Principal

Diario YA


 

HIC SUNT LEONES

El Ministro, el Gobernador y los toreros

Ricardo Ruiz de la Serna. 1 de marzo.

Aquiles lloró la muerte de su amigo Patroclo y, después de incinerado el cadáver, organizó en su honor unos juegos. En la semana que ha conocido la dimisión de Mariano Fernández Bermejo, el Presidente no ha vertido una sola lágrima por el cazador de más aire y menos licencia. ¡Vae victis! Recordará el lector que pocos días antes ciertos diputados aclamaban al ex titular de la cartera de Justicia gritándole ¡torero!. Por cierto, he aquí  la tristeza de la Hispanidad; a esto viene a parar la gloria del matador de toros (el cronista, salvaje y carente de sentimientos, se confiesa taurino). He aquí la pena de Antonio Ordóñez y Manolete, de Joselito y Belmonte: un cazador de compañías discutibles recibe los vítores de quien se pone frente a un mihura y vive para contarlo o muere en la arena. Lo mismito que un Ministro, oiga.

Así, con la primera dimisión del zapaterismo encima de la mesa, la bancada popular insiste en que haya una comisión de investigación para esclarecer las amistades peligrosas de coto, caza y cena.  Con la que está cayendo, entre la sede del PP y la Audiencia Nacional –sitas las dos en la calle Génova de Madrid- se van a empezar a cavar trincheras y a construirse nidos de ametralladoras. El otro día el cronista temió que se instalara un check point como los del Berlín de la Guerra Fría para pasar de un lado a otro de la calle. Las iniciativas del PP en el Congreso suelen concluir en poca cosa: cuando las cartas vienen mal dadas, la vieja estrategia de arrinconar a la oposición sigue funcionando  y todos se ponen de acuerdo para que no prosperen las propuestas populares. Es sorprendente porque los partidos minoritarios y los nacionalistas –que son oposición como el PP- más que oponerse suelen colaborar en la frustración de las iniciativas mas problemáticas para el Gobierno. Cuentan que para tratar con los Beni Urriagel, había que saber maneras; Franco las sabía y ahí está el resultado: tuvo una infantería de choque formidable. Del mismo modo, aunque con menos pretensiones, el Presidente y el portavoz socialista Sr. Alonso saben qué hay que decir  para reconducir a los nacionalistas y a los partidos minoritarios. ¿Tendrá el Presidente, como el General, la mítica baraka?, pregunta intrigado el cronista.

El Sr. Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España , mantuvo un duelo dialéctico con el Sr. Montoro (PP) en la Comisión de Economía. Como en Macondo, en esta España nuestra el asombro camina por la calle y lo fantástico habita –como un personaje más- las ciudades y pueblos. Según el Sr. Fernández Ordóñez, a pesar de que en otros países se haya intervenido sobre los bancos y la crisis del sistema bancario sea una realidad, en España, no. No ha pasado nada. Hasta ahora no ha quebrado ni un banco. Ésos son los hechos.  El Gobernador, claro, se curó en salud advirtiendo de que la crisis se ve en el horizonte: el sistema financiero español va a sufrir los procesos que la crisis financiera ha desatado. ¿Y el asunto de las cajas de ahorros? Será que no pasa nada con la estrecha relación entre poder político y financiero en esa constelación de entidades que, como el ejército de Pancho Villa, parece una multitud que comprende desde guerreros hasta mariachi. El Sr. Montoro (PP), diputado y catedrático de Hacienda Pública, aún se sonroja cuando escucha estas cosas y saltó al abordaje con el cuchillo entre los dientes Según el popular, ya estamos en una crisis bancaria como nunca antes hemos vivido.  El Gobernador llevaba la consigna aprendida y la repetía: no pasa nada. Así, la banca española no tiene activos ¨tóxicos¨, su situación es muy sólida. El Sr. Montoro, que se había atrincherado en la realidad, disparaba con todo lo que tenía, que esa tarde era bastante: su deber es advertir sobre lo que se nos viene encima, que por supuesto usted conoce porque lo tiene encima ya. Con todo el fuego de fusilería y artillería  concentrado sobre el Gobernador, le advertía: ¿Cómo puede decir que no sucede nada? ¿Esa fusión es una operación privada? Le vamos a exigir responsabilidades en el momento pertinente: cuando haya que movilizar recursos públicos para alguna entidad. Entonces me va usted a repetir que en España no pasa nada. El Gobernador, rodeado, tuvo que recurrir a la metáfora y la personificación para salir del atolladero: al dinero no le gusta el ruido. 

Así, como los ejércitos del Kaiser en la Gan Guerra, el la política económica del Gobierno avanza victoria tras victoria hasta la derrota final.  Eso sí, piensa el cronista, hemos tenido un Ministro torero. 

Etiquetas:hic sunt leones