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Diario YA


 

Engañó a unos y a otros, y de ahí, lo cómico de la actual situación

Reflexión tras el pasteleo con el tema “Adolfo Suarez”

Javier Garcia Isac. En muchas ocasiones, más de las que me gustarían, pongo en duda muchas cosas y, pienso si verdaderamente somos así de imbéciles o es algo normal de lo que no hay que avergonzarse.
Pasado todo este folclore, todo este pasteleo con el tema “Adolfo Suarez”, debemos reflexionar.
No se trata de hacer un análisis mínimamente riguroso o histórico sobre su figura. No pretendo repasar aquí su vida o sus actos, ni siquiera tengo la pretensión de hacer aquí balance sobre su legado. Eso ya vendrá, y por desgracia (ojala hubiese sido de otra manera), no tengo la menor duda de que ese balance no le dejará bien parado, si este es hecho por personas con un mínimo de preparación y objetividad.
Lo que yo aquí deseaba hacer, deseaba exponer, es el hecho en sí de cómo han reaccionado ante la misma noticia del fallecimiento, tanto la clase política que en su día le denostó, como una sociedad civil muy dada a subir a los altares a todos aquellos que en vida desprecian.
Resulta grotesco y cómico el observar las alabanzas hacia quien fue un mal presidente, pero todavía resulta más esperpéntico, que nos lo citen como ejemplo los mismos que lo hundieron.
No nos engañemos: Suárez nunca se ganó la lealtad de nadie porque él nunca fue leal a nadie. En la mayoría de los casos, ni sus propios ministros sabían de sus decisiones, de las que muchos se enteraban por la prensa.
Engañó a unos y a otros, y de ahí, lo cómico de la actual situación.
El español tiende a olvidar con facilidad. Nos hablan de prosperidad, cuando él nos trajo cifras de parados hasta antes desconocidas. Nos hablan de transición pacífica, cuando ETA y GRAPO asesinaban una media de entre 100 o 120 personas anuales. Nos hablan de España, cuando se pusieron los cimientos para cargarse el concepto de unidad y Nación. Le alaban ahora, cuando le odiaron en vida.
Siento lastima por los imbéciles, pues en su imbecilidad llevan su penitencia.
Los problemas de antes los han multiplicado. Ya no tenemos un millón de parados, tenemos seis; ETA ya no mata, simplemente les hemos dejado acceder a las instituciones y liberamos a sus presos, a los criminales y asesinos que mataron y mataron a tantos españoles, porque eso no fue una lucha entre demócratas y no demócratas, no fue una lucha entre constitucionales y aquellos que no creían en esta Constitución. Fue la lucha entre españoles, entre aquellos que aun siéndolo, renegaban de su condición.
En la actualidad igual que antes tenemos muchos tontos útiles, solo que ahora, los nombres son distintos. Entre estos, cabe destacar Elena Valenciano, conocida por sus absurdas ocurrencias.
Hay también un siniestro personaje que está muy por encima de todos los demás: Chusito Eriguren, Secretario General de los socialistas vascos, la franquicia del PSOE en Vascongadas. Aunque él también se siente Secretario General de los socialistas navarros, no obstante, desea incorporarla al futuro Imperio Vasco.
Este individuo especialmente imbécil, malo vocacional, siempre al lado de los verdugos, siempre al lado de los criminales y asesinos, siempre a favor de la anti-España.  Su última ocurrencia: que Madrid vivía mejor cuando ETA asesinaba.
Chusito, te lo digo yo: eres un mierda y un miserable. Perteneces a un partido de corruptos y ladrones, a un partido indigno, sobre todo por mantenerte en el puesto que ocupas.
No tengo dudas que tú eres de los muchos que alaban la figura de Suarez. Tú eres un ejemplo de su maldita herencia.
Javier Garcia Isac
Una Hora en Libertad
 

Etiquetas:Adolfo Suárez