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Diario YA


 

“Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar.” Immanuel Kant.

La incertidumbre mueve al pesimismo y la experiencia, al temor

Miguel Massanet Bosch. Bien, creo que ya queda poco que decir y sería absolutamente inútil intentar lamentarnos de todo aquello que hace tiempo presentimos que ocurriría cuando los hechos han demostrado que eran ciertos nuestros temores y que nuestros anteriores gobernantes no supieron, no quisieron o no fueron capaces de evitar pese a que los síntomas indicaban que el camino que llevaba nuestro país y los vientos de rebelión de algunas de sus regiones presagiaban algo parecido a lo que está sucediendo en nuestra patria. Los más optimistas se ciñen a la esperanza de que, el nuevo gobierno diseñado por Pedro Sánchez, tiene a algunas personalidades que se pueden considerar como sensatas y preparadas y otros, entre los que me cuento, que tenemos el convencimiento de que este nuevo ejecutivo pergeñado por el líder del PSOE no es más que el telón que esconde detrás lo que va a ser la verdadera historia que nos tienen preparada todos aquellos que no han querido esperar, ni lo esperarán, a que sean los españoles los que elijan a quiénes sean los que quieren que nos gobiernen durante los próximos cuatro años.

El nuevo presidente del gobierno ya ha empezado con una gran mentira. No ha hecho una moción de censura para descabalgar al señor Rajoy de su puesto de presidente del gobierno, en realidad lo que ha llevado a cabo ha sido un asalto al poder para colocarse él en la presidencia del ejecutivo y que no tiene intención alguna de convocar elecciones, como prometió cuando quería justificar la moción de censura, dado que sus verdaderas intenciones se concretan en permanecer los dos años que quedan al frente del gobierno desde dónde, con todo seguridad, va a llevar a cabo una serie de decisiones de tipo populistas y de carácter social, con la intención de conseguir recuperar aquellos votos que le llevaron a las dos derrotas sucesivas que tuvo que soportar en las últimas consultas a los españoles.

Es evidente que, con 84 escaños en el Parlamento del país, el PSOE va a tener serias dificultades en conseguir los apoyos precisos para sacar adelante las leyes que decida llevar a su aprobación ante el Congreso; salvo, y ahí tenemos algo en lo que reflexionar, si se tratan de leyes que hayan sido consensuadas con las izquierdas, lo que, como es fácil de deducir, significará ir en contra de la credibilidad de España (hoy más que nunca, en el punto de mira de toda Europa) ante el resto de la CE si, como parecen indicar algunas de las declaraciones de los nuevos ministros, existe la intención de retocar la reforma laboral que Rajoy llevó a cabo por indicación, si no se quiere aceptar el término “ imposición” de la UE. Nadie debe descontar por antemano la posible reacción de una Europa que ya empieza estar hasta las narices de las actitudes “poco comunitarias” que se están empezando desarrollar en el interior de alguna de las naciones que forman parte de la misma UE, por parte de la izquierda europea..

En realidad, lo que más nos inquieta ahora es la práctica unanimidad de la prensa y de las TV en mostrar una euforia desmedida ante el nuevo gobierno socialista; que, al parecer, aunque con más moderación y con advertencias de no renunciar a sus intenciones de celebrar un referéndum “consensuado con el Estado sobre el derecho a decidir”, es compartido por los separatistas. Y hay que advertir que, en esta ocasión, como ha venido sucediendo estos días con manifestaciones separatistas en Bilbao, Álava y otros pueblos de la comunidad vasca, cántabra y navarra, ya parece ser que los vascos están dando muestras de añadirse al coro de aquellos que intentan abandonar la patria española para formar sus propios estados independientes, aunque sepan que ello supone enfrentarse a lo que se está intentando en el Parlamento Europeo respecto a la intención de crear un gran bloque europeo, con la unión de todas las naciones que forman la CE; algo que, como es natural e indiscutible, quedaría seriamente amenazado si, como alguien intenta, las naciones quedaran divididas a causa de los movimientos separatistas que intentan desmembrarlas.

La realidad es que, la jugada de Pedro Sánchez de presentar una moción de censura por la que nadie, en un principio, hubiera apostado un centavo porque hubiera tenido éxito; ha conseguido un evidente apoyo por casi toda la izquierda española que, con el abandono del señor Rajoy del liderazgo del PP, ya da por superada la posibilidad de que el partido de la derecha española pueda significar una amenaza para sus planes de hacerse con el poder en toda la nación  española. Y es obvio que, aunque el PP esté tocado y hundido por el momento, no quiere decir que haya sido descalificado definitivamente de la política española, debido a que los votos que ha perdido, que son muchos, los podría recuperar rápidamente si fuera capaz de hacer recobrar la confianza perdida a quienes lo abandonaron por haberse apartado de sus valores tradicionales y por el hedor a corrupción que ha acabado por impregnar hasta los más íntimos rincones de su oficina de Génova. Sin embargo, todo va a depender de la persona que, en el próximo Congreso del partido, sea elegida para presidirlo y de quienes formen el equipo del nuevo presidente. Es evidente que a la derecha española le va a quedar enfrentarse a un doloroso Vía Crucis durante los años que dure el gobierno del PSOE bajo la dirección de P.Sánchez y, es más, existe una gran posibilidad de que, en las próximas legislativas, el PP no consiga recuperarse y tenga que someterse a una nueva legislatura bajo las directrices de la izquierda; pero pudiera ocurrir que la jugada de Sánchez, aparentemente tan beneficiosa para el PSOE, finalmente pudiera beneficiar al PP. Dos años pueden ser suficientes para que un PSOE, que tendrá que gobernar nada más que con 84 escaños, por mucho apoyo que le puedan prestar los señores de Podemos ( algo que está por ver) o por lo que pueda conseguir de sus promesas secretas que, seguramente, les habrá hecho a los separatistas, para conseguir su apoyo en la moción de censura; lo que sí es evidente es que, si quieren sacar a la luz todas las leyes que han proyectado y que, poco a poco, van siendo anunciadas; entre las que tienen paradas en el Congreso por el veto del PP y las nuevas que redacten para aplicar sus políticas sociales, que ya han anunciado, se van a ver obligados a conseguir, en muchas ocasiones, los votos del resto de partidos que han sido los que les han facilitado acceder al gobierno, algo que, a primera vista, no parece que sea tan fácil como parece que ellos se han imaginado.

Si, a primera vista, parece que el nuevo gobierno del PSOE, está bastante bien cubierto por figuras que ya pertenecieron a anteriores gobiernos y otras nuevas que parecen aportar nueva savia al viejo partido; lo que sí resulta patente es que, entre el evidente interés de la señora Batet para formar un país de formato federalista y, en consecuencia, acceder a muchas de las reivindicaciones presentadas por los nacionalistas catalanes, una intención que ya se ha apresurado a darle publicidad antes de que alguien tenga la tentación de replicarla. No vemos a un señor Borrell muy de acuerdo con este plan y, estará por ver si esta discrepancia apriorística no acaba por redundar en duros enfrentamientos. No olvidemos que, hasta ahora, los socialistas han basado sus campañas en contra del PP en la propia figura del señor Rajoy y en su supuesta inutilidad para solventar el problema catalán y, para nada, en programas de tipo económico. Veremos lo que consiguen ellos sin que ello suponga pasarse de las líneas rojas que marca la Constitución y que también han formado parte de las limitaciones que muchos de los barones del PSOE tienen establecidas como límite en cuanto a lo que se puede ceder ante los soberanistas catalanes y vascos o en cuanto a modificaciones de la política laboral que pueda incidir negativamente en la marcha económica del país.

Tampoco queda muy clara la política que, el nuevo gobierno, piensa utilizar en sus relaciones con la UE y cómo van a poder compaginar la nueva ministra de Economía, la autócrata Nadia Calviño, una persona muy cercana a Joaquín Almunia y, con cuyo nombramiento según se dice, se pretende mandar “un mensaje de estabilidad a Europa”, con la veleidades anti europeístas de otros miembros del gabinete. En definitiva, muchas incógnitas que van a dar mucho que hablar en los próximos meses si es que se trata, en realidad, del hombre de Estado que él afirma ser o bien, de un niño mimado, fanatizado y cargado de prejuicios como fue aquel Sánchez del “no es no y cuantas veces hay que repetirlo”. Nadie puede negarle al líder del PSOE su habilidad desplegada en la formación de este gobierno, pero le queda un largo camino que recorrer antes de que pueda cantar victoria.

El PP, por su parte, si bien no lo tiene todo perdido, nadie puede negar que está en sus momentos más bajos, donde es preciso que se mantenga la calma, se medite a fondo sobre las propuestas de relevo que se presenten en el nuevo congreso del partido y, a mi modesto entender, la evidente necesidad de no repetir experiencia reeligiendo a personas que han formado parte del actual gobierno, como es el caso de las señoras Sáez de Santamaría y Cospedal que, si es cierto que no han sido afectadas, directamente, por los casos de corrupción, pero si han estado tocadas por la política errante, imprecisa y equivocada del Gobierno respecto al problema separatista catalán, donde Rajoy y sus ministros han demostrado su incapacidad para sacar adelante un 155 que, en teoría, debería de haber sido usado inteligentemente para ajustarles las cuentas a los separatistas catalanes que, a la vista está, a pesar de todo lo que ha estado ocurriendo en dicha autonomía, han sido capaces de salir prácticamente ilesos de una situación que debió de haber servido para echarlos a todos del poder.

Aunque sea el que menos ruido ha hecho y el que todavía no se ha manifestado, por medio de plataformas de apoyo, como sí lo han hecho las dos señoras que se han citado anteriormente, creemos que el señor Núñez Feijoo es la persona más idónea para coger el partido de su mano y ponerlo en condiciones de superar, si no las próximas elecciones autonómicas pero, al menos, las que se vayan a celebrar en dos años si no sucede que, antes, sea el propio partido socialista el que decida convocarlas por no poder superar la posible ingobernabilidad de la nación. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, es obvio que nos encontramos en una situación que no debiera tardarse mucho en ser despejada ya que, como no podía dejar de suceder, los partidos de izquierdas, especialmente los de extrema izquierda, van a intentar poner todo de su parte para enturbiar la situación de la nación española, con el fin evidente de desestabilizarla y ponerla en una situación tal que haga que nuestra permanencia bajo el paraguas de la UE sea prácticamente imposible. Esperemos que este momento no llegue.