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Diario YA


 

José María Iribarren dice que el Tío Paco es un "famoso personaje proverbial, en quien representamos la experiencia, el desencanto y el desengaño".

Nos siguen mintiendo: Llegó el Tío Paco con la rebaja

Miguel Massanet Bosch.

Nunca es tarde cuando la verdad resplandece y todavía es mejor recibida cuando  ya se había advertido, repetidamente, de que este Gobierno que estamos padeciendo se ha basado, desde que se instaló en el poder, en el engaño, la mentira, la ocultación, la manipulación de los hechos y el empeño en presentar a la oposición como responsable de las circunstancias adversas y preocupantes en las que nos hallamos en estos momentos. Lo más curioso y podríamos decir lo que se puede entender menos es que, a pesar de que son los propios ministros quienes acaban reconociendo que, efectivamente, no explicaron las cosas como debían haberlo hecho sino que, vayan ustedes a saber por qué malignas intenciones u oscuros designios, decidieron que era mejor engañar a los ciudadanos que hablarles con la verdad por delante.
Así las cosas, nos enteramos por el mismo ministro de Sanidad, señor Illa, que reconoce que no se creó un comité de expertos al margen del equipo de Simón. ¿El equipo de este científico que, ni por casualidad, ha acertado ninguna de sus predicciones? ¿Todos estos meses hemos estado en manos de este surfero a las órdenes del gobierno socialista, que ha sido quien ha decidido, junto a sus adláteres, qué era lo que nos convenía hacer a los españoles? Nos han estado tomando el pelo como si, en lugar de ciudadanos capaces de decidir sobre lo que hacer con nuestras vidas, fuéramos un rebaño de ovejas al que hay que conducir con la ayuda de perros ovejeros, aunque ello significara que se nos fueran encaminando hacia un objetivo político, relacionado con la conveniencia del señor Pedro Sánchez de subsistir y mantenerse en el poder, en lugar de hacer lo mejor para evitar que la pandemia se hiciera fuerte en España, como se ha demostrado al ser nuestra nación, uno de los países en los que se considera que el Gobierno se ha comportado peor en cuanto al tratamiento de la epidemia del Covid 19.
El calor debía de haber acabado con el coronavirus; no habría nuevos rebrotes hasta el otoño. El estado de alarma suponía poner en las solas manos del Gobierno el tratamiento de la pandemia y lo cierto es que ha fracasado estruendosamente; nada ha sucedido como tenían pensado y las ministras gurús no han hecho otra cosa que ir metiendo la pata en cada una de las ocasiones en las que, desde las TV, han pretendido pontificar respecto a lo que ha ido sucediendo en España. Han fracaso cuando han pretendido colocar, a Nadia Calviño, en uno de los puestos de más importancia de Europa porque, la verdad es que Europa no se fía de nosotros ni de nuestro gobierno socio-comunista que va dando bandazos, sin que se le vea que tenga un plan concreto con el que afrontar  los meses venideros que, como es evidente, se presentan como los peores a los que tendrá que enfrentarse nuestra economía desde hace muchos años.
España, señores, ha entrado en recesión y la caída del PIB del último trimestre ha sido la mayor caída de la historia con una bajada de un 18’6%, seis puntos más que la media europea que tampoco se ha librado de las consecuencias de la pandemia. Pero los augurios todavía señalas mayores caídas que pueden conducirnos a un descenso del 22% de descenso anual. Y mientras, hay que sacar la consabida serpiente de verano para mantener entretenido al pueblo, siguiendo la tradición de los emperadores romanos del “panem et circenses”, para que no se aperciba de lo que se nos viene encima y que, en esta ocasión se va a materializar en el tema de la vida privada del rey emérito, Juan Carlos, un señor que evidentemente hubiera tenido que contener su afición a las faldas, pero que no es lo que más debiera preocuparnos ante una catástrofe como representa la epidemia del Covid 19. El Gobierno, en una demostración absurda y fuera de lugar de optimismo, respecto a la situación española, se atreve a decir, a través de la señora Calviño, que España está mejorando y que nos van a sacar de esta gracias a que Europa nos va a favorecer con 140.000 millones de euros que, por de pronto, el señor Pedro Sánchez ya se ha reservado para sí la tarea de irlos repartiendo, lo que no deja de levantar suspicacias, conociendo a este señor y su afición para favorecer a los suyos.
Y, mientras, vayan ustedes repasando la prensa e intenten ir contabilizando, una a una, las empresas que amenazan ruina, no sólo las pequeñitas o los autónomos, hablemos de líneas aéreas, de multinacionales, de bancos y de pérdidas millonarias, situaciones insostenibles y concursos de acreedores que abarcan a todos los sectores de la economía, con el turismo en primera fila, sin que nadie parezca encontrar el medio de evitar que todo se convierta en una vorágine de la que todos acabemos saliendo perjudicados.
Y a todo ello, nuestro Parlamento jugando a guardias y ladrones. A insultarse, a descalificarse, a tu más y  ya te lo dije; pero nadie saliendo a la palestra para poner las cosas en su sitio y dejando que comunistas, como Pablo Iglesias, sigan incordiando, que es para lo que verdaderamente sirve, sabiendo que cuanto peor estemos más favorable va a ser para ellos y sus comunistas bolivarianos. El peligro es que ni Sánchez ni sus ministros parecen haberse dado cuenta de que Europa no va a estar dispuesta a que España se convierta en una nueva Venezuela y que, Sánchez e Iglesias, pretendan instalar en la península una cabeza de puente comunista subvencionada, precisamente, por este dinero que Bruselas va a concedernos para inversiones que ellos han considerado prioritarias y que hay naciones, como Holanda, que han tenido que tascar el freno y a las que les ha costado mucho ceder que, cantidades tan importantes de recursos, vayan a parar a manos de un personaje, como el señor Pedro Sánchez, al que se sabe ligado con las izquierdas internacionales, especialmente con los comunistas venidos de la América latina, de un país en el que todos coinciden que está dominado por un dictador sin escrúpulos, capaz de impedir que los venezolanos puedan ejercitar sus derechos constitucionales y, sobre los cuales, el mandatario venezolano, está ejerciendo una opresión que, ni Europa ni el resto de países americanos, ha sido capaces de impedir que se siga imponiendo, sobre aquel pueblo sojuzgado.

Nadie piense que el primer ministro de los Países Bajos ni todas aquellas naciones que han formado parte de la coalición que no quiso que, las cantidades a fondo perdido, quedaran al albur de que, el señor Sánchez y su Gobierno, las pudieran repartir a su antojo, de modo que para evitarlo exigieron que se estableciera un “freno” que podría accionar cualquier país que tuviera noticia de que, alguna parte de las cantidades puestas a disposición de España. pudieran ir a parar  a destinos que no se hubieran decidido conjuntamente con anterioridad. Las consecuencias, no lo olvidemos, pudieran ser muy duras ya que se podría exigir la devolución de la cantidad mal  invertida y, lo peor de todo, que se interrumpiera sine die la entrega de nuevas aportaciones para poder seguir el programa de recuperación económica de España.

Pero hay algo que nadie debe perder de vista, se habla de unos nuevos presupuestos para el 2021 que, si no estamos equivocados creemos que ya han sido tres los que han tenido que ser prorrogados por falta de acuerdo de quienes tiene la potestad de aprobarlos. Es obvio y así ha ido sucediendo a lo largo de estos últimos años, que sin nuevos presupuestos nacionales o sea para el Gobierno Central, el resto de presupuestos de las autonomías, por fuerza han de nacer limitados ya que no se sabe, a ciencia cierta, lo que cada una de ellas vaya a recibir de la tarta nacional. Y, en tanto que se precipitan los acontecimientos, que el Gobierno parece que sigue en la inopia y que la situación en Cataluña ya está rayando en una debacle general, en la que nadie se entiende y todos parecen tener la piedra filosofal para resolver las diferencias que existen entre ellos y que se vuelve a hablar de la mesa de negociación, pero que nadie sabe cuándo se va a reunir ni, tan siquiera, si volverá a reunirse si, como parece, el señor Sánchez opta por darle la espalda a su vicepresidente y al separatismo catalán ( al vasco ya se sabe cómo conseguir su apoyo) queda marginado de los pactos para gobernar el país, lo que supondría un duro golpe para el señor Torra y todos aquellos que se creyeron que ya habían conseguido, con sus astracanadas, la independencia de Cataluña.

Pero así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos muchas dudas y, debemos confesar, que no solamente respeto a la actuación del actual Gobierno, que parece ser bastante clara, sino que también nos preocupa la nueva estrategia que parece que está adoptando el señor Casado que tememos que, últimamente, va pareciéndose bastante a la que, en su momento, utilizó el señor Rajoy y que, si mal no recordamos, tan malos resultados trajo al PP y a sus resultados electorales. Podemos entender que la situación en la que ha colado Sánchez al líder del PP no es cómoda, porque su estrategia ha consistido en hacerle figurar como el malo que no quiere negociar y que, en consecuencia, sería el culpable de que no salieran aprobados unos nuevos presupuestos, para el 2021. Pero hay algo que es evidente que nadie puede olvidar: la oposición está para apretar las clavijas al Gobierno y nada le obliga a tener que aceptar pasar por las Horcas Caudinas y que, para evitar ser tachado de poco colaboracionista, verse en la tesitura de pasar por imposiciones que no pueden hacer más que conducirnos a una situación todavía peor de ésta por la que estamos pasando. No quisiéramos que el señor Pablo Casado se dejara influir por este sector afín a la señora Sáez de Santamaría, cuya participación en las negociaciones con los separatistas catalanes no puede calificarse de otro modo que de desastrosa y evidentemente dañina para los intereses de la nación española y sus ciudadanos.