Uno de los problemas más graves de la política española, y al cual ya hemos dedicado varios editoriales en este diario digital, es la terrible mediocridad de la clase dirigente. Una casta infame de advenedizos juntaletras preocupados en exclusiva de aumentar su calidad de vida durante el tiempo en que estén calentando el escaño y, los más visionarios, procurar inculcar su ideología de pacotilla en el populacho. Para encontrar en el Congreso a un diputado prudente y juicioso hay que dar con decenas de indocumentados que jamás hubieran soñado con trabajar allí ni de bedeles.

Esa pavorosa "democratización a la baja" de los padres de la patria hace que aumente el número de leyes perfectamente estúpidas e inútiles, al 50%, y que se multipliquen, con inmisericorde frecuencia, las declaraciones públicas que causan bochorno a cualquier ciudadano de bien. Y si bien este hecho es general en todos los partidos del arco parlamentario, sería injusto no subrayar que el PSOE es, con diferencia, el principal semillero de ineptos o el más fecundo barbecho de incompetentes. Pepiño, Maleni, Pajín, Zerolo o Aído son sólo sus más ilustres representantes.

Ejemplo al canto: ayer, la ministra de igualdad informaba de las conclusiones alcanzadas por ese siniestro comité de expertos que quiere que las niñas de 16 años puedan abortar sin decírselo a sus padres, como quien se explota un grano o se hace el agujero del pendiente. Conclusiones, por cierto, elevadas ya al Consejo de Ministros. La antigua responsable de actividades flamencas y otros bailes regionales, señora Aído, afirmó muy circunspecta que "la nueva norma protegerá al no nacido desde el momento en el que ya no requiera de su madre para sobrevivir", es decir, a partir de las primeras 14 semanas de embarazo.

Nos preguntamos cómo podríamos hacerle entender a esta persona que un niño, tanto si ha nacido como si no, necesita a su madre durante varios meses para poder sobrevivir, y no creemos errar si decimos que incluso durante los primeros años de su existencia. ¿Puede, entonces, sobrevivir un feto de 15 semanas sin su madre?, ¿cómo, yéndose a comer al Burger King?, ¿quién, si no su madre, le da al nuevo ser no sólo el alimento, sino la sangre y el oxígeno, por no hablar de cosas más intangibles, pero igualmente importantes, como la protección o la primera comunicación materno-filial? A Bibiana todo eso le parece un cuento chino.

Es sólo un ejemplo de lo que tenemos en el poder. Una señora que nadie sabe cómo ha llegado al Gobierno de España (si la viera el Emperador Carlos...), que sólo sabe proponer leyes innecesarias que aumentarán el número de asesinatos de nascituri, y que se permite el lujo de pronunciar tamaña idiotez para defender su posición política. Esta es la generación que va a sustituir a Zapatero y a Rajoy, el futuro de la política española. Personas de las que nunca sabremos si terminaron la EGB o si saben sumar, pero que tienen toda la pinta de que no.

Sábado, 7 de marzo de 2009.