Principal

Diario YA


 

próximo artículo: sobre la consideración bíblica de las relaciones homosexuales

El Sínodo de la Familia, Verdaderas cuestiones de fondo. Parte I: Divorcio

Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Ex miembro de la Curia Valentina. No voy a entrar, pues considero que para el lector, a estas alturas sería ya agotador y aburrido, en el debate sobre qué discrepancias ideológicas internas o trifulcas se han producido en el Sínodo de la Familia, tan traído a los medios por aquellos que desde dentro de la Iglesia, como dice San Pablo, " quieren tornar la Bondad Inmerecida y Misericordia de Dios en una excusa para la conducta relajada ".
Como digo, no voy a entrar en estas cuestiones pues Dios, Nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, juzgarán y como nos dijeron: " dejad crecer el trigo y la mala yerba juntos y que los malvados sigan obrando malvadamente desde dentro pues a su debido tiempo se actuará sobre ellos ", pero lo que sí voy a hacer es considerar y traer a nuestra memoria lo que las Sagradas Escrituras nos dicen sobre el Divorcio y sobre las relaciones homosexuales.
Jesús, nuestro verdadero Maestro en último término y el portador del Verdadero y Definitivo Magisterio, nos dijo en Mateo 19:4-9 " ¿ No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y mujer? ". Y dijo Jesús: " Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre ". Ellos le replicaron: ¿cómo es, entonces, que Moisés ordenó dar libelo de divorcio al repudiar?. Les dijo Jesús: " Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no fue así. Y yo os digo que quien repudia a su mujer, salvo caso de adulterio, y se casa con otra, comete adulterio ".
Palabras clarificadoras e iluminadoras las de Jesús, con varias enseñanzas incluidas en ellas pero un principio que envuelve todo el relato: el divorcio no es la Voluntad de Dios y los Sacerdotes de entonces, así como los de ahora, deben no promoverlo, ni facilitarlo, ni darle carta de naturaleza o coyuntura moral, social, magisterial o legal.
Por otro lado, como complemento a las palabras del Mesías, Pablo, en su Carta a los Romanos 7:2,3 dijo " ¿ O ignoráis, hermanos - hablo a los que saben de leyes -, que la ley domina al hombre todo el tiempo que éste vive?. Por tanto, la mujer casada está ligada al marido mientras éste vive; pero, muerto el marido, queda desligada de la ley del marido. Por consiguiente, viviendo el marido será tenida por adúltera si se uniere a otro marido; pero si el marido muere, queda libre de la ley, y no será adúltera si se une a otro marido ".
Así, como conclusión de este punto relativo al Divorcio, decimos: sólo disuelve el matrimonio y capacita para volver a casarse, ya sea al varón como a la mujer, obviamente la muerte de una de las partes; y por otro lado, el acto de fornicación de uno de ellos permite, pero no obliga, pues lo deja a la libertad y conciencia de la parte que no ha pecado, a divorciarse.
Así, en lo que respecta al pasado Sínodo de los Obispos sobre la Familia, o a cualquier otro documento magisterial pasado como futuro, debe regirse siempre por estos principios que hemos comentado pues todo lo contrario es pecado condenado por Dios.
En un próximo artículo hablaré sobre la consideración bíblica de las relaciones homosexuales.
 

Etiquetas:Daniel Ponce