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Jesús García Burillo

El obispo de Ávila advierte de la "grave crisis moral"

Redacción Madrid. 24 de diciembre. 

    El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, aseguró hoy en su mensaje navideño que este año la Navidad llega "no sólo en medio de una fuerte crisis económica" sino también "en medio de una grave crisis moral".

   "A menudo se manifiesta una voluntad decidida, que alcanza a una gran parte de la sociedad, en contra de la vida que nace y de la vida que llega a su fin", señaló antes de advertir de que el aborto y la eutanasia son "dos graves amenazas contra la vida humana" que "acompañan como realidades diarias, dispuestas a instalarse entre nosotros definitivamente en forma de leyes, emanadas de organismos oficiales que a todos vinculan".

   García Burillo señaló en el mensaje que los movimientos pro-vida solicitan la ayuda a favor de las mujeres embarazadas y el apoyo con medios reales a quienes se enfrentan a un embarazo inesperado, "estando en condiciones económicas o personales difíciles", por lo que "solicitan para estas personas recursos para seguir adelante con su embarazo o simplificar los trámites para la adopción de hijos no deseados".

   "En definitiva, se pide que valoremos la grandeza de la maternidad, María, Madre Virgen, ofreciéndonos a su Hijo recién nacido, Vida y salvación nuestra es para nosotros modelo y referente en estos días", indicó.

   Por otra parte, se refirió a la "alegría navideña", que "siempre contrasta" con las condiciones de vida que "soporta una gran parte de la humanidad".

   "Este año la Navidad nos visita en medio de una grave crisis económica con gran número de parados que no cesa de crecer", apuntó antes de resaltar que, en esta ocasión, no es necesario "mirar lejos" para contemplar familias "cercanas" en "apuros" o niños que, "como el Hijo de Dios, nacen en dificultad".

   "La Navidad nos invita a la austeridad, a ejercitar la cultura de la generosidad, el principio de que es más feliz quien da que quien recibe", manifestó antes de recordar que Cáritas se ofrece "como mediadora de la solidaridad".

   Después de trasladar sus "mejores deseos de amor y de paz" con "un deseo sincero, profundo que nace de la fe en el misterio que celebramos estos días", el prelado se refirió al Belén instalado en el Obispado de Ávila, que él encargó a árabes cristianos en Tierra Santa para ayudarles a que "puedan subsistir en territorio hostil con el objetivo de que la fe cristiana no se pierda en aquellos lugares donde nació hace ahora 2008 años".

 

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