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Diario YA


 

Editorial: "Remordimientos"

Es curioso que el partido que mejor rentabilizó el atentado más terrible que ha sufrido España en toda su historia, ahora olvide a las víctimas. Curioso y muy revelador. Digno de análisis, sin duda, que quienes llegaron al poder en un tren de cercanías ahora desprecien los cadáveres de los inocentes. ¿Qué le pasará a Rodríguez Zapatero para no querer recordar?, ¿por qué no querrá el Presidente del Gobierno hablar del asunto, rememorar aquellos días tan aparentemente propicios para su proyecto, que pasó de ser una quimera a una rutilante realidad en cuestión de horas?

Da que pensar, ya lo creo que da. Cinco años después, no sabemos quién organizó el atentado, pero los socialistas están en el poder. No sabemos qué explosivo utilizaron, pero los socialistas están en el poder. No sabemos con certeza absoluta si el "cerebro"de la masacre tuvo ayuda y/o colaboración de ETA, pero los socialistas están en el poder. No sabemos casi nada del acto más cruel, cobarde y salvaje cometido en nuestra patria, pero aparentemente nos da a todos igual. Seguimos viendo series de televisión antifranquistas y celebrando el día del padre en unos grandes almacenes muy famosos. Porque ya no sabemos ni rezar para que no nos vuelva a suceder.

Curioso, muy curioso. El primer aniversario fue sentido y doloroso, con todo demasiado reciente como para poder observarlo con distancia; en los años siguientes, las víctimas fueron dejando el primer plano a los políticos, negros protagonistas de todo lo que huela a electoralismo barato. Cuando el homenaje resultaba rentable, se hacía; ahora, cuando el PSOE de Zapatero ha renovado el rodillo parlamentario (el rodillo felón), las víctimas están solas de nuevo, tan solas como estaban la noche del 11 de marzo de 2004, cuando, en la soledad y el silencio de sus casas, sólo había espacio para la amargura y la impotencia. Para preguntas que aún hoy están sin responder.

Los socialistas madrileños, que no pueden ser otra cosa que dignos herederos del zapaterismo, demostraron con su ausencia a los actos oficiales de la Comunidad de Madrid la talla de políticos que son. Poniendo una zafia excusa coyuntural para no estar donde, por decencia personal, estaban obligados a estar. Tomás Gómez, que sustituyó a Simancas para hacer del PSM un partido más serio y respetable, lo está llevando a las cloacas de la moral, haciendo de la lucha por el poder el mejor argumento para emporcarse de inmundicia. Una verdadera vergüenza.

No a sus votantes, que viven instalados en un "hooliganismo político" francamente penoso, pero sí a las futuras generaciones de españoles tendrán que dar ciertas explicaciones los actuales prohombres del PSOE zapaterino. ¿Por qué ese deseo indisimulado de pasar página al 11-M?, ¿por qué esa aversión casi alérgica a encontrarse de frente con las familias de las víctimas?, ¿remordimientos, quizá?, ¿algo que esconder, algo que tapar, algo, quizá, que no puedan decir todavía? Nosotros sí que queremos saber, señor Zapatero, nosotros sí.

Jueves, 12 de marzo de 2009.

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