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Diario YA


 

Editorial: "Otro fiasco eurovisivo"

Editorial. 17 de mayo. No se nos da demasiado bien esa horterada paneuropea llamada Eurovisión. Y eso que, los españoles, hemos puesto todo de nuestra parte en las sucesivas ediciones de un festival que deja siempre ese regusto a tongo político. Hemos llevado a “Rosa de España” con un tema disco para no ser tachados de catetos, hemos llevado a Remedios Amaya -incomprendida, buscando desesperada timonel para su barca-, hemos querido triunfar con la bufonada escénica del “Chiqui-chiqui”, con Las Ketchup y, este año, con Soraya. El pueblo soberano de Europa, integrado por 42 países en esta edición (Turquía casi gana), ha decidido que la canción española era merecedora del penúltimo puesto.

Sin caer en el apasionamiento, hay que reconocer que, la nuestra, no estaba para ganar, tal vez ni entre las diez mejores; la vigésimo cuarta de veinticinco, pues tampoco. Cuando le toca cantar a España siempre parece que el play back se estropea y que músicos y bailarines son prestados. Siempre. En fin, será casualidad ¡qué se le va a hacer!

Lo que más llega a incomodar del circo eurovisivo es que parece que sirve para que países que se atizan de forma inmisericorde todos los días, se declaran guerras y hasta montan revoluciones secesionistas para romper lo que tenían en común, ese día, vestidos con sus trajes regionales o alguna payasada galáctica, se besan, abrazan y regalan puntos como si tal cosa. Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia; yo te doy siete, tú me das cuatro, para ti los doce…

Y mientras, España, ahí, aguantando el tirón, rezando para que algún andorrano o portugués se acuerde de que somos vecinos y nos saque del “zero points”. Muy triste. 

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