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Diario YA


 

Estos son los engaños del lobby separatista al pueblo catalán


Se trata, una vez más, de esconder la verdad, de omitir los datos desfavorables para que la población no pueda atar cabos.
 

“Nosotros no somos engañados nunca, sino que nos engañamos a nosotros mismos” J.W.Goethe.

 

Miguel Massanet Bosch.

Se dice que nada resulta más fácil que engañar a aquel que quiere ser engañado y es posible que esto sea lo que les ocurre a muchos catalanes que son partidarios de la independencia y que quieren que se les engañe respecto a las consecuencias que esta hipotética y utópica posibilidad de que Catalunya se convirtiera en una nación independiente de España; escuchando encantados como sus líderes les llenan los oídos de pronósticos favorables, promesas de mejor vida y anuncios de grandes conquistas sociales, mejoras económicas y éxito en las relaciones internacionales. A difererncia de lo que le ocurrió al navegante Ulises ( en este caso sin el apoyo de la diosa Palas Atenea), a su regreso a Itaca, cuando tuvo que hacerse atar al palo de su embarcación y hacer que sus marinos se taparan los oídos para evitar que los cantos de sirenas acabaran con ellos; en el caso de los nacionalistas catalanes ninguno de ellos se hubiera prestado a que le privaran de los cantos de sus sirena proferidos por sus líderes independentistas, aunque su subconsciente les advirtiese del peligro que tamaña aventura comportaba para ellos y su futuro.

 

Se negaron a aceptar que se quedarían fuera de Europa si se separaban de Espapa. Lo estuvieron negando hasta que las declaraciones del señor Von Rompuy de Bruselas se lo dejaron claro y todos los intentos llevados a cabo por el Gobern catalán fueron incapaces de encontrar un solo apoyo en Europa y en los mismos EE.UU. Insistieron en su terquedad presentando un petición de autorización de la consulta por el “derecho a decidir ante el Parlamento de la nación y fue rechazada de plano; y el mismo resultado tuvo su intento de conseguir que el TC les diera la razón.. Aún así han seguido engañando a los ciudadanos catalanes insistiendo en que iban a celebrar un referendo legal pretendiendo utilizar el truco de confeccionar una ley propia de Consultas en la que apoyarse para convencer a la parroquia de la legalidad de la consulta.

 

No les han valido para nada la amarga experiencia de los cuatro intentos en los que,  sus antecesores en el tiempo, quisieron poner en jaque la unidad del Estado español. El de Pau Clarís en 1.641, valiéndose de las graves algaradas del Día del Corpus Cristo de 1.640, cuando centenares de segadores acabaron por asesinar al virrey conde de Santa Coloma. En este caso su proclamada independencia apenas duró seis días. Su segunda experiencia corrió a cargo de Estanislao Figueras que se proclamó presidente de la República Catalan el 5 de marzo de 1.873; este intento sólo duró dos días. La tercera intentona corrió a cargo de Francesc Maciá, aprovechando la proclamación de la República en toda España. La nueva república se extinguió a cambio de la restauración de la Generalitat. Y la más brece, la de Luis Compasnys que apenas duró diez horas el tiempo para que el Ejército detuviera al levantisco abogado.

 

La última baza, la que se ha venido jugando durante los años que España lleva de democracia, la que le ha servido de leif motiv al nacionalismo catalán para crear un sentimiento de antipatía hacia España y la que ha llegado a convencer a muchos catalanes de que eran los que, con su dinero, estaban alimentando al resto de los españoles que, según un criterio ampliamente difundido, eran una colección de vagos, incapaces de sacar a la nación hacia delante sin Catalunya. Esta teoría acaba de sufrir uno de los mayores hachazos que se podían dar cuando la familia Pujol, los líderes por antonomasia del independentismo catalán; su patriarca, el referente del catalanismo.

El “muy honorable” señor Jordi Pujol, motu propio y viéndose venir la amenaza de ser inculpado por sus negocios turbios, sus dineros invertidos en el extranjero, sus diversos depósitos en paraísos fiscales, declaró que tenía problemas con Hacienda por una “herencia” que le dejó su padre y que, en 34 años, parece que no tuvo tiempo de regularizar con el Fisco. Lo que está apareciendo, a resultas de las investigaciones de la Unidad de Investigación Económica y Fiscal, es que las operaciones llevadas a cabo por la familia Pujol Ferrusola ya no son meros ocultamientos de pequeñas cantidades, sino que de lo que se habla es de montantes de más 580  millones de euros una cifra mareante que puede ser superior a los cien mil millones de las antiguas pesetas.

 

A pesar de la impresión que estos hechos ha provocado en la clientela de CIU, una vez pasado el estupor de los primeros momentos, ya se están alzando voces que apoyan al señor Pujol, seguramente pensando que todo vale para enriquecerse, aunque para ello se hagan negocios fraudulentos para conseguir contratos públicos y beneficiarse con ellos en detrimento de los impuestos que pagan los ciudadanos. Es posible, incluso, los haya que piensen que si se ha enriquecido abusivamente lo ha sido en beneficio del pueblo catalán. En todo caso no me puedo resistir a dar a conocer una de los métodos de los que se vale la prensa catalana ( la mayoría apoya la causa del independentismo), concretamente el periódico del grupo Godó, La Vanguardia, que en una artículo de economía del día 25 de este mes, ( pag. 55) en el que, entre otros temas, se trataba de las inversiones etranjeras en España.  Como es habitual en la prensa catalana todo se centra en comparar Barcelona con Madrid y en este comentario, para no perder la costumbre, la peor parte se la llevaba la comunidad madrileña. Se trata de potenciar las posibilidades de Catalunya de sobrevivir fuera de España y, por tanto darle todo el bombo posible a sus logros económicos denigrando en lo posible a su adversario endémico Madrid.

 

Hete aquí que, curiosamente se han acotado las entre los años 2008 y 2012. Nos preguntamos por qué no se incluyó el año 2013 y lo que llevamos del 2014 en el estudio, cuando precisamente es cuando se ha puesto al rojo vivo el problema catalán. Pues lo van a entender perfectamente porque, durante este lapso de tiempo, las inversiones extranjeras en Catalunya fueron aumentando gradualmente y ello les permitía sacar pecho ante una ciudadanía generalmente mal informada sobre estos temas. Pero vean lo que ha sucedido últimamente: según datos extraídos del ministerio de Economía y Competitividad, Registro de Inversiones, se trata de comparar las inversiones extranjeras en Catalunya del segundo trimestre del 2013, que fueron de 786.889 millones de euros, y las del segundo trimestre del 2014 que,¡pásmense ustedes!, apenas alcanzaron los 262.452 millones de euros, un 66% menos de capital foráneo. Esto se lo ha callado el articulista, aún cuando supone un mínimo histórico de inversión extranjera en Catalunya, desde que existe este indicador ( 1.993).

 

¿Un simple error? No señores, son gente experta que sabe perfectamente todo lo que sucede. Se trata, una vez más, de esconder la verdad, de omitir los datos desfavorables para que la población no pueda atar cabos y relacionar los esfuerzos independentistas de los separatistas catalanes, con la disminución de la confianza en las posibilidades de cumplir sus compromisos de una Catalunya fuera de Europa y desgajada de España.  Algo en lo que reflexionar. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, denunciamos como se engaña al pueblo catalán respeto a los nefastos efectos de una independencia de su país.

 

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