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Diario YA


 

HIC SUNT LEONES

El Factor Cosidó

Ricardo Ruiz de la Serna. 8 de maro.

Este miércoles hubo Comisión de Interior en el Congreso.  El Grupo Parlamentario popular había pedido explicaciones sobre los incidentes fronterizos en Melilla que han obligado al cierre del paso de Beni Ezar durante varios días, con intervalos discontinuos, con el consiguiente perjuicio económico y la vulneración de los tratados internacionales y de buena vecindad entre España y el Reino de Marruecos. El lector recordará que en estos incidentes algunos inmigrantes intentaron asaltar la valla que separa el territorio español del marroquí y que uno de ellos murió en el intento.
 

El Secretario de Estado Sr. Camacho compareció para contar que se trata de incidentes puntuales (es decir, que suceden a la hora prevista, piensa el pérfido cronista porque no encuentra en el diccionario  el significado pretendido por el político)  El Sr. Camacho llegó con un sartal de cifras y porcentajes. La entrada de inmigrantes irregulares en Ceuta y Melilla se ha reducido  un 78 por ciento: ha pasado de 5.566 en 2005 a 1.210 en el año pasado. Según el Secretario, esta disminución se debe al esfuerzo inversor que el Estado ha hecho en la frontera, que en Melilla ha sido de 36,6 millones de euros.

Así, ha mejorado  la impermeabilización de la frontera y ha logrado reducir las avalanchas humanas y mejorar la seguridad de los efectivos policiales y los inmigrantes. El Secretario también señaló el incremento de efectivos en Melilla ya que en 2004 eran 866 los policías y guardias civiles destinados en la zona y ya son 1.119, un incremento de casi un 30 por ciento. Sí, son más –pensó el cronista- pero ¿son bastantes? Silencio. Siguen lloviendo datos.

Esta estrategia, dijo el Secretario, junto a la intensificación de la cooperación  con Marruecos, que consideró satisfactoria, ha permitido que desde 2006 la llegada de inmigrantes ilegales a través de embarcaciones (las trágicas pateras) se haya reducido en más de un 43 por ciento, si nos referimos a los que llegan a la Península, y en más de un 71, si incluimos los llegados al archipiélago canario.

 

El Secretario iba bastante seguro, pero no considero el Factor Cosidó, al que da nombre un diputado salmantino por Palencia (PP) que es historiador y se sabe muy bien el asunto de las cifras; mejor dicho, sabe que las cifras no son la única clave de una política. La Comisión suele ser más o menos así: el Sr. Pérez Rubalcaba, el Sr. Camacho o el que toque llegan con miles de datos ordenados para impresionar y porque imponen. Entonces, llega este señor, que ha sido Jefe del Gabinete Técnico de la Guardia Civil, y no se deja amedrentar. Así pues, el Factor Cosidó se traduce en que los políticos del Ministerio del Interior aparecen en la Comisión pertrechados de cifras y letras, y el diputado les rompe los esquemas. Cosido afirmó que los incidentes de los últimos meses en la frontera de Melilla "no son puntuales", sino "habituales" y en "algunos casos muy graves". El cronista –profundo enamorado del Norte de África- sonríe pensando que esa frontera tiene más ambiente que los polígonos de copas a as afueras de Madrid. El diputado exigió un aumento de los efectivos hasta completar las plantillas de todos los puestos fronterizos de Melilla. Claro, es que antes había poquísimos y ahora hay pocos; hay más, pero no suficientes.

En la Comisión también se trató la cuestión de los cupos de detenciones de inmigrantes en situación irregular  impuestos a las Comisarías desde el Ministerio. ¿Cupos? ¿Qué cupos? En la España del Ministro Pérez Rubalcaba (¡oh, Fouché revivido!) estos cupos no existen aunque los publiquen la prensa hasta con fotos. El caso fue que el Secretario terminó admitiendo que hubo un error operativo en cuatro o cinco comisarías, y esto podría creerse si no fuera la quinta versión que el ministerio da sobre esta cuestión. Sí; hubo un error, piensa el cronista en clave rubalcabiana: dejaron un papel que demostraba las instrucciones dadas; la próxima vez hay que susurrarlas al odio o transmitirlas por tam-tam. He aquí la clave: no se debe dejar rastro que el popular Cosidó, ese factor desestabilizador de las comparecencias, pueda esgrimir contra el Ministro. La verdad es que el salmantino le soltó al Secretario un derechazo como un piano: No es una orden no adecuada, como dice usted, es una orden inadmisible, ilegal, que atenta contra el Estado de Derecho y es una orden xenófoba. ¡Ole! Dijo el cronista, que se alegra de que alguien denuncie la xenofobia de la medida.

El factor Cosidó dio vidilla a un debate que, de otro modo, hubiera sido bastante aburrido.  

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