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Diario YA


 

El protagonista del día es Ricardo Corazón de León

Los reyes cristianos del momento

Sean Connery intepretando al rey inglés

Javier Paredes. El protagonista del día es Ricardo Corazón de León, que murió en Châlus, Limousin (Francia) el 6 de abril de 1199. Fue rey de Inglaterra desde 1189 hasta su muerte. Y era hijo de Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania.

Junto con el Cid, probablemente, no haya en la Edad Media dos personalidades con tanta inspiración como las suyas, hasta el punto de que en muchos casos hasta las leyendas más exageradas se dan por buenas cuando se refieren a ellos. Así dicen unos, que lo de “Corazón de León”, le sobrevino por la bravura demostrada en la Tercera Cruzada, otros argumentan que el alias se debe a que en singular pelea con un león, le metió todo el brazo por la garganta hasta llegar al corazón, le agarró la víscera, se la arrancó y se la sacó por la boca. Y precisan las crónicas inglesas que el animal, es decir el león, murió en el acto. ¿Verdad o exageración? Desde luego que resulta más probable lo del Cid, del quien dicen que ganó una batalla después de muerto, y tratándose del Cid  tiene toda la pinta de que fue verdad y, por supuesto yo soy más propenso a creereme antes lo del castellano que lo del inglés.

El Papa Clemente III (1185-1187), consiguió por la mediación del cardenal Albano que Felipe II de Francia y Ricardo I de Inglaterra se reconciliasen y participasen en la Tercera Cruzada, que había iniciado Federico Barbarroja de Alemania. Eran los tres reyes más poderosos de Europa, que tomaban la Cruz, para conquistar los Santos Lugares en poder de Saladino. Y fue con este motivo, cuando el Papa Clemente III para dar mayor realce a la liturgia de la misa al adorar los fieles a Jesucristo, dispuso que se elevara la sagrada Forma y el Cáliz después de la consagración.

El líder de los cruzados, Federico Barbarroja murió ahogado el 11 de junio de 1190, cuando se bañaba en las gélidas aguas del río Salep de Anatolia. Y de inmediato surgieron los roces y las disputas por el liderazgo entre Ricardo y Felipe. A pesar de todo  consiguieron tomar Messina y Chipre. Y al colocar cada uno su estandarte en la torre más alta, Ricardo pisoteó el del duque Leopoldo de Austria, que era otro de los participantes en la Tercera Cruzada. Pisotón que le iba a costar caro al rey inglés, como veremos, porque hay reyes tan poco cristianos que ni perdonan, ni olvidan.

Pero sigamos con la historia de la Tercera Cruzada. Con el pretexto de una fingida enfermedad, el rey de Francia con casi todo su ejército abandonó la Cruzada. Y de regreso a Francia se alió con el hermano de Ricardo Corazón de León, Juan sin Tierra, que conspiraba para ocupar el trono de Inglaterra durante la ausencia de su hermano.

De este modo, el rey inglés se quedó sin competencia, pero también sin aliados, y así poco podía hacer contra el poderoso ejército de Saladino. No obstante, Ricardo obtuvo alguna victoria sobre Saladino, rey de Siria, Egipto y Palestina. Pero al tener noticias de que su hermano, con ayuda del rey francés, quería usurpar su trono, firmó un pacto con Saladino, según el cual Jerusalén seguiría en manos de los musulmanes, si bien los cristianos podrían visitar la Ciudad Santa y ser respetados. Y de vuelta a casa, Leopoldo de Austria, en venganza por la afrenta hecha a su estandarte, hizo prisionero a Ricardo Corazón de León, durante casi un año y sólo fue puesto en libertad después de que su madre Leonor de Aquitania, pagara un elevado rescate por su libertad.

Y hasta aquí hemos hablado sólo de la política de los reyes cristianos del momento, sin entremeternos en sus vidas privadas, no vaya a ser que algún nostálgico, partidario de eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, deje de leer esta sección por provocarle una profunda depresión, que no están los tiempos ni para perder lectores, ni este pingüe empleo en el diario Ya.
 

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