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Diario YA


 

Enfrentar un divorcio sin colapsar legal y emocionalmente

El final de un matrimonio casi siempre deja una sensación de gran derrota interior y personal. Es posible que casi todos los que pasan por esta situación se sientan en bancarrota, incapaces de hacer frente a las dificultades, ya sean legales o emocionales. Sin embargo, hay que saber que es normal que durante algún tiempo se pueda sentir un profundo desconcierto.
 Sin duda es una situación dramática, pero también bastante lógica, ya que cuando uno se va, no sólo se dividen los caminos de dos personas, sino que hay que reconstruir todo un mundo, hay que recuperar el equilibrio y puede haber graves problemas económicos que afrontar si no se toman las elecciones correctas en este ámbito.
No hay dejarse llevar por los sentimientos negativos
 Además, el fin del amor (y la consecuente separación) también puede llegar al final de un período problemático. Si la pareja rompe irreparablemente puede significar que antes de llegar a la ruptura final han pasado períodos más o menos largos de peleas, repugnancias, tensiones, actitudes incorrectas para tener frente a los hijos.
 Por lo tanto, es normal que en el último momento, cuando finalmente se ha establecido un punto de la relación y se está tratando de pasar página, toda la tensión, la ira y la frustración acumuladas en el pasado puedan colapsar. Para esto es necesario tomar algunas recomendaciones, y desde luego, buscar la ayuda profesional calificada.
Procesos legales lo más profesionales posibles
Es un error pensar que el divorcio se trata de una operación indolora. De hecho, como una operación quirúrgica, si no se realiza correctamente, la separación puede causar muchos problemas para el futuro, especialmente si hay niños de por medio. Si existe la intención de divorciarse del cónyuge, primero se debe saber qué procesos implica el paso de la separación, ya sea consensual, o si ocurrió con una demanda judicial.
 La primera cuestión que debe abordarse es la del consenso. ¿Aceptan ambos cónyuges separarse? ¿Han llegado a un acuerdo sobre el reparto de los activos y sobre la posible pensión alimenticia? Si la respuesta es afirmativa, se está hablando de una separación consensuada, donde pueden aplicar a un proceso express. Lo ideal es buscar la asesoría adecuada y tratar de esclarecer todos los puntos posibles con los profesionales que vayan a llevar el caso.
 Una ventaja que agregar es que se puede conseguir rápidamente por internet alguna abogada matrimonialista para dar solución oportuna y lo más pacífica posible al divorcio. De hecho, una recomendación puede ser la Abogada Cillas Abadía, que cuenta con la experiencia requerida para tratar cualquier tipo de divorcio y que además se desempeña como perito calígrafo.
 Bien sea un divorcio contencioso o de mutuo acuerdo, este bufete está capacitado para conseguir lo mejor para sus defendidos. En caso de contencioso solicitará el tipo de custodia, el régimen de visitas o el uso del domicilio familiar. en caso de mutuo acuerdo redactarán el convenio regulador acorde a las necesidades y pretensiones de cada cónyuge. en él se expondrán acuerdos familiares (custodia, visitas) y económicas (pensión de alimentos, compensatoria…) 
Evaluar el mejor camino
Por otra parte, es importante destacar que la separación consensual es ciertamente la opción más apropiada para aquellos que quieren decir adiós sin traumas. No hay costes legales exagerados que afrontar, el procedimiento se resuelve en uno o dos pasos como máximo y las relaciones entre las partes siguen siendo "civiles".
 A la inversa, si el caso se lleva a juicio (la llamada separación judicial), las partes se ven sometidas al estrés de los testimonios, las recriminaciones por dinero, las evaluaciones de ingresos, la lucha por la custodia de los hijos y muchos otros capítulos tristes a los que los acontecimientos judiciales obligan. Si uno de los cónyuges no quiere "firmar la separación", es decir, se opone a la despedida de la pareja, el otro puede seguir adelante, pero tendrá que hacerlo con la separación judicial.
¿Cómo hacer con los niños?
La preparación para la separación puede ser más tortuosa en presencia de niños menores de edad o de niños que todavía no son autosuficientes desde el punto de vista económico. Esto se debe a que, con la separación, el tribunal debe decidir (si las partes no pueden ponerse de acuerdo) sobre la contribución a la manutención de los hijos por parte del progenitor que no vivirá permanentemente con ellos y que tiene mayores ingresos.
 Además, no es ningún misterio que la cuantía de la pensión alimenticia, así como la contribución para gastos extraordinarios (que no siempre tienen que acordarse), a menudo constituyen una causa de fricción entre ex cónyuges.
 Lo más importante, sin duda alguna, es el bienestar de los niños. Hay que buscar ayuda profesional y tratar de mantener una comunicación completamente sana con los niños, ya que pueden llegar a sufrir traumas que les acompañen de por vida. A los niños se les debe recordar y dejar muy claro que a pesar de que sus padres ya no quieran estar juntos no significa que no les quieran. De esta manera todo el proceso será mucho más llevadero para ellos.
Enfrentar el duelo
Primero hay que recordar que no se debe pelear con las emociones, ya que es normal tener altibajos y  sentimientos conflictivos incluyendo ira, resentimiento, tristeza, miedo y confusión. Es importante identificar y reconocer estos sentimientos, aunque estas emociones son a menudo dolorosas, tratar de suprimirlas o ignorarlas sólo prolongará el sufrimiento y complicará hasta los procesos legales pertinentes.
 La meta es seguir adelante y buscar ayuda de amigos o incluso un profesional de la psicología familiar hará expresar los sentimientos y eso será liberador, pero es importante no insistir en los sentimientos negativos o exagerar en el análisis de la situación.