La tecnología está cada vez más presente en el día a día de los hogares españoles. En España, ya hay más móviles que habitantes; el volumen de negocio de los operadores de telefonía aumenta año tras año. En esta realidad, la promesa de hace una década de domotizar la vivienda aún no se ha convertido en una realidad, si bien el avance del sector es notorio.

La crisis económica ha generado una corriente de consumo responsable que apuesta por sistemas de gestión integral telemática de los aparatos de la vivienda. Si bien en los primeros estadios del sector se apostó por dominar el control automático en red de los puntos de acceso a los inmuebles, a día de hoy, superada esa fase embrionaria, la domótica se hace un hueco también en las cocinas. En la actualidad, de todos los elementos que integran la cocina (horno, vitrocerámica, lavavajillas, frigorífico, lavadora y campana extractora), únicamente las campanas de extracción aún no han asimilado esta tecnología pro-eficiencia.

No obstante, las campanas de cocina han evolucionado hacia el sentido de estético. Así, los diseños de campanas de cocina para tu casa dejan atrás los grandes volúmenes que rompían la estética de la cocinas con campanas de cocina para el hogar de corte moderno, muchas de ellas con diseños enclaustrados que favorecen la integración completa del electrodoméstico en el ambiente de la estancia.

Los electrodomésticos inteligentes

A diferencia de otros componentes del hogar que se fabrican con los sistemas de redes de telecomunicaciones ya instalados en el cuerpo del producto, el caso de los electrodomésticos inteligentes resulta llamativo.

La tecnología está llegando a la cocina en forma de dispositivos preparados para actualizarse con software y hardware que los transforme de electrodomésticos tradicionales a domóticos. En este sentido, los fabricantes reconocen que en sus procesos de fabricación la creación de modelos exclusivamente con funciones telemáticas es altamente compleja.

Sus piezas presentan, en algunos componentes, tamaños tan mínimos que hacen de esta demanda del consumidor algo imposible. Al menos de momento.

Así pues, ¿cómo se convierte una cocina tradicional en un espacio domótico? Hemos preguntado a varias empresas especializadas en domótica, y esto es lo que nos han explicado.

Para conseguir una auténtica cocina domotizada, en primer lugar se debe realizar una adaptación general de toda la vivienda. Para ello, se instala un centro de mando -que puede ser un router wifi- y una interfaz con conexión a la Red.

Tras esta conversión, según las empresas consultadas, se procedería a acoplar los elementos electrónicos y los componentes informáticos en las unidades de la cocina que estén preparadas para dicha conversión.

Y es que no todas las casas de fabricación de electrodomésticos han implantado series preparadas para esta revolución técnico-industrial. Sí es el caso de la casa Fagor, que ha creado una línea completa de electrodomésticos con sistema de adaptación para redes telemáticas. Funciones domotizadas

¿Qué funciones de los distintos electrodomésticos se pueden gestionar de forma telemática? Ante esta cuestión, los especialistas consultados muestran una amplia variedad de funciones, si bien todo ello converge en un único objetivo: la eficiencia. Eficiencia en el consumo de la energía y eficiencia en los diseños de fabricación.

En el caso de la placa vitrocerámica, la lavadora y los lavavajillas, el proceso de domotización ataca dos grandes causas de accidentes en la cocina: la desconexión remota del calor - que supone que el usuario puede apagar de forma telemática, esté o no en la vivienda, la vitrocerámica, eliminando así no solo un consumo innecesario sino sobre todo un peligro de fuego-;

En segundo término, permite conocer el estado de funcionamiento del aparato, emitiendo alertas y notificaciones cuando los sensores detectan una avería. El frigorífico, por su parte, suma a estas funciones, la gestión remota de los procesos de enfriamiento.

Las aplicaciones móviles, suplentes de los sistemas telemáticos

Algunos otros electrodomésticos no básicos de toda cocina también están implantando sistemas propios de gestión remota. Es el caso de algunos modelos de cafeteras modernas.

Estas cafeteras -encontramos sobre todo modelos de cafeteras de cápsula-, incluyen en su precio de venta una licencia de activación en una aplicación móvil que el usuario se descarga en su dispositivo con conexión a Internet. Desde ahí, el usuario puede programar el momento en el que quiere tener un café recién hecho o adquirir nuevos recambios para su máquina de café.

La vivienda domótica aún no es una realidad, pero los distintos sectores implicados en la consecución de este sistema de gestión inteligente de la vivienda están apostando de forma individual por líneas de producción domotizadas. ¿Veremos en un futuro próximo auténticas viviendas inteligentes?