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Diario YA


 

La información puede ser de distinta naturaleza

Información y privacidad

Enrique de la Puente. Desde que en la evolución de la Humanidad comenzó la agrupación de individuos, formando conglomerados más o menos homogéneos y más o menos grandes, pero con algún interés común que justificaba el hecho de convivir, la información y la ocultación de lo que se sabía ya tenía su valor. Dónde se encontraba la caverna en la que se resguardaban de la lluvia, de los animales o de los que no formaba parte del grupo era un secreto a guardar y lo mismo ocurría con los bebederos a los que acudían los animales que cazaban.

La información puede ser de distinta naturaleza, al consistir en un conocimiento que no tienen los demás o en estar al corriente de determinados hechos que dan ventaja sobre quien no los conocen.

Como ejemplo del primer caso me permito la licencia de contar un recuerdo de niñez. De pequeño jugaba yo con mis hermanos, éramos por decirlo de una manera “suave” algo traviesos, a luchar con unas espadas que nuestro padre tenía colgadas en la pared, dos de ellas eran chinas envainadas juntas y otra un kris malayo, que nos rifábamos antes de empezar y lo hacíamos, porque cuando la malaya golpeaba a las espadas chinas les dejaba señales de corte al estar las chinas hechas con un acero más blando, el kris había sido sometido a un proceso de cementación y las chinas no. El proceso de cementación consiste en introducir hierro al rojo en una solución con mucho carbono, que reacciona formando una capa dura que permanece al enfriarse.

Parece ser que las espadas persas en una época determinada eran más duras que las de sus enemigos y lograban esa dureza introduciéndolas cuando estaban siendo forjadas, es decir estando al rojo vivo, en los cuerpos de prisioneros, que actuaban como equivalentes de la solución carbonatada actual; es fácil pensar en la ventaja que una circunstancia como esa podía dar a un ejército sobre otro. El mayor conocimiento de las ciencias da a una determinada sociedad ventajas sobre otras. Del segundo caso tenemos muchos relatos históricos en los que unos ejércitos han vencido a otros al tener información de lo que estaba haciendo el enemigo y de cómo desde siempre han intentado evitar que eso pudiera suceder. Cito dos casos como ejemplo, el primero el trabajo que supuso en la 2ª Guerra Mundial el descifrado de la máquina alemana Enigma, que sólo era un mecanismo electro mecánico y que acabó consiguiéndose, y el segundo las transmisiones del ejército americano con radiotelegrafistas navajos, que hablaban en su idioma, y que no fue descifrado.

La información del primer tipo, es decir el conocimiento, se adquiere poco a poco con el desarrollo de los pueblos y contribuye a ello la estabilidad, que permite el avance de las ciencias, pero que a veces, como contradicción al principio de estabilidad, da saltos mediante el ingenio de personas extraordinarias que hacen descubrimientos que aceleran el proceso. En cuanto a la información del segundo tipo tiene valor en función de su inmediatez y lo pierde con el paso del tiempo. También encontramos muchos ejemplos en la Historia y sabemos de corredores llevando noticias de un sitio a otro transportando un mensaje memorizado. Cuando por alguna razón el mensaje se transmitía a lo largo de una cadena de mensajeros, se podía corromper dando lugar a cambios en el mismo y a anécdotas curiosas.

El conocimiento acumulado por una sociedad podía compartirse con otras o ser adoptado, al adueñarse unas culturas de otras, mediante conquista; y en cuanto a la información que podía alterar una determinada situación siempre ha sido de interés para los implicados en la misma, y por eso a lo largo del tiempo han existido medios dispuestos para conseguirla y todos los países tienen sus servicios de inteligencia con este fin.

La información siempre ha supuesto poder, para vivir mejor o para evitar carencias, para ser más fuerte que los contrarios o para huir a tiempo, pero fundamentalmente la información ha sido el motor que ha ido permitiendo evolucionar a la Humanidad hacia una mayor capacidad, de relación y de crecimiento intelectual y espiritual. No parece que la Humanidad haya llegado al suficiente grado de civilización como para aprovechar la potencia de este motor, mediante las posibilidades que en la actualidad tiene la facilidad de difusión de la información. Por el contrario lo que se está produciendo es una lucha por ser dueños de información y al mismo tiempo un interés para defender a quienes tienen información que proteger.

Vemos así los intentos de encriptación de las empresas que transmiten información y los intentos de los gobiernos para poder acceder a ella, en algunos casos aparentemente de forma justificada, como cuando el gobierno americano pidió a Apple que desbloqueara el teléfono de un terrorista y la empresa se negó. En la actualidad estamos viendo la lucha entre derechos y libertades de gobernantes y gobernados y me he preguntado muchas veces cuándo podría estar justificado que un gobierno se saltara los derechos de alguien para proteger los de otros, como en el caso de teléfono del terrorista citado en el párrafo anterior y me he dado una respuesta que me guardo para mí, sabiendo además que no es relevante, pero no entiendo que si un juez puede autorizar el registro de un domicilio, no pueda autorizar el desbloqueo de un teléfono. En lo que a este artículo concierne, se pueden apreciar los esfuerzos de las empresas por conseguir aplicaciones que hagan inaccesibles los contenidos de los mensajes transmitidos.

Las empresas más importantes en el mundo de las redes sociales y que mantenían buenas relaciones con el Gobierno de los Estados Unidos, se rebelaron cuando se hicieron públicas las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje masivo que venía realizando la Agencia Nacional de Seguridad americana. Estas empresas se pusieron a la tarea de proteger los mensajes. Así, Moxie Marlinspike, antiguo hacker ha desarrollado un programa que encripta los mensajes de WhatsApp después de haber trabajado con el Gobierno Americano justamente para lo contrario; este programa protege los mensajes hasta de los propios empleados de WhatsApp. Otras empresas como Telegram ha desarrollado un programa que permite destruir los mensajes como pasaba en una serie de TV, en la que podíamos ver la escena de: “Este mensaje se destruirá en 10, 9, 8, etc., segundos”. Todavía queda por ver la solución que ofrezcan otras empresas como, por ejemplo, Google y cómo van a encarar el futuro empresas como Apple para poder seguir en el mercado y no acabar como Nokia. Desde el punto de vista de la Planificación Estratégica, una situación más que interesante.

En cuanto a la sociedad en la que nos estamos transformando, en ese camino hacia no sabemos dónde, se pueden observar posturas dignas de analizarse. Por un lado se manifiestan actitudes beligerantes contra el posible control gubernamental de nuestras comunicaciones, pero más como una consecuencia inter generacional, salvo los casos de protección de datos empresariales o de acción de confrontación entre países, y por otro se pueden apreciar otros comportamientos, en los que parece que los individuos se van desentendiendo del entorno, creando su propia vida aislada y con menos intromisiones del exterior.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía publicaba un informe en el que contabilizaba en España 5,4 millones de perros, 5,3 millones de pájaros, 3,9 millones de peces, 3,8 millones de gatos y 2 millones de otros animales como hámsteres, conejos o tortugas, como animales de compañía. En alguna ocasión he puesto de manifiesto cómo a veces utilizamos el ordenador para plasmar en él ideas o razonamientos, sin que sean rebatidos por un interlocutor que nos pueda llevar la contraria o que vulnere nuestra privacidad, contando a otras personas lo que escribimos. Es curioso que en una sociedad como la actual, en la que es tan fácil comunicarse se produzcan tantos casos de soledad ¿Estaremos utilizando a los animales y a los ordenadores para estar acompañados, manteniendo nuestra privacidad?

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