Qué lamentable es escuchar en las radios y ver en TV a los dos grandes líderes políticos de España (sic) con el eterno tonillo de "y tú más" que lo emponzoña todo, haciendo de la realidad nacional un completo lodazal de acusaciones e imputaciones de delitos que nunca se ven demostrados. Qué triste impunidad. Qué sensación, en los gobernados, de que los diputados acuden allí con un guión fijado de antemano, completamente de espaldas al clamor de los ciudadanos, a sus problemas reales, y empeñados sólo en sacar ventaja electoral de los errores del contrario. Qué hastío.

Realmente, hay que ser muy, muy, pero que muy demócrata para avalar este sistema chapucero y fraudulento, y sentirse cómodo en él. Hay que tener una muy escasa consideración del concepto clásico de ciudadanía para creer que realmente importamos algo a nuestros "representantes". Cada sesión de control al Gobierno se convierte en una pelea de patio de colegio, en un gallinero de individuos groseros, maleducados, cafres, ordinarios, mediocres hasta la náusea, que no pueden representar a nadie porque con dificultad se representan a sí mismos. Verdaderamente, da mucha vergüenza ajena contemplar el "edificio de la democracia" española. Pero que mucha.

Rajoy repocha a Zapatero la salida de las tropas españolas de Kosovo (no el fondo, sino la forma), y ¿qué creen que responde el presidente del Gobierno? Que la política exterior de Aznar (¿se acuerdan?) estuvo caracterizada por la participación en la Guerra de Irak. Es decir, "y tú más". El Congreso de los Diputados actual ha reducido a los políticos a seres castrados mentalmente, incapaces de argumentar, de razonar, de hacer una exposición lógica de motivos y causas, de fundamentos. Nada de eso. Consignas para que sus periodistas de cámara las conviertan en titulares al día siguiente, y el ventilador en marcha contra la bancada de enfrente. A eso ha quedado reducido el "amplísimo consenso político" de nuestra amada Transición.

Zapatero reprocha a Rajoy el espectáculo nada serio que están ofreciendo los barones madrileños del PP en relación a la polémica Ley de Cajas de Ahorro, especialmente con el espinoso caso de Caja Madrid. Respuesta de Rajoy: "Lo que es una vergüenza, señor Presidente, es el vergonzoso espectáculo de la Caja de Castilla La Mancha...". Y tú más. Bueno, pero ¿es cierto o no es cierto que hay una pelea entre Aguirre y Gallardón por el asunto de las cajas?, ¿es o no es penoso y lamentable que España se haya saltado todas las normas de protocolo en materia de defensa, y haya anunciado una espantá de Kosovo, ante el asombro de la OTAN? En definitiva, ¿tanto les cuesta a ambos reconocer que son humanos, y se equivocan?

En el fondo, la violencia verbal del Parlamento es la misma que hay en el autobús, en el tráfico diario de las grandes ciudades, en la cola del pan o en el cine. La gente está de los nervios, y como no se ve al otro como un igual, como no sabemos lo que es la humildad y nos creemos minidioses (de pacotilla), nos ponemos el mundo por montera y atropellamos lo que haga falta. La culpa siempre es del otro, nosotros estamos en permanente posesión de la verdad. Y no nos engañemos: el Congreso de los Diputados no es más que la expresión última de la sociedad.

Jueves, 26 de marzo de 2009.