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Diario YA


 

Los nuevos usos del lenguaje cibernético

El poder de los emoticons

Emma García

Es de sobra conocido que el lenguaje corporal supone más de un 75% de la comunicación. Cuando hablamos transmitimos mucho más de lo que decimos, y a veces nuestro inconsciente nos traiciona diciendo con nuestros gestos aquello que queremos ocultar, o nuestro tono de voz contradice nuestro mensaje. Sin embargo, mucho queda aún por analizar del lenguaje virtual y su expresión “corporal”. Internet facilita la comunicación y acorta distancias, aunque no puede sustituir el contacto humano ¿o sí?

Existe todo un código de símbolos gráficos que nos ayudan a trasladar las emociones propias a nuestros interlocutores. Son los emoticonos, que de una forma rápida y escueta son capaces de identificar tristeza, rabia, sorpresa, felicidad, cansancio, aburrimiento, diversión, etc…  El caso es que en cierto modo son más universales que el lenguaje, ya sea verbal o no verbal. No dan lugar a malas interpretaciones. Si hago una broma por el chat a continuación incluyo “je,je” o los signos (-: o una cara sonriente. ¿Cuántas veces en una conversación presencial no nos han captado nuestro peculiar sentido del humor, lo que ha acabado en un irreversible mal entendido? En esos casos, ayudaría tener una palanquita automática que avise de nuestro estado de ánimo. Los nativos digitales la tienen y la usan. Pueden saber cómo se siente su amiga sin preguntar, porque ella ya ha incluido en su perfil el emoticono con el que se identifica hoy.

A veces pienso que chatear con mi hija me ayudaría a tener una mejor comunicación con ella. En vez de atosigarle a preguntas para intentarle sonsacar cara a cara cómo se encuentra o cómo le ha ido en el cole, me sería muy útil que me mandara un emoticono como respuesta. Y es que una imagen dice más que mil palabras. Sabemos que los hijos se cierran ante los padres, no nos cuentan, no nos consultan, no nos escuchan… En cierto sentido es debido a que les hablamos en un lenguaje que no es el suyo, es el de los adultos. ¿Tendríamos pues que aprender el dialecto cibernético?  Y es que internet se ha convertido en algo más que un medio de comunicación, es una forma de expresión. Quizás la generación de nativos digitales han sabido ir más allá de la tecnología, humanizándola para hacerla más cercana y útil. Para los jóvenes y adolescentes internet es su mejor herramienta para relacionarse. Por ello crean un lenguaje a su medida, y lo usan para identificarse con su grupo. Siempre han existido tics lingüísticos característicos de etnias o grupos juveniles. Los emoticonos son como aquellas voces de la calle, pero del ciberespacio.