación estamos obligados a hacer permanente análisis de conciencia, porque muchos de los males de la sociedad se anticipan, se fecundan y se cocinan en las redacciones, cosa que nos debería avergonzar a los comunicadores.

A este diario digital, que lleva en sus hombros la pesada pero honrosa carga de la marca que fundó Herrera Oria en 1935, le repugna el corporativismo de los medios que se protegen unos a otros para intentar que el rumor tenga la categoría de noticia, y que el infundio tenga el mismo valor que el dato contrastado. Pocas cosas pueden ser tan dañinas para este oficio como pretender que un periodista es intocable, y que en nombre de una falsa libertad de expresión puede hacer público lo primero que se le pase por la cabeza; lo que nos jugamos, todos, es nada menos que la credibilidad de los públicos.

Decimos esto a propósito del caso de Víctor Gago y sus comprometedores comentarios en una emisora de radio sobre la jefa de prensa de Mariano Rajoy, comentarios que él mismo ya ha calificado como un error. El periodista dice que se fió de una fuente, que esa pseudo-información era indemostrable, y que por tanto nunca debió lanzar dichas acusaciones contra Carmen Martínez Castro, quien le ha llevado a los tribunales. Esos comentarios venían a insinuar que Castro era responsable de algunas noticias sobre José María Aznar que no dejaban en muy buen lugar al ex presidente del Gobierno.

Vaya por delante que creemos que Martínez Castro se equivoca llevando a los tribunales a Gago por este asunto, ya que lo que está consiguiendo es precisamente dar la máxima relevancia a un comentario que, en su momento, había pasado completamente inadvertido. Pero dicho lo cual, tampoco nos parece serio el repentino vendaval de apoyos que está recibiendo el compañero por el “acoso”, por la “campaña del PP”, por el “intolerable ataque a la libertad de expresión” que está teniendo que soportar.

Cuando uno comete el grave error de fiarse de una sola fuente para hacer una acusación formal contra alguien, luego debe estar preparado para acarrear con las consecuencias de esa muy poco profesional actitud. No decimos que Gago no merezca el perdón; él ha reconocido su error, es de suponer que lo hace con propósito de enmienda, y lo lógico sería que Martínez Castro aceptase las disculpas y se llegase a un razonable entendimiento sin tener que llegar al juicio oral. Pero es del todo lamentable la forma como algunos se han lanzado a apoyar una causa que no tiene defensa alguna, desde el momento en el que el propio autor de esas palabras admite que se equivocó.

No es nuestro caso. Víctor Gago no va a recibir por nuestra parte ninguna palmadita en la espalda, ni corporativo ni no corporativo, y desde luego no vamos a cometer la insensatez de decir que el hecho de que una persona que ha recibido un ataque injusto de un periodista lleve a su autor a los tribunales es “una campaña contra la libertad de  expresión”. De eso nada. Lo mejor que ha hecho Gago es reconocer su error, que seguro que le sirve para no volver a proceder con tanta ligereza en lo sucesivo.

Martes, 6 de enero de 2008.

 

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