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Diario YA


 

¿Es la huida de España para formar un gobierno catalán en el exilio el proyecto en reserva?

Los valientes paladines de la República Catalana huyen

Miguel Massanet Bosch.

Primero fueron Carles Puigdemont y su acompañamiento de fieles los que abandonaron Cataluña precipitadamente para refugiarse en Bruselas la capital belga; más tarde la cupera Anna Gabriel la que dio la espantada para refugiarse en Suiza y ayer, a pocas horas de tener su cita en el Tribunal Supremo, se fuga de España la señora Marta Rovira, un puntal de la ERC, dejando su legado por escrito en el que dice ir en busca de “una sociedad más justa” ( no sabemos dónde la va a encontrar ni qué es lo que para ella es una sociedad más justa, si sus acciones lo único que han revelado es el golpismo en contra del Estado de derecho que, tanto ella como el resto de separatistas que la han acompañado en su lucha por acabar con el Gobierno de España durante los últimos años, en la que han despreciado los mandatos constitucionales y las sentencias de los tribunales, demostrando con ello su desprecio por las leyes y su desafío contra el orden establecido)

La impresión que nos da este abandono de la nave del separatismo, para refugiarse fuera del alcance de la Justicia española (es posible que a dicha señora o los que arriesgaron el dinero de la fianza para avalarla, 60.000 euros, el hecho de perderlos no les cause preocupación, pero lo que no sabemos si es que, esta moda se populariza, si les hará mucha gracia a los que prestaron el dinero dela fianza) es la de que, detrás de tantas alharacas, tantos desplantes y machadas, tantos insultos y descalificaciones o tantas declaraciones reclamando contra el Estado español y el resto de ciudadanos del país, utilizando tanta parafernalia, tanta pólvora en salvas y tantas bravatas en contra de los españoles, no había más que un intento de disimular su poquedad con su fanfarronería, sus amenazas y sus intentos de poner en jaque al gobierno, sin que detrás de ello hubiera otra cosa más que cobardía, humo o fuegos artificiales de política separatista sin posibilidad alguna de conseguir sus objetivos y sí, por el contrario, han conseguido someter al pueblo catalán al gran bluff de una imaginaria Cataluña, independiente, autosuficiente y capaz de subsistir sin el apoyo de España y del resto de la UE algo que, desgraciadamente, no tiene nada de cierto y tiene las características de un gran fraude para el pueblo catalán.

Uno puede llegar a pensar que se está tratando de poner en marcha un plan nuevo, que podríamos calificar de SOS con el que se intenta salir al paso de la evidente posibilidad de que, todos los separatistas que están implicados en expedientes judiciales y a punto de ser procesados, intenten esquivar la acción de la Justicia española, refugiándose en naciones en las que, el procedimiento de extradición no contiene o no les interesa admitir las causas que se alegan en las peticiones de la Justicia española para que sean detenidos y devueltos a España los fugados. Junto a ello, vista la dificultad para que los exiliados, capitaneados por Puigdemont, consigan el propósito que se habían fijado, para intentar convencer a los gobiernos de las naciones europeas para que los apoyaran en sus aspiraciones independentistas; una vez fracasados sus intentos, ahora se trataría de justificar su estancia en el extranjero, así como el conseguir obtener apoyos, subvenciones o donaciones que les permitieran mantener una estructura con apariencia de gobierno en el exilio, desde donde  intentarían seguir su campaña de propaganda en contra del Estado español mientras se aseguraban un modus vivendi para ellos.

A los más viejos, esta situación nos recuerda tiempos pasados, cuando finalizada la Guerra Civil con la derrota del ejército republicano por las tropas nacionales del general Franco, se produjo un intento de formar un gobierno provisional republicano en el exilio presidido por el señor Negrín ( Francia aceptó que permaneciera en su territorio siempre que no realizasen actividades políticas que les pudieran crear dificultades a ellos) Claro que entonces se produjeron grandes desavenencias con el señor Prieto por la administración del tesoro de México. En febrero de 1939, los republicanos enviaron a México un cargamento con 110 bultos en el yate Vita. Se trata de uno de los mayores expolios culturales en la historia de España. Las piezas fueron incautadas con el fin de “proteger los bienes culturales” ante el avance de los nacionales. En realidad hubo gobierno en el exilio primero en París, luego en México y más tarde, el de Giral en 1945, otra vez en París. La particularidad de todos estos gobiernos fue que mientras los soldados y demás civiles que huyeron a Francia fueron mantenidos en campos de concentración cerca de la frontera, en situación precaria y sin condiciones de salubridad alguna; los grandes gerifaltes de la derrotada República se alojaban en buenos hoteles y, desde allí se disputaban los restos que se habían llevado del pillaje que habían hecho durante sus años instalados en el poder de la II República.

No sé si la intención de establecer una plataforma en Waterloo, el pueblo donde el señor Puigdemont se ha refugiado en un pequeño palacete, se convertirá en la sede de un futuro gobierno de los catalanistas en Bélgica, pero sí sabemos el flaco favor que el señor Puigdemont, la señora Gabriel o la misma Marta Rovira les han hecho a aquellos que decidieron afrontar las consecuencias de sus actos, enfrentándose con la Justicia española. El hecho de que, esta misma tarde, el juez del tribunal supremo, señor Pablo Llarena, haya decretado prisión provisional sin fianza para Jordi Turull, igual para los exconsejeros de esa comunidad Raül Romeva, Dolors Bassa y Josep Rull, y la expresidenta de la Cámara autonómica Carme Forcadell, procesados por un delito de rebelión y malversación, menos Forcadell, a la que solo se le atribuye el delito de rebelión le da un significado especial a la fuga de la señora Marta Rovira, sin duda alguna debe de haber influido de forma determinante en la decisión del señor juez que con el ingreso en prisión de los procesados evite que estos sucesos se repitan de nuevo con el resto de procesados.

Es evidente que estas decisiones de la judicatura van a tener repercusiones en el mantenimiento, puede que sine díe, del 155 de la Constitución, que pesa como una losa sobre las nacionalistas catalanes, que ven cómo se alejan las posibilidades de formar gobierno (pese al interés evidenciado por Rajoy que no hace más que insistir en que se nombre a una persona “limpia”, para ocupar el cargo de presidente de la Generalitat catalana, urgido por la necesidad de que los vascos accedan a aprobar los PGE del año 2018.) Todo ello aleja, evidentemente, el restablecimiento de la normalidad en toda la autonomía y, por otra parte, acerca (ya se empieza a contar el plazo de los dos meses, establecido para el caso de que no se consiga formar gobierno y sea preciso convocar la celebración de nuevas elecciones) la celebración de unos nuevos comicios. No parece que sea esta posibilidad plato de buen gusto para ninguna de las formaciones políticas ni para los separatistas mismos. Sin embargo, si las diferencias entre los partidos que actualmente tienen la misión de ponerse de acuerdo para la designación de un nuevo presidente, siguen tan enconadas como hasta ahora, es muy posible que transcurra el plazo sin que haya sido posible lograr un consenso que desatasque este “cul de sac” existente en la actualidad.

Lo cierto es que toda España está pendiente del problema catalán y es muy posible que, si no se zanja de una vez y se acaba con la amenaza independentista,  el posible regreso a una situación de crisis económica ( vean los nubarrones negros que planean sobre las bolsas con motivo del problema existente entre las dos economías mundiales más fuertes, EE.UU y China, cuando ambas naciones están hablando de ponerse trabas comerciales que pudieran dar lugar a otra nueva época de vacas flacas para los grandes bloques de la globalización de la economía mundial). Urge que se le dé prioridad al tema y que se tome conciencia, por todos los partidos a los que se considera que tienen la responsabilidad de velar por el bien del país y de los españoles, para que dejen aparte sus rifirrafes por el poder y unan sus fuerzas para afrontar este nuevo desafío que parece a punto de caernos encima.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no nos queda otro remedio que lamentarnos de que, los enfrentamientos constantes ( lo vemos cada día en el Parlamento donde parece que sus señorías no tienen otro cometido que insultarse los unos a los otros, que discutir de necedades o de asuntos nimios) mientras los grandes problemas que afectan a nuestra nación permanecen en barbecho como si quienes tienen el deber de solucionarlos, en bien del pueblo español, estuvieran agarrotados por un empeño absurdo de pelearse como si se tratara de chiquillos disputándose una pelota. Si hemos criticado a la cúpula del PP y al señor Rajoy; no por ello exoneramos al resto de la oposición de su responsabilidad, cuando su único objetivo parece ser derrocar al gobierno de Rajoy, resultando evidente que ninguno de ellos está en condiciones de llevar a España por un rumbo mejor. La realidad es que tenemos la impresión de que, a pesar de todos sus defectos, de los casos de corrupción que se han detectado en el PP, de los incumplimientos de sus promesas electorales, del abandono de los valores del anterior Partido Popular; no hay, en esto momentos, ningún otro partido del arco parlamentario español que nos inspire la confianza suficiente para que pueda asumir su relevo. Y esto nos parece de una gravedad evidente.