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Diario YA


 

La lógica comunicativa terrorista

Daniel Ponce Alegre.  Tras casi un mes en el Monasterio de La Cartuja de Porta Coeli, dedicado al estudio de la Palabra de Dios, La Biblia, y a tareas de Documentación en el Archivo - Biblioteca del Monasterio, mi intención era continuar hablando del tema que dejé pendiente en mi último artículo: La aportación en la comprensión de la realidad internacional actual del Libro bíblico del Profeta Daniel.

La actualidad inmediata de estos " tiempos críticos y difíciles de manejar " ( Mateo 24 ) nos obliga por responsabilidad, a este Diario y a mí, a un paréntesis en el que me voy a centrar en el aspecto comunicativo, propagandístico, publicitario, y en cierto sentido " profético " del fenómeno terrorista de base islámica. El estudio de la vertiente comunicativa del fenómeno terrorista en general no supone ninguna novedad. Marshall McLuham, investigador experto en el impacto social de los modernos medios de comunicación, y del que tuve la oportunidad de hacer un trabajo sobre antropología - etnografía y comunicación terrorista, decía con razón: " Sin comunicación no hay terrorismo ".

El primer terrorismo de carácter anarquista, auténtico cáncer para la estabilidad de las sociedades del S. XIX, apuntó hacia los magnicidios y las grandes aglomeraciones humanas como instrumento para alcanzar a sociedades enteras, hechos que garantizaban su conocimiento y difusión en una época caracterizada por el control férreo gubernamental de la información y el limitado alcance de los medios de comunicación. Posteriormente, los terroristas encontraron en los modernos medios de comunicación y en los numerosos avances técnicos un poderoso aliado a la hora de concitar la atención pública sobre el grupo y sus reivindicaciones. Sin embargo, las acciones terroristas no son sólo un método extremo para desencadenar un proceso de comunicación lineal entre los terroristas y la opinión pública. Existe una vertiente de esta comunicación, mucho menos explícita, pero igualmente importante:

El elemento que realmente diferencia un acto terrorista de cualquier otro tipo de acción violenta es, precisamente, el intento deliberado por parte de sus autores de incidir sobre ese contexto y provocar una lectura de su acción que beneficie a sus intereses. Los actos terroristas han pasado de ser concebidos por sus protagonistas como un método de violencia instrumental a ser entendidos como una manifestación de violencia expresiva de un determinado mensaje, es decir, aquella que tiene una naturaleza ritual, simbólica y comunicativa o profética, pues con esos mensajes se nos proporcionan indicios, o mensajes claros, del futuro traído a manos de aquéllos que comunican dicho mensaje verbal o expresivo, como es un atentado terrorista, igual que hacían los Profetas del Dios Verdadero.

El excelente historiador americano, e hispanista de reconocido prestigio internacional, Stanley G. Payne, en una reciente conferencia sobre Historia de las Relaciones Internacionales durante el S.XX y principios del XXI, organizada en la Universidad Católica de Valencia, bajo la dirección del también prestigioso jurista y Decano de Derecho, Filosofía y Antropología, el Dr. D. Ginés Marco, reconocía, el historiador Payne, basándose en recientes informes de la Secretaría de Estado de EE. UU., que el sustrato ideológico de los terroristas islamistas, y de manera especial del actual Estado Islámico, no es sólo el Islam, el Corán y los textos fundamentales de determinados líderes sino que es sobre todo profético, es decir, consideran que sus acciones son un mensaje con dos objetivos: Anunciar lo que sucede por ser un " infiel ", no convertirse al Islam cediendo a la voluntad de Alá, y por otro lado, que estos mensajes y actos terroristas son la antesala del retorno del Califa Universal, líder de toda la Umma o Comunidad de fieles musulmanes, es decir el Retorno de Isa al Mahsi o Isa al Nabi, Jesús el Mesías o Jesús el Profeta, ( son 5 las ocasiones en que el Corán hace referencia a Jesús como Mesías, como Profeta, como el hijo de María o como el Resucitado, en grado mayor que el propio Mahoma, pues éste no Resucitó ).

Este es un tema muy interesante que nos remite a la Cuestión Clave de todas las religiones de origen semita y vinculadas en mayor o menor grado con el Pueblo Elegido, o usando la expresión del propio San Pablo con " La Vid Verdadera ", Israel: Tienen el germen de una Esperanza que el Libro Bíblico del que hablaba al principio de este artículo, el Libro del Profeta Daniel, ya recogía, y es la Vuelta del Hijo del Hombre con el Poder del Reino de Dios, el Padre, Jahvé de los Ejércitos, y que " barrerá todos los reinos de este mundo antes de su establecimiento para siempre. Amén. Los cristianos Esperamos en Él mientras que otros pretenden imponerlo o instalarlo por vías humanas sin Jesucristo, el Único Legítimo como los propios musulmanes estudiosos y no musulmanes saben. De esta cuestión volveré a tratar en mi próximo artículo mediante la Exégesis de Daniel, con la ayuda del Dios Viviente, Jahvé.

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