Paz Algar. Barcelona.

Alguna vez les he escrito algún correo denunciando algunas situaciones que ocurren donde actualmente vivo, en Cataluña. Pero me siento abulense puesto que nací allí. Creo que entre todos, debemos denunciar los atropellos que sufrimos aquellas personas que tenemos valores que no gustan a la izquierda ni a los nacionalistas.

Esta vez, les escribo para hablarles de la serie “Ventdelpla”, emitida en la televisión autonómica catalana. Desde sus inicios, esta serie ha querido esconder la realidad catalana. La gran mayoría de los personajes hablan catalán, y solo una de las familias, es de procedencia de fuera de Cataluña. Esa familia, habla castellano entre el matrimonio, pero los hijos hablan un perfecto catalán, y el matrimonio lo habla con el resto de vecinos. Se nos pinta al castellanohablante como una minoría, una anécdota, y un tópico, ya que se trata de la familia más humilde del pueblo.

Además, como bien conocerán, pusieron una diana con las siglas PP.

Moralmente hablando, siempre han dado una imagen muy tolerante y de justificación de la promiscuidad y la infidelidad. Pero esta vez, han llegado muy lejos, con la puesta en escena de un grupo de adolescentes (no más de 15 años) haciendo botellón y consumiendo éxtasis como si fuera lo más normal del mundo.

No hace muchos capítulos, una de las protagonistas jóvenes (no más de 20 años) que ha pasado por la cama de la mitad del elenco de actores, se quedó embarazada, y abortó, con la complicidad de su madre y del discurso positivo hacia esa práctica que se dio desde la cadena.

En el último capítulo, los profesores de los jóvenes consumidores de dichas sustancias les mandaron un trabajo de educación para la ciudadanía. Lo que demuestra el objetivo de la cadena de hacer propaganda de la misma asignatura.

En fin, una serie con demasiado adoctrinamiento en temas delicados, posicionándose siempre a favor de las teorias moralmente reprobables que comparten la izquierda y el nacionalismo de este país, o lo que queda de él.