Principal

Diario YA


 

Editorial: "Un comunista en IU"

Siempre es bueno que llegue gente nueva a la política española, y en ese sentido, la aparición en el panorama actual de Cayo Lara como coordinador general de Izquierda Unida abre una esperanza de que dicha formación, que hace algunos años era sin discusión la tercera fuerza política en España, pueda al menos seguir existiendo, ya que la etapa liderada por Llamazares a punto ha estado de reducirla a cenizas. 

Sin embargo, no podemos engañarnos, y aunque quisiéramos creer en las buenas intenciones y en los mejores propósitos del ciudarrealeño Lara, hay un dato en su biografía política que nos pone en guardia y nos llena de inquietud: procede del Partido Comunista. No es, desde luego, nuestra intención estigmatizar ni descalificar a nadie a priori, pero comprenderán nuestros lectores que la pertenencia a un partido que lleva tan nefasto apellido sólo puede generar desazón.

Pocas creaciones de la mente humana han sido tan nocivas, tan destructoras, tan absolutamente catastróficas para el mundo que el comunismo. Si en el papel, el marxismo resultó una ideología ilusoria y utópica fundamentada en falsedades sólo aceptables por un loco, en la práctica fue todavía peor, ya que construyó sociedades en las que la esclavitud y la miseria eran las principales señas de identidad. Sociedades en las que el hombre valía mucho menos que una patata.

Por tanto, presentarse ante la España de hoy admitiendo que uno es comunista, en principio se nos antoja un comienzo regular, tirando a mal. ¿Son acaso planteamientos comunistas los que van a solucionar los graves problemas morales que padece nuestra patria?, ¿puede ser el comunismo la brújula de las actuales generaciones, el bálsamo de las profundas heridas del alma humana de hoy? Mucho nos tememos que no. Y tampoco de los problemas económicos, como es obvio.

No es broma: le deseamos lo mejor al nuevo coordinador general de Izquierda Unida, y ojala aporte algo a su formación y a la política española, al menos algo más que su antecesor. Ya que no parece probable que traiga ideas benefactoras para el Bien Común y la recuperación moral de Occidente, nos conformamos con que consiga que IU deje de ser el perro faldero del PSOE y recupere su capacidad de hacer oposición al Gobierno. Eso ya es más que nada.

Lunes, 15 de diciembre de 2008.

 

Etiquetas:editorial