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Diario YA


 

Allí donde reina la mentira sólo hay un final posible, que es el caos y la violencia

EL PODER DE LA MENTIRA

Rafael Nieto,
director de Sencillamente Radio, en Radio Inter

Por fin parece que la mayoría de medios de comunicación se animan a hablar de la mentira, palabra que había sido delicadamente escondida durante las últimas cuatro décadas, porque en la dictadura del relativismo que padecemos, la mentira y la verdad valen exactamente lo mismo. Sólo cuando la realidad toca de lleno el absurdo, y se producen situaciones que sólo serían normales en un frenopático, es cuando algunos se caen del caballo y se dan cuenta de que vivimos inmersos en una verdadera ciénaga de falsedades, en una realidad paralela donde apenas queda rastro de la verdad, poniéndose en riesgo la paz, el orden, la convivencia y los derechos básicos de las personas. Allí donde reina la mentira sólo hay un final posible, que es el caos y la violencia.

Estos días estamos recordando el genocidio de Paracuellos del Jarama, el mayor asesinato colectivo de civiles, por razones ideológicas, en la historia de España. Un crimen perpetrado por las hordas rojas que dirigía Stalin desde Rusia, y que lideraba de manera cobarde y abyecta el inefable Santiago Carrillo, líder espiritual de los marxistas españoles. Un hombre elevado a los altares por la derecha y por la izquierda política, no obstante fue Manuel Fraga quien lo presentó en el Club Siglo XXI, aún con la peluca en su coche, recién iniciada la Transición. Había que hacer las paces con los perdedores de la guerra, aunque fuese a costa de olvidar la memoria de más de seis mil inocentes masacrados por el Frente Popular en Paracuellos. Lo que hiciese falta y mucho más.

Hoy, los herederos políticos de aquel genocida nunca condenado por los tribunales, tienen más de setenta escaños en el Parlamento. Y siguen pensando lo mismo que él, pues dentro de la ideología marxista no cabe el perdón para el discrepante. Hoy, Podemos es el más rancio comunismo vestido de lagarterana, y colaborando en la destrucción de España, que es a lo que se ha dedicado siempre la extrema izquierda desde sus inicios. Entonces, matar a los que no pensaban como ellos, y hoy señalar a los discrepantes para que otros se ocupen de quitarlos de enmedio, literal o metafóricamente...Da igual, porque el resultado es el mismo, la muerte natural o la civil.

Pablo Iglesias sale muy tocado de la última encuesta del CIS, que indica un empeoramiento súbito de su perspectiva electoral, sin duda por haber ayudado a los golpistas catalanes a llevar a cabo su enloquecido proyecto. Porque para muchos rojos, una cosa es combatir a la derecha capitalista, y otra muy distinta ayudar a la burguesía catalana y sus colaboradores necesarios a crear un ente ficticio, otra mentira aceptada por el Sistema, que es la presunta nación catalana, existente sólo en algunas mentes perjudicadas. Los impulsores de la astracanada están, a saber: unos huídos de la Justicia en Bélgica, otros en la cárcel de Estremera, y otros de regreso a Cataluña después de acatar la Constitución, el 155 y toda la discografía de Manolo Escobar, lo que haga falta para no pasar más de una noche en el talego. Lo que haga falta y mucho más.

La misma Justicia que nunca sentó en un banquillo al mayor genocida de nuestra historia, la misma Justicia que va a meter en la cárcel a 14 patriotas por gritar que "Cataluña es España", esa  misma Justicia ha dejado que Puigdemont siga libre, aunque en jaque mate, y ha enviado de regreso a casa a la ex presidenta del parlamento golpista, porque se arrepintió de todo a última hora, poniendo carita de pena ante el juez Pablo Llarena. Los 150.000 euros de la fianza se los hemos pagado ustedes y yo, con nuestros impuestos, a través de la Asamblea Nacional Catalana. El Sistema tiene muy claro a quiénes dejar libres, y a quiénes encarcelar.

Por eso, en este programa seguiremos luchando por destruir las mentiras de consenso, esas que sirven al PP, al PSOE, a Ciudadanos y a Podemos para seguir teniendo el voto cautivo de la parte de la ciudadanía que les sostiene. Y lo haremos aunque seamos los únicos o los últimos, y aunque nadie nos lo agradezca. Porque sólo desempolvando la verdad, y dejando que reluzca como luce el sol de cada día, podremos poner los cimientos de la sociedad del futuro, ojalá que muy distinta a la actual. Acuérdense siempre de esto: allí donde reina la mentira, sólo hay un final posible, que es el caos y la violencia.