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Alerta internacional ante los Nuevos enfrentamientos en Somalia

Los islamistas causan 80 muertos en 48 horas

Redacción Madrid. 1 de marzo. Expertos internacionales advierten de que los nuevos enfrentamientos registrados en Somalia, que han acabado con la vida de más de 80 personas en menos de 48 horas, son un claro intento de desestabilizar al nuevo Gobierno del presidente Sheikh Sharif Sheikh Ahmed.

   Así, los combates de los últimos dos días en la capital de Somalia, Mogadiscio, entre la Policía y las tropas de la misión de la Unión Africana (UA), contra los rebeldes islamistas ya se ha incrementado a 81, según informaron testigos presenciales y grupos humanitarios.

   "El enfrentamiento es un intento de descarrilar y limitar el impacto de la estrategia hacia la reconciliación que ha puesto en marcha el nuevo Gobierno", declaró un analista de Nairobi bajo condición de anonimato, quien añadió que el impacto de estos combates es "grave pero no fatal para los esfuerzos de Sharif".

   El analista destacó que estos ataques no hacen sino subrayar la importancia con la que Sharif debe construir una coalición política para, acto seguido, asegurar Mogadiscio y el centro-sur de Somalia. No obstante, cualquier acción militar que pueda emprender la Misión de la UA en Somalia (la ANISOM) contra las guerrillas islamistas deberá realizarse manera proporcionada. De lo contrario, la situación del presidente podría derivar en "insostenible".

   Para el analista regional del Instituto de Desarrollo, con sede en Londres, Timothy Othieno, los nuevos enfrentamientos han tenido éxito a la hora de desestabilizar primero la capital, y después el país africano. Para Othieno es, con todo, prioritario que Sharif negocie con la oposición que tiene su sede en Asmara (Eritrea).

   Allí se encuentra el grupo del jeque Hasan Dahir Aweys, uno de los grandes líderes históricos de la Unión de Tribunales Islámicos, quien gobernó Mogadiscio hasta diciembre de 2006, antes de ser expulsada por las fuerzas del anterior Gobierno de transición somalí en cooperación con Etiopía.

   Junto con Aweys, Othieno insta a que el presidente somalí negocie con el grupo rebelde Al Shabab. "Sólo entonces podrá ser aplicada la presión suficiente en las unidades fragmentadas de estas guerrillas, y sus numerosos mecenas", añadió.

   "La realidad", prosigue, "es que la crisis actual está nuevamente asociada a las políticas regionales". En particular el problema de Etiopía y Eritrea, este último estado que se desvinculó en 1991 de su enemistado país vecino tras una guerra civil que se prolongó durante más de 30 años: "A Sharif se le ve como a un títere de los etíopes, y por extensión de Estados Unidos. Los radicales, y sobre todo Eritrea, desconfían de él".  

   No obstante, otros analistas consideran que el presidente tampoco lo está haciendo tan mal. "Ha mostrado flexibilidad y se ha comprometido a hablar con todo el mundo, y por ello ha conseguido arrinconar a todos sus oponentes", declaró el experto Abdi Mohamed Baffo.

   Es más, Sharif cuenta con el apoyo tanto de los líderes religiosos y del clan Hawiye, el más importante de Mogadiscio. "El enfrentamiento intenta enturbiar las aguas, pero lo que está consiguiendo es que la gente se enfade cada vez más, mientras la posición del presidente se fortalece cada vez más", indicó.

PROCESO DE RECONCILIACIÓN EN MARCHA

   El ministro de Interior Abdulkadir Ali Omar, calificó el enfrentamiento de "lamentable e innecesario", pero añadió que el Gobierno seguirá obstinado en llevar a buen término el proceso de paz, y que "cualquier diferencia entre los somalíes puede y debe ser resuelta a través del diálogo", en declaraciones a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

   Los enfrentamientos comenzaron en los distritos de Hodan y Hawl Wadag, en el sur de Mogadiscio, de donde "miles de familias están huyendo" en un nuevo éxodo que ha logrado deshacer en dos días los progresos realizados en los dos últimos meses, desde la retirada de las tropas etíopes a finales de enero. Según el presidente de la ONG Derechos Humanos Elman, Ali Sheikh Yassin, con sede en Mogadiscio.

Yassin ha solicitado a ambas partes que "detengan el bombardeo indiscriminado sobre las zonas pobladas", y que ha aniquilado las esperanzas de los residentes de Mogadiscio, que esperaban una mejora de sus condiciones de vida tras la retirada etíope y la elección de un nuevo presidente.

   Los ataques "han llegado en el momento equivocado, han llegado cuando la gente menos se lo esperaba". Muchos heridos son mujeres y niños, "que han llegado sin parar a los principales hospitales de la zona". Mientras, los líderes locales han comenzado a desanimar a los desplazados a regresar a sus hogares, sobre todo a los que vivían en el mercado de Bakara en Mogadiscio, el epicentro de los bombardeos más devastadores registrados en el enfrentamiento.

   Más de 16.000 civiles han muerto en los dos últimos años, desde el alzamiento de la insurgencia, un millón de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, más de un tercio de la población depende de la ayuda humanitaria y amplias zonas de Mogadiscio están vacías y totalmente destruidas.

RETORNADOS

   Con todo, cerca de 40.000 desplazados internos han regresado a Mogadiscio durante las seis últimas semanas, la mayoría procedentes de las regiones de Hiraan, Mudug, Galgadudd y Lower, entre otras, situadas en el centro y en el sur del país, que están experimentando una combinación de este conflicto renovado junto con una sequía grave, según informó el viernes el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), William Spindler.

   "Muchos de estos desplazados están regresando bajo la forma de familias enteras, pero otros son cabezas de familia que han dejado a sus parientes detrás, en los asentamientos para desplazados internos mientras comprueban las condiciones de sus propiedades", declaró Spindler.

   "Están regresando a los barrios en el norte de Mogadiscio que han sido devastados por dos años de guerra y que los dejó prácticamente vacíos, los desplazados lo han perdido todo y están regresando a las ruinas de sus hogares", añadió.

   Las últimas llegadas se están realizando cuando Mogadiscio experimenta algunos de los enfrentamientos más graves de los últimos meses, lo que ha provocado muchas bajas civiles y ha renovado el desplazamiento. "Estamos en el proceso de evaluar la escala y la magnitud del último desplazamiento", señaló Spindler.

   "ACNUR no está animando los regresos a Mogadiscio, ya que la situación de seguridad es muy frágil y las condiciones no son propicias, entre el acceso limitado a los servicios básicos en la ciudad y con una poca presencia de las agencias internacionales de ayuda en el terreno debido a la inseguridad", subrayó. "Sin embargo, estamos preparándonos para ayudar a los desplazados o a aquellos que desean regresar en un futuro cercano, con la esperanza de que mejore la situación de seguridad", anotó Spindler.

   El número total de somalíes desplazados dentro de su propio país alcanza llega a 1,3 millones de personas. Sólo durante el año pasado, cerca de 100.000 somalíes buscaron refugio en los vecinos Kenia, Etiopía, Yibuti y Yemen. El número de refugiados somalíes que han solicitado asilo en otros países asciende a 438.000, según cifras de esta agencia de la ONU. 

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