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Diario YA


 

La investidura de Rajoy, la abstención socialista, el no de Pedro Sánchez y la postura del PSC

No puedo más: ERES, el desafío soberanista, Colau, ForcadellRefugiados, inmigrantes, Hilary, Trump...

Javier Garcia Isac. Que cansino es hablar o escribir siempre sobre lo mismo. La investidura de Rajoy, la abstención socialista, el no de Pedro Sánchez y la postura del PSC, la anti España de Bildu, Podemos, PNV o convergencia. La corrupción generalizada, los ERES, el desafío soberanista, Colau, Forcadell. El clan Pujol y su fortuna andorrana. Militantes, simpatizantes y votantes. Refugiados, inmigrantes, Hilary, Trump. Un sin fin de cuestiones que su sola enumeración me produce jaqueca.

Un dolor de cabeza insoportable, pero que refleja muy bien la España actual, la España que nos ha tocado vivir. Nos preocupan las consecuencias que el BREXIT tendrá en el Reino Unido y no la desastrosa situación económica que atravesamos nosotros, que atraviesa España. Estamos más pendientes de las elecciones norteamericanas que de la falta de gobierno en nuestro país. Nos preocupa mas el debate político entre Hilary Clinton y Donald Trump que el de Rajoy con no se sabe muy bien quien ahora. Hablamos de amenaza terrorista islámica a la vez que en fachadas de ayuntamientos españoles siguen colgadas ridículas pancartas de bienvenidos refugiados y no tenemos el menor interés en controlar nuestras fronteras, principal coladero de aquellos que desean amenazar nuestra convivencia y estilo de vida.

Nos regimos por lo políticamente correcto sin tener en cuenta que es lo menos correcto políticamente. Nos extrañamos que una criminal disfrute de un permiso penitenciario de tres días y no de que en menos de un año, a pesar de sus 23 asesinatos quedara en libertad permanente. Nos indignamos porque unos guardias civiles de paisano sean brutalmente agredidos por una chusma mal oliente en la localidad de Alsasua y no porque su alcalde pertenezca a un partido que simpatiza con ETA. Tenemos una moral muy frágil, olvidadiza, selectiva. Una moral de quita y pon. Una moral elástica que todo lo justifica dependiendo de cuáles son los intereses del momento.

Es muy difícil, muy complicado mantener una identidad propia con estos principios. Siempre más pendientes de lo accesorio que de lo verdaderamente importante. Ya no se qué pensar, ya no tengo claro lo que conviene a España entre las opciones posibles o plausibles. Si terceras elecciones, si investidura de Rajoy, si que todo salga por los aires. La cobardía de unos, la acción de otros y la omisión de muchos, hace difícil el que este país funcione, el que este país salga adelante. Somos una nación milenaria. Nuestra historia debería ser la envidia del mundo y sin embargo aquí ponemos continuamente en duda quiénes somos y lo que debemos ser. El enemigo está en casa, pero eso ustedes ya lo saben.

El problema es detectarlo, combatirlo y extirparlo. Seguimos entretenidos en cortinas de humo, entretenidos en señuelos que distraen nuestra atención y que nos impiden ver lo que en realidad sucede. Nos enfrentan los unos a los otros, mientras que la casta convertida en caspa sigue mangoneando, robando y utilizándonos. Que ilusos somos. Encima debemos creernos que lo que hacen por nosotros.

No tengo intención de dar lecciones a nadie al igual que no tengo intención de recibirlas de nadie. Somos mayorcitos para que cada uno crea lo que le interese creerse. Pero hay una cosa clara, este sistema tal y como lo conocemos es inmoral e insostenible. Solo nos lleva a la autodestrucción, con unas comunidades autonómicas quebradas y corto placitas, insolidarias con el resto de las comunidades y creyéndose poseedoras de unos hechos diferenciales que las hacen superiores al resto. El balance de estos últimos cuarenta años no puede ser peor. Pérdida de soberanía, de principios, de derechos sociales. Un país desnortado que premia a sus verdugos y penaliza a sus víctimas. Un país que desconoce su historia y que en el mejor de los casos la tergiversa y la manipula. Un país que si no fuera por lo mucho que nos importa, lo mucho que le queremos y nos preocupa, invitaría a seguir la corriente de aquellos que desean destruirlo, pues esta sociedad ve con mejores ojos a los mierdas y pusilánimes que a aquellos a los que no les gusta como esta.

 

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