Redacción Madrid. 17 de abril. Los sindicatos policiales han anunciado que se querellaran contra el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, por las declaraciones vertidas ayer durante el transcurso de un desayuno informativo. Entonces, y a respuesta de los periodistas, Pumpido manifestó que en lo tocante a las actuaciones para recabar información de cara a la ilegalización de las plataformas satélites de ETA, sólo confiaba en lo que llegase de la Guardia Civil y que, por un “problema procedimental” la Policía sólo obedecía a lo que le encargaba el juez instructor de la causa contra ANV y PCTV, Baltasar Garzón.

Durante la tarde de ayer parecía haberse llegado a un entendimiento entre lo que el fiscal quiso decir y lo que todos oyeron. Entendimiento motivado más por calmar las aguas frente a la derecha, dispuesta a enfocar sus críticas contra un sistema judicial y policial del que se siente víctima, que  porque ambas partes encontradas llegasen sinceramente a un punto medio. Pero, usados de una manera o de otra, por unos o por otros, quienes quedaban en medio de la polémica eran los miembros de la Policía, el honor de la institución comprometido y todas sus asociaciones y sindicatos clamando justicia.

Hoy, todos los sindicatos policiales (SUP, CEP, SP y UFP) han anunciado que se querellarán contra Conde Pumpido por sus declaraciones y, en nota conjunta, afirmaban: "No estamos dispuestos a quedarnos de brazos cruzados mientras el titular de una de las más altas instancias de nuestro país lanza sobre todo un Cuerpo una sospecha que nos injuria y calumnia".

Además de cargar tintas contra el fiscal general del Estado, los sindicatos policiales denuncian el silencio de sus jefes directos, en particular el del ministro del Interior. A Rubalcaba le piden que de la cara por ellos y por el honor de la Policía. "El ministro, el secretario de Estado y el director de la Policía y la Guardia Civil deben salir al paso, en el caso de que alberguen un mínimo de lealtad y ética, de estas graves imputaciones",

En la nota también aluden a la manera en que deberían hacerlo. "La defensa de la Policía no se hace aprovechando los réditos mediáticos de las ruedas de prensa para difundir grandes operaciones sino defendiendo a la institución y al colectivo de personas que, en unas condiciones salariales y materiales que rozan la humillación, luchan abnegadamente contra el terrorismo, el crimen organizado o la inmigración ilegal".