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Diario YA


 

“Sin justicia, sólo hay divisiones, víctimas y opresores.” Napoleón Bonaparte

Métodos de la KGB aplicados por la ABC catalana para fichar a los reacios a la consulta

Miguel Massanet Bosch. Puede resultar increíble y, a algunos todavía nos parece que estamos viviendo un mal sueño, una horrible pesadilla, que lo que comenzó con la declaración de un orate, molesto por los resultados obtenidos en unas elecciones en las que esperaba ganar con holgura y acabó perdiendo escaños; a la que han seguido unos años en los que, paso a paso, ante la aparente indiferencia del Estado, se ha ido infiltrando, en una parte importante de la ciudadanía catalana, el virus del odio hacia España y la sensación de que ésta era la culpable de todo lo que no funciona bien en esta región; olvidándose de que quienes fueron los verdaderos artífices de la precaria situación en la que dejaron a la autonomía catalana no fueron los del PP, que nunca han gobernado en esta región, sino los gobernantes del Tripartito, presidido por el señor Montilla, que dejaron al país en una situación insostenible y con una deuda pública superior a los 50.000 millones de euros. Como sabemos, el triunvirato que empezó a gobernar la Generalitat catalana en el 2006, estaba formado por los socialistas, los de ERC y los de ICyV; bajo la denominación de “Gobern d`Entesa (Gobierno de entendimiento).
Sin embargo, el gobierno de CIU que les sucedió nunca ha querido reconocer que los males que ahora padece Catalunya procedían de sus anteriores gobernantes, sino que ha preferido cargar las tintas contra el gobierno de Madrid, sosteniendo que desde allí se estaba robando a los catalanes, que Catalunya enviaba mucho más al resto de España de lo que ella recibía de ella y, manteniendo que si España sobrevivía se debía a la buena marcha de la economía de los catalanes. Lo que se han dejado en el bolsillo, porque no les conviene decirlo, son las cantidades que han venido recibiendo desde el Gobierno central para que pudiesen seguir pagando a los empleados públicos, las deudas millonarias que tienen contraída con las farmacias y las prestaciones a jubilados y parados que, por si alguien no lo sabe, suben a más de 500.000, en una país que apenas llega a los siete millones de habitantes.
Conviene decir que la comunidad de Madrid, de los 66.000 millones de euros que se recaudaron en concepto de IRPF, IVA e Impuestos especiales en el 2.011, tan solo percibió 11.474 de financiación, mediante transferencias estatales; por el contrario Catalunya de 27.149 millones recaudados recibió una financiación de 15.777 millones, un  58’1% de la recaudación, mientras los madrileños apenas consiguieron un 17’3%. Por si faltaran pruebas de quienes eran los que hacían los verdaderos negocios a costa de los impuestos catalanes, ha aparecido el gran escándalo de la familia Pujol que ha puesto la mordaza a muchos de los que decían que era Madrid quien robaba a Catalunya, quedando demostrado que los ladrones estaban en casa.
En todo caso, las cosas ya han llegado a un punto que parece que no tiene retorno. La suspensión cautelar de la convocatoria y la Ley de Consultas catalana, sigue sin detener el impulso separatista que hoy se ha reafirmado con el apoyo de 700 ayuntamientos de Catalunya a la locura del señor Mas. Y aquí es cuando, los españoles que vivimos en Catalunya, tenemos que poner el grito al cielo ante la iniciativa, fomentada por el señor Mas y sus acólitos, y puesta en marcha por la Asamblea Nacional Catalana y el Omnium Catalán ( el sector más radical de catalanismo independentista) de, contradiciendo la suspensión cautelar ordenada por el TC, pretenden seguir haciendo propaganda de la consulta del 9N mediante el procedimiento de ir de puerta en puerta  (ya han empezado por la localidad barcelonesa de Badalona) para poner a los badaloneses y resto de catalanes en el brete de llenar un cuestionario en el que deben pronunciarse sobre si van a votar o no, la lengua que se usa, y, lo que todavía es peor, ¡ se da por supuesto que Catalunya continuará dentro de Europa y que las relaciones comerciales continuarían como antes de la declaración de independencia!, con lo cual, aparte de importunar a los ciudadanos con preguntas que no tienen ninguna obligación de responder, se les está engañando de una forma ignominiosa, porque cualquier persona medianamente ilustrada ya conoce que, una Catalunya independiente, estaría automáticamente excluida de la Europa comunitaria y las relaciones comerciales se verían duramente afectadas, ya no sólo con el resto de España, que también, sino con el resto del mundo al verse sometidas al pago de aranceles.
Dan por supuesto que seguirían en el euro y formulan una triple pregunta sobre lo que el entrevistado considera más importante: a) seguir en el euro, b) asegurar las relaciones comerciales con los otros países europeos y c) (en el colmo del cinismo dan por supuesto que entra en sus potestades decidir o no seguir en  la UE): Ya decidiremos si queremos o no continuar en la UE. ¡Y se quedan tan panchos! Pero es que, detrás de lo que parece ser una simple encuesta informativa, hay lo que se puede considerar un atentado contra la intimidad de las personas, su derecho a mantener su opinión en secreto y lo que todavía se puede considerarse más peligroso: en realidad se trata de poder identificar los que forman parte del grupo afín al separatismo y, por otra parte, tener una relación, perfectamente identificada, con nombre y domicilio, de los ciudadanos que no son afines a la causa del separatismo. Una verdadera tarea de fichaje para, en un futuro, poder premiar a quienes les apoyan y tomar represalias con los que no son de los suyos. Y los que se nieguen a contestar ya quedarán identificados.
Y, entre tanto, nuestro Gobierno enfrascado en un lenguaje indefinido, una cantinela que, por archiconocida, no deja de entrañar un gran peligro. Porque, señores, cuando se insiste en “Ley y diálogo” parece que lo de la ley queda en un segundo lugar y se insiste en un diálogo imposible que, de tanto insistir en ello, es como si estuviesen dispuestos a conceder cualquier cosa que no sea la independencia (algo que no está en sus manos) con tal de evitarse el trago de actuar tal y como disponen las leyes españolas para casos de tan manifiesta insurrección a la Constitución y las propias leyes penales. Ya se han acabado los tiempos de dialogar, de ceder y tensar, ahora el desafío de los extremistas ya ha entrado en una fase que no cabe más que tomar las medidas precisas para que se enteren de una vez de que, en España, no caben quienes pretendan dividirla.. ¿Cuándo se van a enterar en Madrid que si ahora ceden en cualquier cosa, aunque sólo sea de índole económica, lo van a interpretar como una victoria y, al poco tiempo, insistirán de nuevo en el tema del separatismo? O se actúa con energía o se tira la toalla, porque cualquier otra solución intermedia no tiene el más mínimo futuro.
El señor Rajoy debería dejarse de perder el tiempo, de permitir que en Catalunya se acabe de malear la situación y tomar las medidas para que, lo que todos barruntamos que va a suceder, no acabe por ocurrir si, como parece, se está preparando un verdadero sarao protagonizado por una parte importante del pueblo catalán. O así es como, señores, y una vez más, desde la óptica de un ciudadanos de a pie que vive en Catalunya, advertimos que desde Madrid las cosas se ven desde una perspectiva que no coincide con la que estamos palpando los que vivimos aquí. Demasiada prepotencia y demasiadas palabras huecas, no son lo que en este momento nos hace falta. ¡Acción!
 

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