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Diario YA


 

Hace casi 20 meses … Alemania sacaba los colores a España y vapuleaba a Reino Unido

David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del centro de Reino Unido. Al principio de la pandemia y con los datos iniciales escribí un articulo que debido a su título futbolero, revanchista y polémico fue leído y/o compartido por varias decenas de miles de personas y en el que muchos sacaron a relucir sus traumas, complejos o incluso en muchos casos una crítica constructiva al contenido de mi artículo de opinión.
“Alemania saca los colores a España y vapulea a Reino Unido” mostraba el cabreo monumental y la búsqueda de explicaciones a una crisis que nos pilló por sorpresa.
Por aquel entonces se buscaba justificación a la primera ola de una pandemia que llegó como llegó y que aún hoy nos está costando superar.
Yo comparaba los datos de gasto sanitario en Alemania por cabeza de casi 6.000 euros anuales, el 80% por encima de España y constataba el hecho de que en Alemania en los pasados 12 años se incrementara de media el 2.5% su gasto en este sector, con Reino Unido incrementándolo solo el 1.1%, y España pasando de reducirlo el 1.4% entre 2008-13 y llegando a subirlo el 2.3% los 5 años siguientes.
En aquel inicio de la pandemia en Alemania se invertía el 9.5% del PIB en Sanidad, en España 6.2% y a pesar de que en número de personal médico no estábamos muy por detrás, en el número de personal de enfermería sí estábamos un 136% por debajo si lo comparamos con el de los teutones.
Esos datos están ahí y son cuantificables. Los datos que no están cuantificados son los que dan el sentido común, el sentimiento de pertenencia, y el respeto al resto de la ciudadanía… ahí, en la prórroga, el partido se lo llevaron países como España o Portugal, que empezaron con retraso en vacunación respecto a Reino Unido, por ejemplo, pero que han demostrado que lo importante no es tener vacunas, sino gente dispuesta a vacunarse y dispuesta igualmente a seguir llevando mascarillas en su día a día.
En Reino Unido no hay mascarillas en los eventos, muy pocas por las calles, y como en más países de la Europa que al principio, parecían sacar los colores a España, su población ha dejado los niveles de vacunación lejos del compromiso de los ciudadanos ibéricos.
La opinión varia no solo con el paso del tiempo y acontecimientos, sino que también ayudan mucho aquellos que te callan la boca, y el ejemplo del coronavirus es a tener en cuenta.
Aquellos países que parecen más avanzados, con gente que parece más preparada y más organizados, no han tenido nada que hacer con la respuesta de nuestros compatriotas a la hora de pasar por los aros que haya que pasar para acabar con la pandemia…y esto a pesar de los políticos y no políticos que han estado intentando boicotear el esfuerzo colectivo para ahogar esta pandemia.
Los españoles han revertido la situación y quizás puedan afrontar unas navidades más normales de las que se van a celebrar en otros países, y se lo han ganado a pulso…en Reino Unido ya avanzo que sean los números que sean, Boris en su sociedad ultraliberal no va a poner trabas a nada, y así estamos y estaremos.
La guinda al pastel seria si al esfuerzo ciudadano, del que en el futuro tendremos que seguir teniendo en cuenta, ahora se hiciera el esfuerzo político por copiar en esfuerzo en inversiones a aquellos que nos superan.
Hay Comunidades Autónomas que rápidamente han vuelto a niveles mínimos de trabajadores sanitarios, y nos devuelven a los momentos prepandemia, sin haber aprendido nada del proceso, y habiendo logrado que muchos de aquellos que durante meses pudieron sumarse a las plantillas de hospitales, ahora estén de nuevo en el paro, quizás formándose para trabajar en otras industrias, o simplemente emigrando. La necesidad de plantillas amplias ha quedado constatada, pero algunos prefieren seguir dando contratos a amigos y chiringuitos o esperar a privatizar cacho a cacho el sistema sanitario como se esta haciendo en Reino Unido la última década.
La COVID19 se ha extendido durante tanto tiempo que los que parecían hacerlo mejor al principio, han tenido tiempo para tomar decisiones erróneas. Los que perdían en la comparativa, pudieron rectificar durante las diferentes oleadas y el efecto de las directrices políticas han llegado a ser sobrepasadas, por una vez, por la voluntad popular. La ciudadanía en España no ha necesitado tener a “papa Estado” repitiendo lo obvio y han ido de la mano con lo que la ciencia nos ha repetido una y otra vez, mientras Reino Unido dice con la boca pequeña que hay seguir usando mascarillas para luego tener a Boris Johnson en el metro o en el COP26 en Glasgow, paseándose sin protección…y en Reino Unido los ciudadanos no han sido tan respetuosos, ni concienzudos y escrupulosos como lo seguís siendo en España.
La diferencia en esta sexta ola va a radicar en los números de gente que usa mascarilla, en los contactos en eventos masivos, y también será importante acordarse que la vacunación, que en parte puede hacernos pensar que ya lo tenemos todo solucionado, no es 100% infalible y aun con esta podemos seguir contagiándonos y contagiando a otros.
El hacer funcionar el sentido común es la delgada línea que separa que los hospitales se colapsen y volvamos a números de hace meses, y ahora que vamos mejorando los datos de otros países que nos sacaban ventaja, no dejemos que vuelvan a dejar en situación de riesgo a nuestro sistema sanitario.
¿Habrá tercera parte de este articulo? Esperemos que el partido acabe en la prórroga, que ya se está haciendo demasiado largo.
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