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Diario YA


 

La "nueva pluralidad religiosa" lo llama el Ministerio de Justicia

El 42 % de los nuevos inmigrantes son de religión evangelista

Redacción. La inmigración ha supuesto un "input religioso" en una España cada vez más secularizada. Esta es una de las principales conclusiones de un informe del Ministerio de Justicia, llamado "La nueva pluralidad religiosa", elaborado con datos recogidos por el Centro Investigaciones Sociológicas (CIS). Su autor, el catedrático y director de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, Alfonso Pérez-Agote, destacó durante su presentación que los indicadores de religiosidd indican que la población inmigrante es el doble de religiosa que la española.

Según datos del informe, la mayoría de los inmigrantes que llegan a España son evangelistas (un 42 por ciento) y musulmanes (un 26 por ciento), según datos de 2008. Además, tal y como indicó Pérez-Agote, en nuestro país conviven 200.000 ortodoxos y 6.000 testigos de Jehová. Sin embargo, la religión peor valorada tanto por la población extranjera como por la española es la musulmana.

Tal y como indica el estudio, preguntados a los inmigrantes y a la población autóctona sobre si tienen alguna pertenencia religiosa para ambas la respuesta afirmativa se sitúa en torno al 85 por ciento. Sin embargo, en el caso de los españoles es algo "puramente genérico y cultural". La mayoría de los inmigrantes, en cambio, tienen en cuenta a la religión en la toma de decisiones y está mucho más presente en su vida privada.

"Van a misa, a los oficios o a la mezquita semanalmente el doble que los españoles. Además, hablan más de religión y están dispuesto a hacer x la religión más cosas", afirmó Pérez-Agote.

En general y dentro de cada tipo de confesión, la preferencia política mayor entre los inmigrantes es por el PSOE, pero sobre todo, dentro del sector musulmán. Con respecto al grado de credibilidad en la Iglesia, son los propios católicos los que muestran mayores índices de desconfianza. Mayores, incluso, que entre la población inmigrante.

A diferencia de los autóctonos, para los que el 50 por ciento considera que la religión en la escuela debería ser una opción, en el caso de los extranjeros casi un 40 por ciento considera que su propia religión debería ser obligatoria. "Cuanta más discriminación haya en la sociedad más importante sera la religión y cultura propia para la poblacion inmigrante", destacó.

En este sentido, Pérez-Agote señaló que el Gobierno pudo con la futura Ley de Libertad Religiosa reducir todas las religiones al ámbito privado, pero, sin embargo, optó por reducir todas sus concesiones. Por ello, destacó que la nueva normativa intentará ayudar a las religiones minoritarias a separar la distancia "con el poderio de la Iglesia católica".