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Diario YA


 

El laberinto vasco

Abel Hernández. 5 de marzo.

No se ve una salida fácil al laberinto político vasco. Las elecciones del domingo, en vez de aclarar el escenario, lo han complicado más. El PNV, que ha ganado las elecciones, siente en sus carnes la amenaza cierta de perder por primera vez el poder, y no se resigna a ello. El Partido Socialista, que tiene al alcance de la mano ocupar la presidencia del Gobierno vasco, es acusado de nada menos que de “golpista” y de “frentista” por los nacionalistas, se da cuenta de que con esta operación tan tentadora priva a Zapatero del amparo del PNV, lo que hace que aumente su desamparo, y se siente presa de su adversario político principal, que es el Partido Popular. Éste, que ha perdido votos, ha ganado influencia, pero siento en la nuca el desprecio de socialistas y nacionalistas, que si pudieran lo borrarían del mapa. Está bien que, por primera vez, ETA haya quedado fuera de las instituciones.   Habrá que ver si esto favorece la paz o la guerra.

El PNV propone hoy a Patxi López un Gobierno fuerte de coalición presidido por Ibarretxe. A Zapatero y sus terminales mediáticas es la fórmula más deseada con algunas correcciones de matiz.   Por ejemplo, que el lehendakari no sea Ibarretxe (que aparece demasiado radicalizado) y, si es posible, que sea Patxi López. También es la propuesta que mejor se ha vendido a la opinión pública  vasca, según los sondeos. ¿Inconveniente? Pues que eso significaría que el candidato socialista no cumple sus propesas electorales de cambio. El cambio exige el desalojo del PNV del poder. Lo demás son apaños que el electorado español castigaría severamente.

El Partido Popular, que se ha convertido sin comerlo ni beberlo en árbitro de la situación  si no cuaja la “gran coalición” propuesta por el PNV para, entre otras cosas, hacer frente a la crisis económica, sigue apareciendo con el malo de la película o, cuando menos, como el convidado de piedra. Muestra, sin pedir nada a cambio, su apoyo a la investidura de López antes de empezar siquiera las negociaciones. Una quijotada. ¿Por qué este enfrentamiento a cara de perro entre el PNV y el PP, que tienen el mismo modelo de sociedad? ¿Por qué esta guerra fratricida? Es verdad que han chocado de frente en el modelo de España, pero no es muy distinto el modelo de España del PP y del PSOE, que no tiene inconveniente en compartir poder con los nacionalistas. Si el Partido Popular aspira de veras a gobernar otra vez en España tendrá que revisar a fondo su actitud con los nacionalistas periféricos, y estos dejarse de prejuicios anticuados.

La reacción del PNV ante el riesgo cierto de perder el poder tras considerar a Euskadi su feudo ha sido demasiado altisonante. Un partido democrático necesita pasar por la oposición para no corromperse. ¿Cuál es el problema en este caso? Me dicen distintos observadores del País Vasco que si el PNV es ahora desalojado del poder, corre riesgo cierto de partirse en dos: los soberanistas por un lado, agrupados con Aralar, EA, etc, y los autonomistas por otro. Cada cual está, como se ve , en su propio laberinto. 

 

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