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Diario YA


 

Difícil dicotomía en la que nos encontramos la mayoría de los españoles

Es hora de pasteleo, pero también es hora de cobardes quema banderas

Javier García Isac. Es hora de pasteleo, de merengue, de sufle, es hora de enanos, de petardos, de pelotas palaciegos y con tertulias de salón.

También es hora de chusma, de violentos, de piojosos, de imbéciles cobardes quema banderas, hora de idiotas, hora de falsos demócratas, hora de frente populistas, de marxistas fracasados , de ignorantes, de manipuladores, es la hora de la anti España.

Difícil dicotomía en la que nos encontramos la mayoría de los españoles. Se nos da a elegir entre lo malo y lo peor. Y el mejor aval de lo malo, lo representa lo peor. A pesar de lo que se nos cuenta, a pesar de lo que se nos dice, a pesar del azúcar la miel o la melaza, el reinado de Juan Carlos primero, ha sido pésimo, ruinoso, una catástrofe sin paliativos . Ni un solo gesto, ni una sola voz, ni un pero hacia el desastre de nación y de concepto de unidad de España. Todo políticamente tan correcto, que al final, no le quedan fieles, excepto simpatías individuales hacia su persona.

Majestad, usted lo tenía todo, España coleccionada como nunca antes, economía saneada, poder, lealtad, un pueblo unido con esperanza en el futuro, y lo dilapido todo. Se dejó llevar, hizo dejadez de funciones. Siempre intentando caer bien a aquellos cuya lealtad no era para con España, sino para consigo mismos.

Se nos intenta vender las bondades de su reinado, y por más que intento ser benévolo, no encuentro motivos para el halago. No es momento de ser cruel, no es momento de ajustar cuentas, eso ya vendrá, aunque no me corresponderá a mi hacerlo. Intento ser generoso en mi juicio, y a buen seguro que lo estoy siendo. No es momento de hablar de lo poco edificante de su comportamiento, ni de las amistades peligrosas que procesa, ni de amantes o queridas, ni de comisiones o negocios pico claros. Eso ya paso. El peor enemigo de la institución monárquica, ha sido usted mismo, y su mejor valedor, la chusma mal oliente, los violentos quema banderas que reclaman una república frente populista, una república troceada, una república sin España, una república tricolor, una república para unos picos, una república donde no cabe Dios, no cabe honor y no cabemos nosotros.

Respetó la institución. Ante este panorama, no queda otra, pero por favor, no saquen pecho aquellos que no tienen motivos para hacerlo, acepto que el Rey es un cachondo, un tío simpático, cercano, chistoso, que gana en las distancias cortas, pero punto. No hay más. Deseó la mayor de las suertes a Felipe sexto y pido a Dios que se distancie del legado de su padre. Lástima que España no este madura para otro concepto de jefatura de estado, lástima que el término república se lo haya apoderado la izquierda como propio, lástima de nuestros fracasos y desastres republicanos, lástima de la deslealtad de la izquierda, grandes beneficiarios del reinado de Juan Carlos primero, lástima de España.

Pero a pesar de estas reflexiones, pero a pesar de este desastroso reinado, pero a pesar de los pesares, que no vea la izquierda en esto, una mínima posibilidad de imponernos un régimen tiránico y opresor. Un régimen manipulador, un régimen de esclavos, vasallos y siervos. Un régimen presidido por ese trapo, por ese paño tricolor, símbolo máximo del terror y el odio, sobre el que vómito una y mil veces. Se lo dice Javier García Isac Una hora en libertad

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