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Diario YA


 

HIC SUNT LEONES

Fouché en la Comisión de Interior

Ricardo Ruiz de la Serna. 30 de Octubre.

Esta semana se reunió la Comisión de Interior, y la verdad es que estuvo interesante. El Sr. Pérez Rubalcaba comparecía a petición propia para presentar las cifras de criminalidad del año 2007 y a petición del Partido Popular para informar acerca de las medidas que piensa adoptar el Gobierno para resolver el conflicto colectivo declarado en el Cuerpo Nacional de Policía y el profundo descontento que se vive en el seno de la Guardia Civil. También le pedían explicaciones sobre como está afectando a la seguridad ciudadana la declaración de "trabajo a reglamento" por parte de los sindicatos policiales.

La sesión debía comenzar a las 10:00 y según se acercaba la hora iba cayendo gente al baile. El Sr. Llamazares iba con esa seriedad de quien tiene siempre malas noticias para dar mientras Dña. Rosa Díez González (Grupo Mixto), con unas botas de colorines casi constitutivas de delito, entraba sonriente y simpática como es ella. El Sr. Olabarría (PNV) –que lleva en el Congreso de los Diputados desde que el edificio era un solar- entró seguro. Los diputados del Grupo Popular estaban preparados para dar la batalla estadística y policial con un Ministro del Interior digno de una película de espías. Cuando el Sr. Pérez Rubalcaba entra en un sitio, el coñac de las botellas se disfraza de noviembre para no infundir sospechas (¡toma Lorca!). Había café para todos (incluso para los periodistas). Me senté a ver cómo se desarrollaba la sesión.

Como les decía, con un ministro así cualquier prodigio es posible, pero no esperaba salir diplomado en Estadística. La primera parte fue infumable. El Sr. Pérez Rubalcaba es tan frío que nos informaría del hundimiento del Titanic como si nos diera la hora. Así, iba desgranando cifras de criminalidad mientras explicaba dato a dato el método y la cifra (es catedrático, y esto imprime carácter) Claro, alguno de los presentes cabeceó y muchos –incluido el cronista- echaron de menos tener en papel la presentación que el Ministro proyectaba en una pantalla. Los datos parecían arrojar conclusiones positivas: había, en general, un descenso de la criminalidad y una mayor persecución policial de los delincuentes. Había aumentado el presupuesto y los medios humanos en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El turno de respuestas vio brillar las navajas orilleras. La Sra. Díez González hizo una pregunta sobre los desaparecidos que dejó al cronista más perdido que el alambre del pan Bimbo; no puede repetirla. El Ministro la respondió, de modo que puede ser un fallo humano del que escribe. Una hora seguida con Fouché no perdona. El Sr. Olabarría (PNV) y la Sra. Pigem Palmès (CiU) dieron una de cal y otra de arena. El Sr. Llamazares vino a decir que no se eliminaban las raíces de la delincuencia.

Entonces, entró el huracán Cossidó y se desencadenó una riña tumultuaria estadística. Empezó con un bofetón irónico: la comparecencia del Ministro es un talismán porque cuando comparece hay detenciones. Las cifras del Ministro no coinciden con las de la Fiscalía ni con las de la memoria de su propio Ministerio. Hay mentiras, grandes mentiras, estadísticas y estadísticas de Rubalcaba. El Sr. Cossidó es salmantino pero tiene retranca y eso se agradece. El Sr. Hernando Vera (PSOE) elogió al Ministro y atacó a la oposición sin pena ni gloria. Fue una pena porque el humor no está reñido con la seriedad sino con el aburrimiento.

Cuando el Ministro tomó la palabra para responder empezó a repartir guantazos dialécticos como en una película de Bud Spencer. A la Sra. Díez la despachó diciéndole que no estaba acostumbrada a manejar estadísticas (tal vez él tampoco entendió la pregunta). Dijo que él no borraba nada. Fue irónico. Dijo que, en general, él afirma lo que le dicen y que en el Ministerio le han enseñado a ser muy prudente. El cronista recuerda el año 1994 y sonríe. Se queda alguna vez en blanco pero es un crack. Me recuerda a Smiley de John Le Carré. Al responder, vi que sonreía una vez con la mirada y aún no me he recuperado del susto. Con el Sr. Cossidó fue durísimo: siempre encontrará un crimen horrible. ¿Por qué no le dijo a Aznar lo que le ha dicho hoy a él? Pérez Rubalcaba dice que él sufre con el dolor de las víctimas pero no hace demagogia de telefilm de serie B.

Luego vino el tema de la Policía y la Guardia Civil.  El tema está que arde y los policías y guardias civiles se han echado a la calle para pedir la equiparación salarial con los cuerpos autonómicos. El Ministro dijo que no se negaba a convocar al Consejo de la policía si esa era la forma de desbloquear el diálogo. A los policías se les ha subido la retribución y las Fuerzas de seguridad son el principal activo del Ministerio. Cossidó le acusó de que había un recorte de libertades sindicales. Lo peor vino cuando Rubalcaba dio a entender que en las comisarías no sabían como se financiaba a las Policías autonómicas. Ahí el cronista saltó de la silla. Rubalcaba responde con dureza y se explica. Es sólido y un muy buen fajador. Puede con todos. Cossidó pide un minuto al concluir, pero Rubalcaba ha ganado. Tiene más mili que el cabo Machichaco y se le nota. Así pasó la mañana: Cinco horas y media de comparecencia. Ahí es nada.

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