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Diario YA


 

Monta tu empresa sin morir en el intento

A muchos se nos ha pasado por la cabeza crear nuestro propio negocio, ser los jefes y trabajar cuándo y cómo nos parezca. Así a bote pronto, suena divertido, pero la realidad es bien distinta. Para crear una empresa necesitarás primeramente solvencia económica. Y esta pasa por haber ahorrado lo suficiente o seguir trabajando por cuenta ajena mientras tu idea coge forma. Los primeros pasos cuando uno decide emprender están llenos de piedras en el camino que has de aprender a sortear sin salir esquilado y con la motivación, pasión y optimismo intactos. Has de plantearte tu negocio como lo que se espera que sea: tu principal fuente de ingresos. Y prepárate para dormir poco hasta que empiece a funcionar. En algún momento, incluso, desearás volver a tener a un superior ladrando en tu oreja. Pero si todo sale rodado, prepárate, porque después del primer negocio viene el segundo.

Pide ayuda a profesionales y contempla pedir un préstamo

Por si ello, si estás dando tus primeros pasos en un mundo totalmente ajeno a ti, es momento que te empapes de la mejor información respecto a lo que quieras montar. Tienes que confirmar si el modelo de negocio que quieres seguir es fiable, va ofrecer valor a tus futuros clientes, qué recursos vas a necesitar y cuánto te van a costar. Si te vas a formar alianzas y con quién y en definitiva, tener claro una planificación, desarrollo y actuación de la idea. Para que no recaiga en ti el poder de la parálisis por análisis, lo mejor en estos casos es contar con un profesional de la asesoria de empresas. La asesoria laboral y la asesoria fiscal son piezas del puzle de tu negocio que te vendrán de fábula ya no sólo cuando éste empiece a carburar, sino en todo el trayecto que dure.

Uno de los mayores hándicaps que encuentran quienes se postulan a emprendedores son los escasos recursos económicos con los que cuentan. Si como comentábamos los números no te cuadran y has echado mano de ahorros, siempre te queda la opción de pedir una ayuda (existen para emprendedores, basta con informarse), solicitar un préstamo al banco o hacerlo a través del modelo de prestamos entre particulares. En el caso de los prestamistas particulares no hay diferencia legal con los que ofrecen a los bancos pero sí en las condiciones de financiación y en los requisitos. Normalmente son flexibles y los plazos de pago, según la cantidad acordada, suelen rondar los cinco años. Los préstamos entre particulares son una opción a tener en cuenta si crees que ha llegado el momento de apretarse el cinturón.

Léete bien tu actual contrato

Uno de los errores en los que cae un nuevo empresario que todavía trabaja en su empresa es la de incumplir su política. Y es que seguramente el lugar de trabajo en el que te encuentras te ha servido de inspiración a la hora de buscar el autoempleo, pero has de fijarte bien, si vas a entrar en un mismo mercado, en la letra pequeña de tu contrato. Y es que saltarse a la torera la política de empresa es motivo de despido procedente, por lo que ni de la prestación disfrutarías si te acabaran echando. Has de contemplar si tu jornada laboral, por otro lado, permite que puedas dedicarte a tu negocio en ciernes y si no es así, plantearte la posibilidad de contar con la ayuda de un socio que sí disponga de más tiempo, o que pueda colaborar, de manera que pueda salir adelante con la participación de ambos.

Contrastar que tu modelo de negocio tiene futuro es importante. Pregunta a potenciales clientes, a personas que consideres que les puede interesar. Pongamos el caso que quieres crear una empresa de Cerrajeros en Granada más económica, veloz y eficaz que la de la competencia. Pero resulta que de Cerrajeros en Granada ya existen otras empresas a quien nadie les tose. En este caso, pues, trata de contactar con personas que no han quedado satisfechas con esas empresas y ofréceles soluciones a los inconvenientes que encontraron. Implántalos en tu compañía de Cerrajeros en Granada y aunque al principio sea complicado desbancar a tu competencia, con el tiempo te harás con un importante hueco en el nicho de mercado que quieras ocupar.

Piensa a lo grande, pero paso a paso

Cuando hayas llevado hacia adelante la idea, tengas trabajadores a tu mando, incluso dispongas de oficinas y veas que los ingresos empiezan a cuadrar, deberás plantearte seriamente abandonar tu puesto de trabajo si es que no lo habrás hecho ya. Dependiendo del sector escogido, deberás equipar tus instalaciones de manera que sea agradable ir a trabajar pero sin descuidar algunas facetas como la seguridad. Instalar cámaras espía es idóneo en tu casa, sobre todo si crees que alguien puede estar tratando de colarse en ella, pero para un negocio quienes hacen las veces de cámaras espía son las de videovigilancia, que permiten captar todo lo que sucede en tu establecimiento. Así pues, si la economía te lo permite y lo crees oportuno, un sistema como el de las cámaras espía pero enfocado a tu flamante empresa te ahorrará a la larga disgustos, te permitirá dormir mejor y, en caso de robo o atraco, tendrás la ventaja de tenerlo todo grabado y almacenado para que quienes lo realicen sufran las consecuencias.

Llegado a este punto, si la idea ha funcionado, cada vez necesitas de la ayuda de más empleados y no das abasto para complacer a tus clientes, es un síntoma inequívoco para plantearse expandirse, abrir fronteras o trasladar la misma idea de negocio a una ciudad que cuente con similares carencias en el sector. Pero si algo hay que ser en el mundo de la emprendimiento es paciente, cauteloso y consciente. Por lo que lo recomendable es primero ir con pies de plomo con el paso número uno, y ya si con los años la cosa funciona, pasar al dos, al tres y a los que vengan. Prepárate, porque vienen curvas.