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Diario YA


 

La pesadilla orwelliana se eterniza en Cataluña

Javier Navascués. El pensador argentino Leonardo Castellani explicaba de forma brillante cuatro de los grandes enemigos del hombre moderno: la ignorancia, el error, la mentira y la confusión. Con estos factores juega la ingeniería social para lograr sus fines y tener el control de la sociedad. La ignorancia de gran parte de la población, alimentada por deficientes sistemas educativos, hace factible que mucha gente acepte sin rechistar como dogmas aquellas consignas que les interesa difundir.

Asignaturas como Oratoria, Dialéctica, Retórica…han ido desapareciendo de las aulas, así como las Humanidades en general. No interesa que la gente piense por su cuenta y tenga criterio. La filosofía clásica supo descubrir la técnica del razonamiento sobre las bases sólidas de la Lógica, el Arte y la Ciencia, que ya no se enseña a nuestros estudiantes.  Una de las cosas que más daño hace a los que gobiernan el mundo es el uso de la Lógica y una de sus grandes victorias es haberla eliminado de los programas de estudios medios y universitarios. En su lugar han propuesto guiarse por sentimientos, no por el dictado de la razón. Todo ello ha facilitado el adoctrinamiento antiespañol en Cataluña.

Cuando falla la base formativa el error puede proliferar a su antojo y se puede mentir con descaro sin que casi nadie reaccione. Todo ello contribuye a una confusión sideral a todos los niveles. En nuestros tiempos el enemigo no se presenta ya como lobo con piel de cordero. Eso está superado, vivimos en los tiempos de la confusión donde se nos presenta al lobo como el bueno y al cordero como el malvado.

Esta es la realidad de Cataluña. En ningún lugar del mundo occidental se ha dado un proceso de adoctrinamiento e ingeniería social tan grande como en Cataluña. Han creado un mundo paralelo fuera de la realidad, pero con unos poderosos medios de comunicación y asociaciones que le dan soporte, ambos subvencionados con dinero público. Una Cataluña orwelliana con un totalitarismo sectario y excluyente donde da asco vivir. Décadas de adoctrinamiento perfectamente diseñado con la permisividad y complicidad del Gobierno español. El monstruo se ha hecho demasiado grande y se ha declarado en rebeldía. El Estado no tiene valor ni intención de devorarlo como Saturno a su propio hijo.

Como siempre se supo, y cada vez más gente ha caído en la cuenta, la competencia de Educación ha sido una poderosa máquina de facturar separatistas en serie. Un organigrama perfecto para inocular a los niños de forma miserable y calculada un odio feroz a España, a su historia y a su cultura... Igualmente se fomenta con saña un fuerte rechazo a sus símbolos más queridos y a ciertos estamentos como el Ejército y las Fuerzas de Seguridad.  Y no sólo eso sino a los toros, a la copla y a todo lo que tenga que ver con España.  Se da pábulo a la leyenda negra antiespañola superando en animadversión a nuestra gran rival la pérfida Albión. Por su parte los medios de comunicación públicos están totalmente desbocados como instrumentos de propaganda vomitando en alta definición todo su rencor contra España.
 
Todo parte de premisas erradas. El supuesto derecho a decidir sobre algo que no se tiene derecho. Cataluña no tiene derecho a la autodeterminación. El Derecho constitucional español no contempla el derecho de secesión de una parte de su territorio. No lo hace nuestro ordenamiento jurídico, ni tampoco el resto de constituciones mundiales. Se saltan las leyes catalanas, españolas y europeas bajo el pretexto del mandado democrático y en nombre del pueblo de Cataluña. Es el lobo acusando al cordero. Un mal gobierno tiránico que quiere imponer su delirio hasta el final, suicidándose si hace falta. Las empresas se fueron a mansalva y hoy se ocultan infantilmente sus dramáticas consecuencias.

Viven con una anestesia pueril como niños cegados en su capricho. Están fuera de la ley y sin ley y les da todo igual hasta que les tocan el bolsillo o viene la prisión. Los que dieron un golpe de Estado en toda regla acusaron al Estado de darlo por poner precisamente los medios para abortarlo. Los grupos separatistas y de extrema izquierda, que tienen como referencia a personajes tan abyectos como Otegui, acusan de violencia a la Guardia Civil, el cuerpo más querido por los españoles. Un sistema de manipulación que ya no engaña a nadie.

Afortunadamente está habiendo una pequeña rebelión en la granja separatista. La gente va perdiendo el miedo a salir a la calle con la bandera española, a tenerla en el balcón, a poner el himno si hace falta para acallar las molestas caceroladas, a limpiar las ciudades de lazos amarillos etc. La gente ha dicho basta contra la dictadura separatista. Hay una tímida reacción. Perdamos el miedo y acabemos con esta farsa. No nos avergoncemos de nuestra historia e identidad española y no nos dejemos pisar. Cuando les plantas cara con convicción reculan cobardemente.

 

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