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Diario YA


 

para que no se interprete que con su presencia da lo mismo ocho que ochenta

Josefina, Pío VII y Napoleón

Javier Paredes. La protagonista del día es Josefina de Beauharnais, que se casó por lo civil con Napoleón el 9 de marzo de 1796. Años después, el Papa Pío VII tuvo que acudir a París para la coronación de Napoleón, que se celebró el 2 de diciembre de 1804 en Notre Dame; la víspera de la ceremonia Josefina le comunicó al Papa que su unión con Napoleón sólo era civil, por lo que Pío VII, que no conocía esta circunstancia, mostró su desagrado de que en esa situación asistieran los dos como matrimonio a la coronación. Así las cosas, Josefina y Napoleón tuvieron que contraer matrimonio canónico la noche antes de la coronación.

 Mejor no entrar en detalles de las fidelidades e infidelidades del emperador y de la emperatriz de Francia. Baste decir que fue Barras el que los presentó a los dos, a Napoleón y a Josefina. Y que por aquello de que Josefina había nacido en La Martinica y que además era su amante, la llamaba la criolla viciosa. El apelativo procediendo de Barras, que no era precisamente un modelo de virtud, tenía que tener su fundamento.

 Mucho más interesante resulta comentar la actitud de Pío VII, que había acudido a la coronación de Napoleón porque no le quedaba otra. En esta ocasión y por varias circunstancias que no son del caso, no puso negarse a asistir. El Papa viajó a París en un gesto de buena voluntad, porque Napoleón había pacificado religiosamente Francia al firmar el concordato años antes, y porque esperaba mejorar las relaciones de la Iglesia con el Estado francés. Pero Pío VII ni era un posibilista ni un malminorista, y por lo tanto no cedía a cualquier precio. Por eso forzó que se celebrara aquel matrimonio canónico, para que no se interpretara que con su actitud y su presencia el Papa convalidaba el matrimonio civil por el canónico. Y esa es la misma razón por la que, a pesar de las incomprensiones, los católicos no deben asistir a las bodas civiles entre bautizados o entre divorciados, para que no se interprete que con su presencia da lo mismo ocho que ochenta.
 

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