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Diario YA


 

Extradiciones: El momento de reabrir el caso de Kazajstán

De izquierda a derecha los presidentes Mariano Rajoy y Nursultán Nazarbayev

Javier García. Ha llegado el momento en que los jueces empiecen a trabajar de una manera coordinada y usando criterios normales. No es aceptable los argumentos del juez belga aludiendo a la supuesta falta de seguridad de las cárceles españolas para no extraditar al separatista Puigdemont, acusado de graves delitos en España.
España es un país democrático que cumple todas las normas de derechos humanos, exactamente igual que Kazajstán. El país eusoasiático es una nación moderna, abierta, democrática, donde se respetan escrupulosamente los derechos humanos, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, país anfitrión de la última EXPO. Y sin embargo, los fiscales españoles no conceden la extradición pedida por Kazajstán desde hace ya cinco años. 
El juez Llarena está experimentando lo desagradable que resulta cuando pides una extradición y no te la concedes. Les está sucediendo con Puigdemont en Alemania y en Bélgica. Una persona acusada de rebelión y de sedición, además de malversación de fondos pero que los jueces en Alemania y Bélgica no conceden su extradición. ¡En Bélgica incluso alegando poca seguridad en las cárceles españolas!
¿Y por qué España no concede la extradición pedida por Kazajstán? ¿Qué motivos hay? ¿Hasta cuándo va a seguir esta situación? ¿Qué más tiene que demostrar Kazajstán?  
El tema de las extradiciones a veces te beneficia otras te perjudica. Es el caso de unos delincuentes kazajos que Kazajstán pide que sean extraditados acusados de muy importantes delitos. Tanto de robo bancario como de terrorismo.
Sin embargo la  Audiencia Nacional estuvo frenando la pretensión del Gobierno de España de extraditar al delincuente kazajo Alexander Pavlov. La Sala de lo Contencioso-Administrativo rechazó el recurso de la Abogacía del Estado, que representa al Gobierno, contra la resolución del mismo tribunal que denegó la expulsión de Pavlov de manera cautelar.
Si Puigdemont planeó un golpe de Estado en toda regla, Pavlov  siguiendo las instrucciones de su jefe, planeó un campaña terrorista en Almaty para desestabilizar la situación en el país. En marzo de 2012 agentes de la seguridad nacional evitaron un acto terrorista en el parque de "La familia" detrás del centro de cines "Saryarka" en el distrito de Auezov en Almaty. Pavlov personalmente instruyó al que iba a ser el ejecutor. Además, se planeó atentar en el metro en la avenida Al-Farabi. Como dice el Fiscal General de Kazajstán, Pavlov dio 25 000 dólares americanos para llevar a cabo los actos terroristas.
Ha llegado el momento de reactivas este caso, por el bien de la democracia y de la colaboración entre las naciones. No puede seguir existiendo este absurdo. Kazajstán, un país que está dando un ejemplo diario de democracia y modernidad, tampoco se merece, como España, este trato de los jueces. Ha llegado el momento de una mayor coordinación y respeto a las investigaciones y decisiones de cada país. Siempre y cuando hablemos de países donde se respetan los derechos humanos como ocurre en España y en Kazajstán.
Fiscalía y juez instructor españoles se están empleando a fondo para aportar al tribunal alemán todos los indicios que siete meses de investigación han puesto sobre la mesa y que han conducido al procesamiento por rebelión de 13 investigados. Se trata de explicar a Alemania –un país que prohíbe partidos con fines independentistas, que nunca permitiría la independencia de uno de sus lands y que castiga hasta la difamación de sus órganos constitucionales y su bandera– que lo que sucedido en Cataluña responde a un concierto entre partidos y entidades soberanistas para declarar la independencia al margen de la legalidad vigente, de un golpe al orden constitucional en el que se han venido incumpliendo sistemáticamente resoluciones judiciales.
Esto mismo ya lo hizo Kazajstán hace años. Demostrando a los jueces españoles la realidad de los hechos delictivos. Es el momento de reabrir el caso. No puede esperar más.