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Diario YA


 

el juez Santiago Pedraz se ha agarrado a la incomprensible actitud de la víctima del terrorismo de ETA, la señora Irene Villa

España camino de un nuevo Frente Popular

Miguel Massanet Bosch. Se empieza por ceder el poder en las instituciones a personas sin méritos, conocimientos ni experiencia para conducirlas con eficiencia y sentido común; se sigue permitiendo que la Justicia se vaya, poco a poco, relajando; se transige con el incumpliendo las leyes; se tiende a ser comprensivos con los delincuentes y se recortan los derechos individuales del ciudadanos como, por ejemplo: el derecho a circular libremente y sin ser perturbado por las calles; el derecho a la protección pública contra la delincuencia; el derecho a una Administración de Justicia despolitizada; el derecho al uso y disfrute de los bienes propios sin ser obstaculizado por la Administración; el derecho a una Justicia rápida para la defensa de los derechos del individuo; el derecho a no ser sometido a una carga fiscal incautatoria; el derecho a poder sentirse español en cualquier lugar de España sin verse coaccionado por aquellos a los que se les ha consentido hacerse dueños de determinadas autonomías, con pretensiones separatistas; el derecho a la bandera, al himno nacional y a ser de derechas sin sentir temor a ser visto como un bicho raro por las turbas que se vienen apoderando del poder, amenazando con convertir al país en un nuevo “paraíso” comunista, al estilo de lo que fue el llamado “frente popular” de la República del mes de Febrero de 1.936, de infausta memoria.

Como era de esperar el juez Santiago Pedraz se ha agarrado a la incomprensible actitud de la víctima del terrorismo de ETA, la señora Irene Villa y el apoyo de la señora Pilar Manjón, ambas contrarias a que se inculpara al  impresentable concejal del ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata, un conocido agitador y uno de los que se ha destacado por atacar a las víctimas del terrorismo, amén de manifestar una actitud xenófoba contra los judíos, utilizando frases de abominable mal gusto y nula moralidad, una de las cualidades humanas que, junto a la ética, este sujeto parece desconocer.

Ahora entendemos el brusco viraje de Pedraz, de conocidas tendencias políticas de izquierdas, que no se preocupa en disimular en el ejercicio de su profesión; cuando ha accedido, sin poner objeciones, al recurso interpuesto, por Dignidad y Justicia, contra la fianza de 20.000 euros que les había exigido por personarse como parte, acusación particular, en el caso que llevaba contra el referido Zapata. Y es que, señores, para el juez de la Audiencia Nacional, señor Pedraz: “el humor negro no está penalizado”. A mí se me ocurre preguntarle a don Santiago, como reaccionaría si yo le calificara, es un simple ejercicio dialéctico, como un inepto mental ¡cuidado, no como un insulto o una injuria, sino, simplemente, como un chiste de humor negro! Me temo que no le gustaría demasiado a este juez, tan complaciente con los que infringen las normas.

 No sé como se le habrá quedado el cuerpo al juez Pedraz ni como puede explicarse que, sólo porque la señora Villa haya demostrado su tendencia a esquivar sus responsabilidades respecto al resto de víctimas del terror etarra, ya haya dado por sobreseído un procedimientos que afectaba a todos las víctimas de la banda criminal y a sus familiares, que han tenido que soportar durante años, además del dolor por los familiares que les fueron arrebatados o torturados, los insultos de los familiares de los etarras que han tenido la desfachatez de culparlos de que los detenidos permanezcan penando sus actos, en las cárceles.

Y eso, señores, no es nada más que el principio de los que nos queda por delante, durante estos cuatro años en los que los españoles hemos hipotecado nuestro futuro, entregándolo en manos de una serie de aprendices de brujo, imbuidos del fanatismo comunista, incapaces de dirigir un país, ansiosos de revancha contra la derecha y, unos fieles seguidores de lo que, el grupo Syriza, en Grecia, esta llevando a cabo con su país, poniéndolo a los pies de los jinetes del Apocalipsis en el aspecto económico, social y financiero; algo que, si Dios no lo remedia, los va a conducir a una situación irreversible de la que les va a costar años, miles de sacrificios y un cambio radical en sus actuales planteamientos políticos, si quieren conseguir que, de aquí a unos años, se les vuelva a considerar como una nación en la que las demás puedan confiar. Y, cuidado, que estas situaciones en las que se tensan las cuerdas de la convivencia, se somete al pueblo a sacrificios a veces muy difíciles mantener y muy propicias a que, en un momento determinado, la situación explote y lo que fueron simples quejas, reclamaciones más o menos virulentas, pudieran concluir en algo más serio, como pudiera ser un enfrentamiento entre ciudadanos, de uno y otro color, en una lucha fraticida.

Ya se que, en ocasiones, mis comentarios pueden considerarse pesimistas y que habrá muchos que pensarán que, estos señores de Podemos, estos niñatos cargados de teorías sacadas de la lecturas de Marx, Bakunin o Lenin, suponiendo que no se hayan tragado Mi Lucha de Adolf Hitler, no son tan peligrosos como queremos pintarlos y que, sus objetivos, son sanear la política eliminando de ella la corrupción, que viene ser algo parecido a lo que proponen algunos ilusos que quieren eliminar de la Humanidad la prostitución o la envidia, o la homosexualidad, meras utopías de visionarios que, en el mejor de los casos, acaban como empezaron, siendo meros brindis al Sol. No obstante, hay quienes no tienen sus expedientes tan limpios como quieren aparentar; los hay que han engañado al fisco para no pagar impuestos y también quienes se han presentado como marginados y sus cuentas corrientes y propiedades demuestran que, los verdaderos marginados sociales no gozan, para su desgracia, de estas economías tan saneadas.

España, repetimos una vez más, no está en condiciones de tirar por la borda toda la labor que, el actual gobierno del señor Rajoy, ha conseguido en materia económica, en recobrar la confianza de los inversores foráneos, en la recuperación, al menos en fase inicial, de nuestra industria y comercio, en situación de competir en igualdad de condiciones, si no con ventaja, con el resto de potencias extranjeras. El desempleo, una de las mayores lacras que nos dejaron los socialistas, cuando abandonaron el poder, en noviembre de 2011, está dando señales de irse recuperando, tanto que el mes de junio parece que ha dado una cifra de 94.000 desocupados menos y 35.000 nuevos cotizantes a la seguridad social. Lo que hace apenas unos meses representaba una cifra superior a los 5.000.000 de desempleados registrados en INE, hoy, apenas sobrepasan los 4.100.000 desocupados; una cifra preocupante, sin lugar a dudas, pero, a la vez. esperanzadora si no se produce, como todos tememos que ocurra, un descalabro organizado por estos salva patrias, empeñados en ir contra corriente, enfrentados a la UE y tomando como ejemplo a seguir, lo que está sucediendo en la Grecia del señor Tsipras, amigo íntimo y colega de ideas políticas del señor Pablo Iglesias, que sigue apoyándoles en la serie de pifiadas que está cometiendo el mandatario griego, que han llevado a su país a imitar lo que, en su día, fue el corralito de la nación argentina.

O así es como, señores, mal que haya quienes piensen que no vale la pena escuchar nuestras advertencias, por supuesto sin ánimo alguno de pontificar ni de influir en el ánimo de nadie, pero sí con el propósito de que, quienes quieran pensar sobre ello, lo hagan y saquen sus propias consecuencias; teniendo en cuenta la situación de Europa y viendo lo que está ocurriendo en nuestro entorno, los movimientos económicos y políticos que tienen lugar en nuestra comunidad europea y los focos de peligro que se han venido creando a lo largo de las fronteras de Europa. Todo ello nos debiera convencer de que no es momento de grandes cambios, especialmente si estos consisten en tomar medidas que nos aparten de nuestros aliados naturales, las naciones con las que tradicionalmente nos venimos relacionando y con las que nos unen toda clase de lazos como miembros de un mercado común.  Los otros experimentos políticos, sin duda, no tiene otro porvenir que el fracaso.
 

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